Toyota C-HR (2024) - Prueba | Impresiones del interior
La instrumentación del Toyota C-HR 2024 se ve siempre en una pantalla de 12,3 pulgadas. Esta es configurable según una serie de patrones predefinidos (imagen, imagen e imagen) y tiene una calidad gráfica normal. Puede mostrar mucha información, pero no permite visualizar a pantalla completa el mapa del navegador. Para algunos niveles de equipamiento —Premiere Edition y GR Sport Premiere Edition— hay disponible un head-up display que proyecta la información directamente en el parabrisas.
En el centro del salpicadero está la pantalla del sistema multimedia, del que hay dos versiones: Toyota Smart Connect y Toyota Smart Connect+. El primero tiene una pantalla de 8,0 pulgadas y el segundo, de 12,3 (imagen). Este último es el que hemos probado. Es un sistema corriente por resolución y fluidez, con algunos menús de aspecto un tanto anticuado, como el diagrama de flujo de energía (imagen) y el de consumo (imagen). Aprender dónde se encuentran las principales funciones no toma mucho tiempo, por lo que el manejo durante la conducción distrae poco.
Los dos sistemas multimedia disponen de Bluetooth, son compatibles con Android Auto y Apple CarPlay sin necesidad de usar cable e incluyen un equipo de audio de seis altavoces; son ocho y de JBL en los niveles Premiere Edition y GR Sport Premiere Edition. El cargador por inducción para teléfonos móviles es de serie excepto con el nivel Active, el menos equipado.
El sistema de iluminación ambiental más avanzado consta de un abanico de 50 colores y 14 temas predefinidos. No sólo sirve para modificar el ambiente en el interior —por ejemplo, hay un programa de 24 colores cambiantes con el paso de las horas, que crea un ambiente más frío durante la mañana y más cálido por la tarde—, sino también para dar avisos al conductor. Por ejemplo, el sistema de salida segura del habitáculo avisa al conductor mediante una luz roja en la puerta (también mediante una señal acústica) de que tenga cuidado al abrirla porque hay un vehículo acercándose. También sirve para mostrar el estado de carga de la batería.
Los asientos del nivel GR Sport, los que hemos probado, está tapizados con piel artificial en los laterales y microfibra con aspecto de ante por la zona central. Dan un buen soporte a toda la espalda y sujetan bien el cuerpo en las curvas. Son cómodos, incluso tras varias horas de conducción. Los ajustes disponibles son los convencionales —longitud, altura, inclinación del respaldo y apoyo lumbar— y pueden ser de accionamiento manual o eléctrico según el nivel de equipamiento. La postura de conducción está a medio camino entre la de un turismo y un SUV de proporciones clásicas, es decir, no se va sentado tan alto y no se tiene la visión de ir por encima de la mayor parte del tráfico.
La consola está ligeramente orientada hacia el conductor, una disposición que se agradece a la hora de interactuar con la pantalla del multimedia porque así queda un poco más cerca. También es de agradecer la presencia de mandos mecánicos para el manejo del climatizador. Es más, no hay ningún botón táctil, háptico o como quiera denominarse en el interior del C-HR. Son todos mecánicos y todos dan una buena impresión de calidad cuando se presionan.
Otro punto positivo es la reducción de plástico negro brillante con respecto a la anterior generación del C-HR. Esto ayuda a mantener un aspecto aseado durante más tiempo del interior, a la vez que incrementa la sensación de calidad percibida. A este respecto también hay un avance en lo que respecta a los plásticos de recubrimiento y a la precisión de los ajustes de las distintas piezas.
La amplitud del habitáculo no ha cambiado. Delante no hay problemas de espacio, ni siquiera para personas corpulentas. Detrás la situación es menos positiva. Hay más hueco de lo que el diseño de la carrocería hace pensar — una persona de 1,80 metros de estatura cabe sin problemas detrás de otra de la misma talla—, pero es más pequeño que sus principales alternativas. De acuerdo con nuestras mediciones, el espacio para las piernas y la altura hasta el techo son menores que, por ejemplo, los de un Kia Niro y un Mazda CX-30. Además, como las ventanillas son pequeñas y los asientos delanteros muy voluminosos, se tiene poca sensación de amplitud. Tampoco contribuyen a crear un ambiente agradable en el que apetezca hacer un viaje largo el hecho de que no haya salidas de aire en el centro o un reposabrazos, elementos ambos presentes en los citados Niro y CX-30. Y para rematar la faena, la banqueta está muy cerca del piso, como en algunos coches eléctricos, por lo que las personas de mayor estatura no apoyarán bien los muslos.
La operación de introducir y sacar un niño de su silla infantil se hace con relativa facilidad, pero evidentemente unas puertas que abrieran en un ángulo más grande serían muy bienvenidas. Las ventanillas posteriores, como ya hemos comentado, son pequeñas y, además, comienzan muy arriba de la puerta, por lo que probablemente los niños de menor edad no alcancen a ver nada de lo que ocurre en el exterior. A los adultos también les costará porque las ventanillas, además de ser chicas, están adelantadas respecto a los ocupantes. Si estos giran 90 grados la cabeza hacia el exterior, lo que les queda justo delante es el guarnecido de plástico negro que hay entre las ventanillas y la luna posterior en lugar del cristal.
Una de las novedades del C-HR 2024 es la posibilidad de pedir un techo de cristal panorámico, que viene muy bien para mejorar la escasa luminosidad del habitáculo. Este techo está oscurecido para bloquear parte de la luz visible y, además, lleva un aislamiento para evitar la pérdida de calor en invierno. No lleva una cortinilla enrollable. En su lugar hay una extraíble para cubrirlo cuando la radiación solar es excesiva.
El maletero tiene distinta capacidad en función de la versión. El de mayor tamaño lo tiene el 140H que dispone de 388 litros, seguido del 200H con 364 litros y del 200H AWD-i con 362. El valor menos favorable lo tiene la versión híbrida enchufable 220PH, 310 litros. Esta disparidad se debe a la distinta ubicación de los componentes eléctricos. En el 140H la batería de 12 voltios va colocada en el vano delantero junto al motor, mientras que en el resto va situada en el maletero. Por otra parte, en el híbrido enchufable se reduce aún más el maletero porque Toyota ha dispuesto bajo su piso el cargador embarcado, elemento que naturalmente no llevan los modelos híbridos no-enchufables.
En cualquier caso, es difícil de aprovechar el espacio disponible en su totalidad por la irregularidad de las paredes, al menos en ls versión 200H (imagen e imagen). Por otra parte, el volumen es inferior al de la mayor parte de la competencia. Los mencionados Kia Niro y Mazda CX-30 tienen 451 y 430 litros respectivamente, mientras que otras alternativas, como un Dacia Duster y un Peugeot 2008 disponen de 430 y 434 litros.
Los respaldos de la segunda fila están divididos en dos partes abatibles independientes (imagen e imagen). Cuando estos están tumbados la superficie no queda enrasada con el piso del maletero (que además no es ajustable en altura), lo que puede ser un inconveniente para según qué cargas. El portón tiene accionamiento eléctrico o manual según el nivel de equipamiento.