Toyota Avensis Verso (2002) | Bien en curvas y algo ruidoso
Según la primera impresión, la pequeña diferencia de altura entre este monovolumen y sus competidores se aprecia, al conducir, en el paso por curva. El balanceo de la carrocería es menor que en los otros monovolúmenes grandes. No sólo resulta más ágil, también es más confortable. Ninguno de los dos motores pone en aprietos al chasis, no hay pérdidas de tracción ni reacciones extrañas al acelerar o ahuecar en apoyo. El eje delantero entra bien en las curvas y el posterior le sigue con docilidad. En definitiva, el equilibrio entre comodidad y estabilidad es acertado.
Los frenos tienen que parar más de tonelada y media y lo hacen con eficacia. En un tramo con curvas los utilizamos con intensidad y si bien acusan el esfuerzo y se calientan notablemente (al parar en un cruce salía humo de las ruedas delanteras) mantienen una buena capacidad de frenada en esas condiciones.
Sólo hay dos cosas que influyen negativamente en el conductor. Una es la ya comentada postura al volante. Poco más de una hora de conducir es poco tiempo para ir mejorando la postura al volante. Sin embargo lo intenté y no conseguí encontrarme cómodo. Para sincronizar bien el movimiento de manos y pies es indispensable estar a gusto y con todo a mano. No es el caso. Claro que esta cuestión es muy personal y por tanto lo mejor, para quien esté interesado en el coche, es probar en el concesionario. Yo no me encontraba cómodo pero es posible que muchas personas sí lo estén.
El otro elemento que perjudica la sensación de bienestar al volante es el ruido. No es escandaloso, pero tanto el motor Diesel como el de gasolina se oyen apreciablemente en el coche a velocidad media. Cuando se va un poco más rápido, lo que suena no es tanto el motor, sino el ruido aerodinámico al pasar alrededor de los espejos de gran tamaño.