Tesla Model S (2013) | Información técnica
La plataforma del Model S ha sido concebida desde el primer momento para ser exclusivamente eléctrica. Se caracteriza por una gran batería plana que ocupa toda la superficie disponible entre ambos ejes y los laterales de la carrocería. El motor y el inversor por su parte forman un conjunto compacto ubicado transversalmente en el eje posterior. Va a ser usada en más vehículos, entre ellos un SUV de 7 plazas —el Model X, aquí imágenes del prototipo—, que saldrá a la venta a finales de 2014.
Al no tener que dar cobijo a un motor de combustión, ni tampoco a los sistemas que lo acompañan (radiadores, caja de cambios, depósito de combustible, etc.), dispone de un gran espacio bajo el frontal del coche que sirve como maletero adicional, pero que también realiza funciones de absorción de energía en caso de colisión. Asimismo, la estructura de la batería aporta una gran rigidez en los impactos laterales.
Batería y recarga
Las dos baterías disponibles —de 60 y 85 kWh— tienen una capacidad mucho mayor que el resto de vehículos eléctricos a la venta. Esto incrementa el peso y el precio del vehículo, pero le permite alcanzar cifras de autonomía a la altura de uno con motor térmico. Adicionalmente, una batería más grande significa menos ciclos de carga y descarga para los mismos kilómetros, así como una mayor potencia disponible sin degradar las celdas. Tesla garantiza la batería por 8 años, durante 200 000 km para la de 60 kWh y sin límite de kilometraje en la de 85 kWh. Para asegurar que su temperatura está siempre en un rango óptimo (alrededor de 35 ºC) y así minimizar la degradación, incorporan un sistema de climatización mediante líquido refrigerante.
Su recarga se realiza a través de un puerto estándar Tipo 2, que permanece oculto en un lateral del piloto izquierdo cuando no se usa. Este conector es compatible con un amplio rango de corrientes y tensiones, permitiendo recargar el Model S en cualquier enchufe. Evidentemente el tiempo de recarga depende de las características de la toma, por lo que resulta conveniente instalar una de al menos 7,5 kW en el lugar de recarga habitual.
En un enchufe convencional —Schuko a 13 A y 230 V— la batería recupera unos 14 km por hora de recarga. En uno de potencia media —CEE a 32 A y 230 V, el recomendado por la marca para la recarga nocturna diaria—, recupera 36 km por hora. Si se instalan los cargadores gemelos (opción disponible por 1510 euros) y se enchufa en una toma adecuada —Tipo 2 a 32 A y 400 V trifásica— la velocidad de recarga asciende a 110 km por hora (tabla).
Adicionalmente, se puede recargar en estaciones propiedad de Tesla que van a ser desplegadas en puntos estratégicos de la red de carreteras europea a lo largo del próximo año, también en España, según Roberto Toro, responsable de comunicación de Tesla para el sur de Europa (las primeras estaciones ya cubren los recorridos en Noruega). En estas instalaciones —llamadas «Superchargers»— la recarga se realiza a una potencia muy elevada, hasta 120 kW (135 kW en un futuro próximo). Gracias a esa intensidad y al gran tamaño de la batería, se logran recuperar 320 km en 30 minutos de conexión. La marca asegura que como la mayoría de los «Superchargers» estarán separados por menos de esa distancia, permitirán circular en un Model S parando apenas media hora por cada tres de conducción.
Una peculiaridad de este sistema es que las recargas son costeadas por Tesla. El usuario tan sólo debe abonar un único cargo de activación (de 2150 euros para el modelo de 60 kWh) en el momento que lo considere oportuno, pues el cableado está instalado por defecto en todos los Model S. Las versiones de 85 kWh lo traen activo de serie, sin cargos adicionales. El número de recargas gratuitas es ilimitado, de por vida.
Motor y transmisión
El motor es trifásico de inducción, de cuatro polos (asíncrono con rotor de cobre). Motor e inversor forman un conjunto cilíndrico compacto. Esta disposición permite ubicarlo detrás del eje posterior, sin restar mucho espacio de maletero. Hay dos variantes, una para las versiones normales y otra para las «Performance», con una potencia pico de 388 y 476 CV respectivamente. La potencia disponible se ve condicionada por la batería, lo que da como resultado las cifras de 306, 367 y 421 CV enunciadas en apartados anteriores. Esta limitación tiene como objetivo garantizar la longevidad de las celdas al evitar grandes corrientes de descarga. A mayor número de celdas más corriente disponible, de ahí que las versiones con baterías de más capacidad tengan mejores prestaciones. La transmisión es de una única relación fija, sin embrague. La reducción es 9,73:1. La marcha atrás se lleva a cabo haciendo girar el motor en sentido inverso.
Chasis y carrocería
Para compensar el elevado peso de la batería, el Model S está realizado íntegramente en aluminio. La masa del vehículo es de 2100 kg. Es mucho en términos absolutos, pero comparado con sus rivales apenas es un 5-10% superior. Un Porsche Panamera GTS (440 CV) pesa 1925 kg y un BMW M5 (560 CV) pesa 1 945 kg. Esto es 175 y 155 kg menos que el Tesla.
La suspensión tiene un esquema elaborado, recurriendo al paralelogramo deformable con falso triángulo inferior delante y a una multibrazo en el eje trasero. De serie lleva resortes helicoidales, pero opcionalmente puede tener una suspensión neumática de altura regulable (de serie en la versión «Performance»). En todo caso, los amortiguadores no tienen dureza variable. Las llantas de serie son de 19 pulgadas, con neumáticos Goodyear Eagle RS-A2 de medidas 245/45 R19. Opcionalmente puede equipar unas de 21 pulgadas, de color plata o gris. Los neumáticos en este caso son los Michelin Pilot Sport PS2 245/35 R21. El pack «Performance plus» incluye las llantas más grandes, con mayor garganta atrás (9,5” frente a 9”), y los neumáticos traseros pasan a ser de medida 265/35 R21.