Suzuki Swift (2012) | Impresiones de conducción
El Suzuki Swift me parece recomendable para trayectos urbanos porque es agradable de conducir y maniobra en poco espacio. Casi todos los coches de su tamaño necesitan más espacio para girar, salvo el Toyota Yaris.
En carretera, el Swift es cómodo, ágil y estable. La dirección es precisa, tiene buen tacto e indica con fidelidad que sucede bajo las ruedas. Tiene una suspensión firme —que sujeta bien la carrocería— pero no incómoda. Transmite sensación de seguridad a quien lo conduce. Cuando se circula por carreteras reviradas, el Swift tiene una respuesta más cercana a modelos de mayor tamaño, como el SEAT Ibiza o el Volkswagen Polo, que a los más pequeños y similares a él como el Toyota Yaris.
El habitáculo está bien aislado acústicamente si se viaja a velocidad inferior a 120 km/h. Por encima, el ruido de rodadura sí es claramente perceptible.
La visibilidad es buena en todas direcciones, aunque la luneta es pequeña. Destaca el gran tamaño de los espejos retrovisores exteriores. Aunque desde el puesto de conducción no se ve el final de la carrocería, no es difícil saber dónde está.
1.3 D de 75 CV
Con este motor, el Swift es muy agradable de conducir, es rápido y gasta poco.
La única pega en ciudad es que le cuesta salir desde parado en pendientes pronunciadas, como en la rampa de un garaje. En ocasiones, es necesario hacer patinar el embrague notablemente para que el coche pueda superar ese desnivel. Es un inconveniente importante en cualquier tipo de coche, pero especialmente en uno de ciudad. A partir de unas 2.000 rpm se aprecia un incremento grande en el empuje. En carretera tiene potencia suficiente para viajar con agilidad.
Es un motor suave y poco ruidoso, aunque a bajas vueltas se oye con claridad en el habitáculo, sin llegar a ser molesto. No produce vibraciones incómodas en el volante o los pedales, ni siquiera al ralentí, como sí ocurre en otros motores similares —esto es más acusado en los de tres cilindros que tienen algunos de sus rivales (como el Ibiza o el Fabia) que en los de cuatro como el del Swift—. La caja de cambios manual de cinco velocidades me ha parecido muy buena, tanto por tacto como por los recorridos (cortos).
Este motor da una buena capacidad de aceleración. De hecho, el Swift 1.3 D de 75 CV acelera mejor que otros modelos de similar tamaño y potencia que hemos probado, como un Volkswagen Polo, un Fiat 500 o un Opel Corsa, todos con motores Diesel de 75 CV (tabla comparativa). Además, el Suzuki es de los que mejor recupera velocidad en 4ª y 5ª marcha (tabla comparativa).
El Swift que hemos probado también sobresale por su bajo consumo. En nuestro habitual recorrido para medir el gasto de carburante, un trayecto de 143,3 kilómetros de autovía que realizamos a la media más próxima posible a 120 km/h, consumió 5,5 l/100 km.Es un gasto bajo, claramente inferior al de, por ejemplo, un Ford Ka con motor Diesel TDCi de 75 CV (6,5 l/100 km). La versión HDi de 90 CV del Citroën DS3 consumió en este recorrido 6,0 l/100 km.
Nuestra unidad de pruebas ha frenado bien. Ha necesitado 54,5 metros para pararse desde 120 km/h. Algunos modelos de similares características de los que hemos medido sus prestaciones han frenado ligeramente mejor, como es el caso del Audi A1, el SEAT Ibiza, el Ford Ka o el Volkswagen Polo, pero muchos otros, la mayoría, lo hicieron peor (tabla comparativa). La frenada del Swift transmite confianza a su conductor porque el coche no cambia de trayectoria ni la carrocería se mueve en exceso.
El Swift 1.3 D de 75 CV que hemos probado llevaba unos neumáticos que nos han parecido de buena calidad, por la adherencia que proporcionaban, unos Continental ContiPremiumContact2 de medidas 185/55 R16.
1.2 VVT de 94 CV
A continuación reproduzco las opiniones de mi compañero Jorge Fernández, que probó el Swift con este motor y cambio manual en la presentación del modelo: «Tiene fuerza suficiente como para mover al Swift con agilidad, aunque cuando se circula con el aire acondicionado conectado es evidente la pérdida de fuerza. Seguramente se eche en falta mayor potencia al circular con el vehículo cargado o al realizar maniobras de adelantamiento en carreteras de doble sentido. El tacto de la palanca de cambios manual es agradable —los recorridos están bien definidos y hay que hacer poco esfuerzo para moverla—».
Este motor es distinto al del Swift de 2005 —ahora tiene un sistema de distribución variable en las válvulas de admisión y escape—. Puede ir acompañado de un cambio manual o automático, de cinco y cuatro velocidades respectivamente. Opcionalmente puede tener un sistema de parada y arranque automático del motor cuando el coche está detenido («Start/Stop»).
La versión con cambio manual acelera desde parado hasta 100 km/h en 12,3 segundos y llega a 165 km/h de velocidad máxima. En el caso de la versión con cambio automático los datos empeoran: acelera desde parado en 13,5 segundos y alcanza una velocidad máxima de 160 km/h. Son datos lentos para un coche de sus características (ficha comparativa).
Según los datos oficiales, lo más favorable de este modelo es que gasta poco. Con el motor de gasolina y cambio manual tiene un consumo medio homologado de 5,0 l/100 km con ambas carrocerías, que es muy poco para su potencia y tamaño. Con el cambio automático el consumo es mayor —0,5 y 0,6 l/100 km en las versiones de tres y cinco puertas, respectivamente—.