Subaru XV (2018) | Impresiones del interior
El habitáculo del nuevo XV es más actual pero sigue sin tener materiales de aspecto lujoso y su diseño podría pasar por el de un coche de hace diez o quince años (y el modelo 2016, el de uno de los 90...) salvo por las pantallas (galería de imágenes de interior). Habrá gente a la que esto les resulte de importancia pero es algo irrelevante a la hora de utilizarlo.
En general, todo es sencillo de utilizar, pero el XV no es de esos coches en los que a la primera uno sabe dónde está lo que busca. Por ejemplo, los botones de dos sistemas de ayuda a la conducción están donde (creo) a nadie se le ocurriría encontrarlos: en el plafón de luz del techo (imagen). Parece más lógico que estuviesen en el conjunto de mandos que hay en el lado izquierdo del salpicadero (imagen), donde también está el de detección de vehículos en el ángulo muerto o el «misterioso» botón marcado como SRH (si se busca en el manual, en la S, no aparece; está en la sección de alumbrado porque es el que desactiva el alumbrado adaptativo; SRH son las siglas de Steering Responsive Headlights).
También requiere aprendizaje el manejo de la pantalla del cuadro de instrumentos y la que hay en la parte superior del salpicadero. Ambas dan información del coche y se manejan desde los manos que hay en el volante; pero, además, hay que utilizar un botón que hay en el salpicadero para cambiar entre los dos parciales del ordenador de viaje y poder ponerlos a cero. El volante tiene trece botones, no parece que poner un decimocuarto para lo anterior supusiese complicarlo.
Manejar todo lo anterior resulta sencillo, pero requiere dedicarle unos instantes para saberlo utilizar. Una vez que se sabe, el conductor tiene a su alcance mucha información.
En la pantalla que hay en el cuadro se visualizan dos ordenadores de viaje, la indicación del tiempo que ha estado activo el sistema Stop&Start y los mililitros de combustible que ha ahorrado, la presión de cada neumático e información de los asistentes de conducción. Esta pantalla es a color en todos los niveles de equipamiento salvo en el más básico, en el que es monocroma.
En la otra pantalla (imagen), hay dos zonas. En la franja superior se visualiza siempre la hora, la temperatura y la configuración del climatizador (que se maneja desde unos mandos, no desde la pantalla). Lo que aparece en la inferior es variable; ahí se puede consultar un gráfico con el funcionamiento del sistema de tracción y un inclinómetro, otro gráfico donde se muestran que asistentes están operativos, indicaciones de consumo medio e instantáneo o la información del equipo de audio.
Hay una tercera pantalla, la más grande de todas (imagen). Y la única que bajo algunas condiciones lumínicas puede no verse bien. Es táctil y desde ella se utiliza el sistema multimedia. Es fácil de usar, pero no tiene navegador. Si se quiere ver en ella un navegador hay que utilizar uno instalado en el móvil a través de los protocolos de conexión Android Auto y Apple CarPlay.
Para esto es necesario conectar el móvil mediante un cable a la toma USB que hay escondida en el hueco de la parte inferior de la consola. Y digo escondida porque de noche no hay luz alguna que ayude a conectar el cable. Junto a ella también hay una conexión auxiliar de audio y una toma de corriente de 12 V (imagen).
Los mandos del climatizador están inmediatamente por encima de este hueco. Las ruletas y botones que lo controlan (imagen) son grandes y fáciles de localizar con la mano y, a la vez, es sencillo ver los efectos de tales ajustes en la pantalla superior sin apenas desviar la vista de la carretera. El sistema de climatización es uno de los elementos que se puede manejar mediante el control por voz.
El acceso y salida del habitáculo puede ser un aspecto positivo para aquellas personas a las que les cueste entrar y salir de coches más bajos pero tampoco quieran un coche al que sea necesario subirse o dejarse caer. Subaru no ha resuelto bien el inconveniente que supone que al sacar la pierna esta siempre roza con la parte inferior de la carrocería, que puede estar sucia; en otras marcas, la puerta envuelve la carrocería también por esa zona. Así, al abrirla, la pernera toca una chapa limpia.
Como la carrocería del XV no es muy alta (mide 1,59 m con las barras del techo incluidas), las puertas no son tan grandes como en otros modelos. Esto no nos ha precedido un problema para acceder al coche pero sí hace menos cómodo colocar a un niño en su sillita. Eso sí, las puertas traseras abren hasta un ángulo de 74º.
Las plazas traseras de los extremos son las que tienen anclajes Isofix (ocultos bajo unas tapitas de plástico, imagen) y Toptether (en los respaldos, imagen). El espacio que queda entre dos sillas sujetas por este sistema es insuficiente para que entre ellas quepa una persona (y menos otra silla). Si no van niños en sillas, la plaza central, que sigue siendo pequeña, no es cómoda, por su forma y porque el túnel central es muy voluminoso y quita un espacio necesario para colocar los pies. Sí es abundante el espacio que hay en sentido longitudinal. Los pasajeros de estas plazas no tienen salidas de aire (salvo las que hay en los pies) ni conexiones eléctricas (imagen del extremo posterior de la consola).
Los asientos delanteros tienen un mullido firme y dan una sujeción normal (Subaru dice que dan más que los del modelo anterior). Carecen de regulación lumbar. Sí pueden tener ajustes eléctricos (sin memorias) y calefacción, cuya intensidad se puede regular en dos niveles. Los pasajeros de estas plazas tienen donde cargar los móviles (hay dos tomas USB en el cajón que hay bajo el reposabrazos central, imagen) y huecos suficientes donde dejar el mando del garaje, llaves u otros objetos de pequeño tamaño.
La posición al volante me ha parecido buena. Los movimientos de este para ajustarlo son amplios y ello facilita ir sentado correctamente. El apoyacabezas, además de la regulación en altura, puede acercarse o alejarse de la nuca.
El maletero tiene 385 litros. Es más pequeño que el de la media de sus alternativas (el Peugeot 3008 y el Volkswagen Tiguan tienen el más grande de entre ellas, con 520 litros). Bajo el piso está el equipo de reparación de pinchazos (imagen) y un hueco destinado a guardar el carrete de la cortina enrollable si se va a emplear el volumen disponible hasta el techo.
Hay cosas que quizás se echen de menos en un coche lanzado en 2017. Son por ejemplo los sistemas de apertura eléctrica del portón, el de proyección de la información, el de recarga inalámbrica o un techo de cristal más grande. El que puede tener es de tamaño pequeño y para accionarlo tiene dos botones: uno para bascularlo y otro para deslizarlo hacia atrás. Si el techo se encuentra levantado, es necesario bajarlo con ese mismo botón y luego pulsar el botón que lo desliza. En la mayoría de marcas esto es innecesario.