SsangYong Rexton (2002) | Impresiones de conducción del 3.2 H6

09/05/2002 |Víctor M. Fernández

He tenido ocasión de conducir el Rexton 3.2 H6 durante pocos kilómetros y no he podido sacar grandes conclusiones, aunque sí me han servido para tener una idea bastante aproximada de cómo va este todo terreno. A pesar de la potencia de su motor Mercedes-Benz de seis cilindros en línea, la sensación que transmite es de coche pesado. El empuje de sus 220 CV se ve en cierta medida apagado por un cambio automático de sólo cuatro marchas con unos desarrollos largos que le restan más brío en carretera. En SsangYong anuncian una velocidad máxima de 182 km/h y un consumo medio de 15 litros/100 km, una relación entre prestaciones y consumo mejorable respecto a otros todo terreno similares.

Las suspensiones son muy suaves y aportan un excelente nivel de confort, pero no pueden evitar un acusado balanceo y cabeceo de la carrocería. El Rexton 3.2 H6 es muy predecible de reacciones pero no alcanza el nivel de estabilidad de otros todo terreno similares en una conducción exigente y se nota en gran medida la transferencia de pesos en los cambios de apoyo. Tampoco puede llevar control de estabilidad como alguno de ellos, elemento que al Rexton le vendría especialmente bien.

El cambio automático de cuatro marchas y gestión electrónica es similar al que utilizaban hace ya más de diez años los Mercedes (Clase E y Clase G), con tres programas de selección y una rejilla escalonada que, a algunos conductores les resulta muy agradable en el manejo de la palanca y a otros no les gusta tanto. En cualquier caso, el cambio me parece que tiene un escalonamiento muy abierto entre las marchas y su funcionamiento carece de la suavidad, rapidez y refinamiento de los modernos cambios automáticos de cinco marchas con mando secuencial.

Los frenos tienen un tacto correcto, pero no destacan especialmente en el Rexton. Principalmente porque, al frenar fuerte, se comprime mucho la suspensión delantera y se levanta mucho más todavía la suspensión trasera, lo que provoca un cabeceo muy acusado y una pérdida de equilibrio y estabilidad en la frenada (al quedar practicamente descargadas de peso las ruedas traseras). Afortunadamente, todos los Rexton tienen un eficaz sistema antibloqueo de frenos (Bosch) que se encarga de evitar un más que probable bloqueo de las ruedas traseras, con la consiguiente pérdida de estabilidad que eso supondría. Esta reacción ya le ocurría al SsangYong Musso y la marca coreana no parece haberlo corregido en el nuevo Rexton.

En conducción todo terreno, el Rexton 3.2 H6 está mejor adaptado para pistas forestales y caminos que para zonas trialeras complicadas. Su sistema de tracción engranable a las cuatro ruedas con distribución de par variable de forma completamente automática tiene un funcionamiento suave y aparentemente eficaz sobre superficies deslizantes, en donde el Rexton tiene una buena motricidad. Sin embargo, la ausencia de un bloqueo del diferencial trasero le resta eficacia en conducción trialera, puesto que al quedarse un par de ruedas con poca adherencia o en el aire no es capaz de superar el obstáculo, y el ABD (frenado automático de la rueda que patina) no se muestra suficientemente eficaz en dicha circunstancia. El recorrido de las suspensiones traseras (eje rígido) es grande, pero el de las suspensiones delanteras (ruedas independientes) es mejorable para una conducción todo terreno muy exigente. Esto hace que, en un cruce de ejes acusado, una rueda delantera se quede en el aire con cierta facilidad y se pierda motricidad.

La reductora se conecta con facilidad apretando un botón situado en el salpicadero. La operación es muy cómoda y sencilla. El único requisito es detener el coche para conectarla y desconectarla.