smart roadster 60 (2003) | Reacciones muy efectivas

22/07/2003 |Enrique Calle

En una carretera donde no se alcance una velocidad grande, este smart puede ser más rápido que muchos coches más potentes y aceptados como «deportivos».

Es necesario ir muy deprisa para perder la trayectoria por subviraje y es casi imposible provocar un sobreviraje, bien al acelerar sobre asfalto adherente, o bien al provocar una deceleración en curva. A mí me parece que el intervalo de tiempo entre ir sin deslizar y que lo haga (o viceversa) es más corto y se manifiesta de manera un poco más rápida que en un utilitario deportivo.

En carreteras amplias va bien, y mantiene buen aplomo incluso a velocidades elevadas. Las carreteras sinuosas, con buen firme y donde es difícil sobrepasar 100 km/h, son el lugar idóneo para sacar partido al smart roadster.

Naturalmente puede ir más deprisa. En carreteras mejores puede alcanzar y mantener con facilidad más de 160 km/h (la velocidad máxima anunciada es 175 km/h para el roadster y 180 km/h para el roadster-coupé), pero como el ruido del viento en esas circunstancias es tan elevado y las turbulencias del aire molestan, lo mejor es usar el techo, que aísla bien del exterior. En esas condiciones lo que se escucha claramente es el sonido del motor.

Los neumáticos que tenía nuestra unidad de pruebas eran unos Bridgestone B340 en medidas 185/55 R15 82T; las cuatro ruedas tienen los mismos neumáticos, pero puede que lo parezca porque el bombeo de las llantas es distinto. Las delanteras tienen bombeo positivo, las traseras tienen menos bombeo positivo (o incluso negativo).

El smart roadster tiene opcionalmente ruedas 205 /50 R15, que son las que tiene de serie el roadster-coupé. Dado el excelente agarre lateral del smart roadster, no parece conveniente desde el punto de vista dinámico montar unos más anchos. En un coche así de ligero, unos neumáticos anchos pueden hacer al coche difícil de conducir si hay agua en el suelo.

No tiene reacciones que pongan fácilmente en aprietos al conductor, pero es un coche para conducir «con las dos manos» (más si cabe que un coche más convencional), porque no tiene dirección asistida (la puede llevar opcionalmente), porque es capaz de pasar muy rápido por las curvas y porque cuando el asfalto está muy deteriorado las ruedas pueden transmitir movimientos al volante o ligeros cambios de trayectoria. Además, como la suspensión es tirando a dura, transmite claramente las irregularidades al interior. La dirección tiene 3,5 vueltas de tope a tope, no tiene dirección asistida pero no se echa mucho en falta. Estaría bien que fuera un poco menos desmultiplicada.

Su capacidad de frenada también es muy buena, obtuvimos una frenada de 51 metros; ningún coche —de los que hemos hecho prestaciones en km77.com— ha frenado en menos distancia. Su resistencia al calentamiento es muy buena, a pesar de que en las ruedas traseras usa tambores en lugar de discos. El tacto del pedal del freno me recuerda al de algunos Mercedes sin Sensotronic; la primera parte de su recorrido es poco efectiva.