smart EQ fortwo y EQ fortwo cabrio (2020) | Información general
El smart EQ fortwo es un vehículo de pequeño tamaño —2,70 metros de longitud y 1,66 m de anchura—, con dos plazas y movido por un motor eléctrico de 82 caballos. Está disponible con carrocería cerrada y descapotable (fortwo y fortwo cabrio respectivamente) con un precio de partida de 24 450 y 27 465 euros respectivamente. Fichas de equipamiento y datos técnicos. Las primeras unidades se entregan en febrero de 2020, aunque hasta el segundo cuatrimestre no están disponibles todas las novedades anunciadas, como la pantalla multimedia.
No hay ningún coche en el mercado que mida menos de tres metros de longitud (hubo uno entre 2008 y 2014, el Toyota iQ). Los modelos eléctricos más pequeños actualmente a la venta son, además del smart EQ fortwo, el Peugeot iOn, el Citroën C-Zero, el Škoda Citigo iV, el SEAT Mii electric, el Volkswagen e-up! y el smart EQ forfour. Todos ellos miden en torno a 3,5 metros de longitud y tienen cuatro plazas. El SEAT es el más barato (desde 18 490 euros) y los smart son los más caros. En esta lista están todos los modelos citados ordenados según su precio, del más barato al más caro.
La autonomía bajo las condiciones del ciclo de homologación WLTP es de 133 km en el caso del fortwo y de 130 km en el del fortwo cabrio. Son unos valores superiores a los del iOn y el C-Zero (ambos 100 km), pero muy inferiores a los del Citigo iV, Mii electric y e-up! (los tres 260 km).
En este artículo tratamos el smart EQ fortwo 2020 (o modelo-año 2020), que no es otra cosa que una actualización del diseño y el equipamiento del smart fortwo de tercera generación, que salió al mercado en agosto de 2014. Esta generación se ofrecía al principio con dos motores de gasolina —de 71 y 90 CV, más información—, en 2017 smart añadió a la gama la versión eléctrica —denominada «smart fortwo electric drive», con 82 CV— y de mediados de 2019 en adelante solo está disponible como vehículo eléctrico con la denominación comercial smart EQ fortwo (y EQ fortwo cabrio).
El sistema de impulsión eléctrico no ha cambiado desde el citado smart fortwo electric drive de 2017, del que dimos nuestras impresiones de conducción en este artículo y que sigue siendo la mejor referencia que podemos dar a quien se interese por este coche, hasta que probemos con detenimiento la versión actualizada, cuyos cambios no afectan a la dinámica. El motor da 82 caballos de potencia máxima, la batería es de iones de litio y tiene una capacidad de 17,6 kWh y existe la opción de pedir un cargador integrado de 22 kW (el de serie es de 4,6 kW) con el que es posible pasar en 40 minutos del 20 al 80 % de carga (información técnica). Durante la presentación internacional hemos conducido las dos variantes por ciudad, con clima frío (8 ºC en el caso más desfavorable y 14 ºC en el más favorable) y húmedo. Usando la calefacción a 22 ºC y prescindiendo del aire acondicionado (que se suele usar para desempañar los cristales) y del modo ECO, la autonomía útil que nos ha dado, con una carga del 100 %, es de entre 88 y 100 km (para un consumo respectivo de 20,0 kWh/100 km en tráfico denso y de 17,4 kWh/100 km en tráfico fluido y con trayectos de extrarradio).
La variante de carrocería cerrada es la que nos parece más aconsejable, porque su aislamiento acústico es mucho mejor. El de la versión Cabrio es malo aún con la capota puesta, y se nota en cualquier circunstancia, porque en autovía el ruido aerodinámico es alto y en ciudad es el ruido del resto del tráfico el que se cuela en el habitáculo con mucha claridad, en especial en túneles y zonas atascadas. En cualquiera de los dos, lo que también se nota es el ruido de rodadura, que en parte se debe a que el motor eléctrico no parece tan silencioso como en otros coches eléctricos. El smart fortwo es una opción ideal para quien necesite moverse por ciudad, aparcando en la calle (hay ciudades en que los coches eléctricos no pagan aparacamiento regulado). Su maniobrabilidad es excelente y la respuesta al acelerador es inmediata. La calefacción tiene poca potencia (para calentar el habitáculo tiene un calefactor de resistencia eléctrica), aunque puede tener asientos calefactables para mejorar el confort térmico.
Este smart EQ fortwo 2020 se distingue fácilmente de las versiones anteriores por el nuevo diseño de la parrilla, que es mucho más grande y ahora puede ir pintada en el mismo color de la carrocería (imagen). También son diferentes los faros (imagen) y los pilotos (imagen), así como la integración de los faros antiniebla delanteros opcionales (imagen). Hay unas nuevas tomas de aire verticales y el capó ha sido ligeramente rediseñado para mejorar la aerodinámica. El aspecto del exterior también cambia debido a la oferta de nuevos colores para la carrocería y nuevos diseños para las llantas, que pueden ser de 15 o 16 pulgadas de diámetro.
En el interior hay un hueco más grande delante de la palanca selectora del cambio. En él, smart dice que caben todo tipo de teléfonos móviles, cosa que parece cierta a tenor de su tamaño. Además, se puede cerrar con una cortinilla. Al igual que antes, ese espacio puede hacer la función de un portabebidas doble.
Otro cambio importante es la sustitución del sistema multimedia por otro con una pantalla más grande —de 8,0 pulgadas en vez de 7,0— y que solo funciona como espejo del sistema operativo del teléfono móvil del usuario. smart dice que así puede ofrecer una pantalla táctil por un precio más reducido y que esta solución es más fácil de utilizar porque tiene un aspecto familiar para el usuario. Estará disponible a partir del segundo cuatrimestre de 2020.
Como antes, el smart EQ fortwo se puede comunicar con una aplicación para teléfonos móviles —llamada smart EQ control— para desde ella consultar información de interés como la autonomía o el estado de carga de la batería, así como para activar a distancia algunos dispositivos, como la calefacción. La novedad para 2020 es que smart ha introducido nuevas funciones denominadas «ready to» (imagen), a través de una segunda aplicación con el mismo nombre y un módulo opcional que se instala en fábrica (484 €; no se puede solicitar a posteriori de la fabricación del coche). Esta aplicación permite gestionar el uso compartido del vehículo (ready to share), gestionar todo el proceso de recuperación en caso de robo (theft recovery), buscar plazas libres de aparcamiento (ready to park, sólo disponible por ahora en Alemania) o un navegador que ayuda al usuario a llegar al lugar donde el vehículo está estacionado (ready to spot).
Aunque el uso compartido está en funcionamiento en muchas ciudades a través de plataformas privadas que se gestionan mediante una aplicación móvil, «ready to share» de smart está más orientada al uso entre particulares que se conocen (aunque no es condición necesaria), como por ejemplo amigos o familiares. De esta forma, es posible alguilar a alguien el coche (la tarifa la fija el propietario y se factura por minutos de uso) entregándole las lláves en mano o dejándolas dentro del coche. La aplicación no permite abrir y cerrar el coche, pero sí activar el inmovilizador, por lo que hasta que el propietario no autorice el préstamo, el coche no arranca aunque se inserte la llave. smart ha llegado a un acuerdo con Mapfre para dar prestaciones de cobertura a quien solicite ready to share y contrate el seguro con esta compañía. De esta forma, el usuario mayor de 25 años que haga uso del coche a través de este servicio de préstamo, estará cubierto por una póliza a todo riesgo con franquicia de 300 euros.
Hay cuatro niveles de equipamiento: Equipamiento estándar, passion, pulse y prime. En cualquiera de ellos son de serie elementos como el apoyabrazos central, los sensores de aparcamiento traseros y la frenada automática de emergencia. Otros elementos disponibles son un techo de cristal, una cámara trasera de ayuda al aparcamiento, luces de ledes para todas las funciones, limpiaparabrisas de encendido automático, luces de ambiente interiores, un espejo retrovisor interior fotosensible y faros antiniebla más avanzados, con función de iluminación en curvas.
El smart EQ fortwo tiene la garantía mínima obligatoria de dos años por defectos de fabricación. Para la batería, en cambio, hay una garantía que asegura que en 8 años o en 100 000 kilómetros, lo que antes suceda, su capacidad no caerá por debajo del 70 % con respecto a la inicial.