smart fortwo (2015) | Impresiones del interior
Como en el anterior fortwo (más información del smart fortwo de 2012) el acceso al interior es cómodo porque las puertas son grandes, abren en un ángulo amplio y cuesta poco moverlas. Quien tenga una estatura elevada (aproximadamente mayor de 1,90 m) le puede resultar incómodo salir del coche porque hay que salvar el marco superior de la puerta, que queda bajo en relación al asiento.
El habitáculo es espacioso para los dos ocupantes que pueden viajar en el. La ganancia en anchura se traduce en un mayor sensación de desahogo. Hay menos altura libre hasta el techo, pero es una pérdida que no es preocupante para personas de hasta 1,95 metros de estatura (salvo con el techo de cristal, que resta un par de centímetros (mediciones del interior).
En general, el puesto de conducción está bien resuelto, pero tiene una serie de características que pueden resultar un inconveniente para algunas personas. Por ejemplo, el volante solo tiene ajuste en altura —obligando a modificar la posición de conducción habitual— y el apoyo para el pie izquierdo, aunque es amplio y firme, está en una posición muy elevada respecto a los pedales, obligando a flexionar la rodilla izquierda más de lo normal.
El asiento del conductor puede tener ajuste en altura, pero el del pasajero no. Ninguno tiene regulación del apoyo lumbar, ajuste que algunos hemos echado en falta pues nos ha parecido que el respaldo en ese punto está muy abultado y duro. Ni los reposacabezas —que están integrados en los asientos— ni los cinturones de seguridad se pueden ajustar en altura, aunque en este caso no suponen un problema porque quedan bien situados para personas de estaturas muy distintas.
La instrumentación consta de un velocímetro y una pantalla de 3,5 pulgadas en su interior (de serie es monocroma y opcionalmente puede ser a color; imagen) donde se muestran los datos del ordenador de viaje, los del historial de consumo o la temperatura del líquido refrigerante. En el caso de pedir el cuentarrevoluciones y el reloj (es una opción conjunta que cuesta 170 €), éstos no van colocados detrás del volante, junto con el velocímetro, sino en un indicador separado pegado al pilar delantero izquierdo (imagen).
Todos los plásticos del habitáculo son duros. El que forma el salpicadero está cubierto por un material textil que puede ser de diferentes colores (ejemplo y ejemplo). Creemos que dicho material textil puede representar un problema de limpieza por lo difícil que es quitar la suciedad y el polvo que se deposita en el entramado de tela. El encaje entre las distintas piezas es bueno, quedan correctamente enrasadas unas con otras y no hay filos cortantes. Tampoco hemos escuchado ruidos ni crujidos durante la conducción por lo que el conjunto parece sólido. Muchos de los mandos del interior proceden de algunos vehículos de Renault y Dacia, como por ejemplo los de los elevalunas y los retrovisores, las manillas de apertura de las puertas, los botones que hay a la izquierda del volante, las palancas del intermitente y limpiaparabrisas, la palanca del cambio de marchas o el plafón de luces.
Hay disponibles dos sistemas multimedia. El de serie es uno en el que la información se ve en una pantalla monocroma (imagen) y para el que, en opción, se puede pedir una base donde colocar un teléfono móvil de tipo smartphone. Para los teléfonos con sistema operativo Android e iOS hay una aplicación mediante la que se establece una conexión con el coche y se pueden realizar diversas funciones como guardar el consumo de los últimos recorridos o manejar la radio. El sistema opcional consta de una pantalla táctil de 7,0 pulgadas integrada en el salpicadero que incluye un sistema de navegación TomTom (imagen). La estructura de los menús y los mandos que hay alrededor de la pantalla recuerdan mucho al sistema R-Link de Renault (información sobre su funcionamiento en un Renault Clio). En opción también hay un sistema de sonido del fabricante JBL con ocho altavoces.
El climatizador funciona adecuadamente y permite caldear el habitáculo en pocos minutos, pero el ventilador hace mucho ruido. Para regular la temperatura del climatizador hay que deslizar horizontalmente una especie de pequeña lupa a lo largo de los valores de temperatura seleccionables (imagen). esta forma de representación dificulta la lectura. Por otro lado, las luces que indican los demás ajustes del climatizador (como la velocidad del ventilador, el lugar de salida del aire y la selección o no del modo automático) no se ven bien cuando el sol incide directamente sobre ellos.
Hay varios huecos para dejar objetos, pero ninguno de ellos tiene un tamaño grande por lo que no siempre es fácil poder dejar lo que se lleva encima; en el portagafas, que está situado en el techo, donde iría el asidero en el lado del conductor, sólo caben gafas pequeñas. Algunos de esos huecos, como los dos portabotellas que hay bajo el climatizador y el extraíble que hay en un lateral de la consola (imagen), tienen un fondo de goma. Detrás de los asientos hay una red elástica donde se pueden dejar documentos o unos chalecos de alta visibilidad (imagen). La guantera es pequeña (apenas da para meter la documentación del vehículo) y no está ventilada, pero sí iluminada por una luz tenue.
El maletero es 40 litros más grande que antes (caben 260 litros, o 350 si se aprovecha todo el espacio disponible hasta el techo). Como en el smart fortwo de anterior generación, el portón tiene dos hojas (imagen), una que se abre hacia arriba (la luneta) y otra que se abate hacia abajo (para abatir esta parte primero hay que abrir la luneta). Esta última parte está preparada para soportar cargas de hasta 100 kilogramos y tiene una tapa que, al abrirse, descubre un hueco ligeramente más capaz que el que tenía el smart fortwo 2012 (imagen).
El respaldo del pasajero se puede abatir contra la banqueta (imagen). Con él en esta posición se crea un plano de carga con el maletero de unos 150 centímetros desde el borde del maletero hasta el salpicadero. A pesar de la densa espuma aislante que tiene el piso del maletero (para aislar el espacio de carga de la temperatura que produce el motor, colocado bajo éste), éste se calienta de forma sensible después de conducir durante un tiempo largo.