smart #1 (2023) - Prueba | Impresiones del interior
La enorme distancia entre ejes del smart #1 (2,75 metros; mayor que la de todas sus alternativas) tiene un impacto muy positivo en el espacio destinado para los pasajeros, especialmente en sentido longitudinal. Según nuestras mediciones, en la segunda fila de asientos hay 78 centímetros para las piernas colocando las butacas en su posición más retrasada (se pueden mover 12 centímetros a través de unos carriles, imagen), un dato excepcional que supera al de todos sus rivales e incluso a modelos de mayor tamaño (el más cercano es el Kia e-Niro, con 77 cm). Moviendo los asientos hacia delante aún quedan 66 centímetros de espacio, que es más o menos lo mismo que tiene un Hyundai Kona Eléctrico y algo menos que un Opel Mokka-e (ambos con banquetas fijas). Tabla comparativa de mediciones del interior.
La anchura entre puertas a la altura de los hombros es solo normal (137 centímetros) y, como en todos sus rivales, no permite que tres adultos viajen con un mínimo de confort. Lo mismo ocurre con la altura libre hasta el techo: los 96 centímetros que hemos medido lo sitúan en un punto intermedio frente a modelos parecidos, si bien es más que suficiente para que se puedan acomodar personas de estatura superior a la media (calculo que cercanas a los 190 cm de altura). Los respaldos de esta fila tienen ajuste en inclinación y tras el del asiento central hay una trampilla que conecta con el maletero (puede ser útil para transportar objetos largos; imagen).
El maletero principal del #1 tiene 273 litros de capacidad cuando los asientos traseros están colocados en su posición retrasada. Es un volumen más bien pequeño teniendo en cuenta el tamaño de la carrocería y menor que el de varias de sus alternativas: 448 l el MG ZS EV, 405 l el Peugeot e-2008, 389 l el Renault Megane E-TECH, 311 l el Hyundai Kona eléctrico y 310 l Opel Mokka-e. No obstante, hay que tener en cuenta que la banqueta posterior se puede desplazar longitudinalmente, ampliando el espacio de carga hasta los 411 litros. Adicionalmente, bajo el capó hay otro pequeño maletero oculto tras una tapa con solo 15 litros de capacidad (es pequeño, pero suficiente para guardar los cables de recarga; imagen).
Bajo el piso del espacio de carga principal hay un doble fondo compartimentado y de dimensiones bastante generosas pero formas algo irregulares debido a la instalación del altavoz de graves del sistema de sonido (imagen). En el caben perfectamente los cables de recarga, los triángulos de señalización, un botiquín y algunos objetos menudos adicionales. El portón tiene apertura y cierre automatizados desde el nivel de equipamiento más sencillo.
El aspecto del salpicadero es muy limpio, moderno y minimalista. No llega a serlo tanto como el de los modelos de Tesla, pero casi. Como es habitual en los coches modernos, hay dos pantallas: una para la instrumentación (es de 9,2 pulgadas en formato muy panorámico; imagen) y otra para el sistema multimedia. Esta última, que es de serie en toda la gama, está situada en la parte superior del salpicadero, tiene 12,8 pulgadas y una resolución de 1920 x 1080 píxeles (es decir, es Full HD; imagen). Se ve perfectamente ante todo tipo de condiciones de luz, pero además tiene unos menús muy sencillos de comprender y cambia de funciones con mucha rapidez. Como una (muy) buena tablet.
No obstante, como suele ocurrir en estos casos, aglutina la mayor parte de funciones del vehículo y requiere de un periodo de tiempo más o menos grande (dependerá de la habilidad de cada uno con este tipo de tecnologías) para tener controladas las que son más habituales. Afortunadamente, el sistema de reconocimiento de comandos vocales está igualmente muy bien puesto a punto y, además de entender bien las peticiones enunciadas con un lenguaje natural, permite llevar a cabo más acciones de lo normal (subir o bajar las ventanillas o abrir y cerrar la cortinilla del techo panorámico).
Está conectado permanentemente a internet y permite, entre otras cosas, actualizar elementos y dispositivos del vehículo de manera remota. La parte negativa es que, al menos de momento, no es compatible con Android Auto y CarPlay.
La visibilidad hacia el exterior es entre normal y buena en la parte delantera y más bien mala hacia atrás y hacia los tres cuartos traseros (los pilares posteriores son muy gruesos, como es habitual en coches modernos). No obstante tampoco supone un gran problema porque todos los #1 incluyen de serie sensores de proximidad delante y detrás y un sistema de cámaras que generan una vista cenital del vehículo (entre otras) cuyas imágenes son de buena calidad (no excepcional, pero sí mejor que la media; imagen).
Repartidos por el habitáculo hay muchos huecos para depositar objetos, algunos con tapa y otros sin ella, pero casi todos con el fondo cubierto de goma. Entre los dos asientos delanteros hay una consola flotante muy voluminosa (puede que a algunas personas les parezca incluso demasiado) con varios compartimentos de distinto tamaño y con tomas para la conexión de distintos dispositivos electrónicos: una toma de 12 V, dos USB de tipo C o una superficie de recarga inalámbrica (imagen). Bajo ella hay un hueco muy generoso, también con el fondo de goma, pero con un acceso relativamente complicado (imagen).
Tanto a la vista como al tacto, todo el habitáculo del #1 da una sensación de calidad alta, superior a la de todos los modelos contra los que compite. Hay materiales de distintas texturas y colores, superficies acolchadas tanto en el salpicadero como en las puertas (las traseras también) o parasoles y cubiertas de los pilares A tapizados. También el ajuste entre las distintas piezas parece sólido (no hemos escuchado ruidos por desajustes en ninguna de las unidades que he conducido). Según smart esta unidad se trata de una preserie (no definitiva).