Škoda Octavia Combi (2020) | Impresiones del interior
El habitáculo del Octavia Combi es prácticamente idéntico al de la versión con carrocería berlina. Las diferencias más reseñables son una mayor altura libre al techo en las plazas posteriores (hay cuatro centímetros más) y un maletero ligeramente más capaz si sólo se aprovecha hasta la altura de la cortinilla, y mucho más si esta se pliega y se carga hasta el techo. El portón de la variante Combi facilita la labor en caso de cargar bultos grandes o pesados, porque el vano es mayor y el borde de carga está más bajo.
Este último, como suele ser habitual en cada generación de este modelo, es uno de los elementos de mayor relevancia, tanto por tamaño como por soluciones prácticas. Tiene 640 litros de capacidad, 30 más que el modelo anterior y 40 más que el Octavia con carrocería berlina. Además, según nuestra base de datos, únicamente le supera (y por solo 10 litros) el Volkswagen Passat Variant, un modelo que mide ocho centímetros más (ficha comparativa).
De serie, el maletero cuenta con varios ganchos de fijación en el piso y en las paredes, una toma de 12 V (imagen e imagen), dos plafones de iluminación y cintas ajustables. Opcionalmente también se puede pedir un conjunto de tres redes, una cubierta reversible para el piso (por un lado es de moqueta y por otro de goma), un saco porta esquís, un piso que se puede colocar a dos alturas, rieles metálicos (imagen) o unas piezas plegables de plástico con las que se pueden crear pequeñas zonas diferenciadas del resto de área de carga (foto de dicha pieza en un Kamiq; es idéntica a la del Octavia). Bajo el piso hay sitio para una rueda de repuesto de menor tamaño que las otras cuatro (es opcional), así como para las herramientas necesarias para su colocación. El portón puede tener apertura y cierre automatizados con función manos libres (al pasar el pie por debajo del parachoques, inicia el movimiento).
Škoda dice que el habitáculo del Octavia Combi modelo año 2020 es más espacioso que el del modelo precedente (que ya sobresalía por serlo) y nuestras mediciones lo confirman, aunque solo en algunas cotas. La ganancia más destacable está en la anchura disponible para las plazas delanteras, donde hay cuatro centímetros más. También hay un ligerísimo aumento de la anchura entre puertas en las plazas traseras (dos centímetros), mientras que el espacio para las piernas y la altura hasta el techo son prácticamente iguales (ficha comparativa). Frente a sus alternativas, se encuentra en un término medio en la mayoría de las cotas. Por ejemplo, un Volkswagen Passat Variant o un Renault Talisman Sport Tourer tienen más espacio para las piernas en las plazas traseras, mientras que un Hyundai i30 CW o un SEAT León Sportstourer tienen un poco menos (listado comparativo). Lo mismo ocurre con la anchura entre puertas en esa misma fila de asientos: un Peugeot 508 SW o un Renault Mégane Sport Tourer tienen menos espacio y un Mazda6 Wagon, un poco más.
De serie, los ocupantes de las plazas traseras tienen a su disposición dos salidas de ventilación en la prolongación de la consola delantera (imagen), dos tomas USB de tipo C, huecos portaobjetos en cada una de las puertas (imagen) y bajo el reposabrazos central y revisteros en la parte posterior de los asientos delanteros (imagen). Opcionalmente también se puede pedir regulación independiente del climatizador en la fila de atrás (imagen), un enchufe de 230 V, cortinillas enrollables para las ventanillas (imagen), soportes para tabletas anclados a los reposacabezas delanteros o unos reposacabezas traseros con piezas laterales extensibles (impiden que la cabeza de aquellas personas que van dormidas se muevan mucho al tomar curvas).
El aspecto del salpicadero es muy distinto al que tenía el modelo precedente, ya que Škoda ha eliminado un buen número de botones y mandos y ha aglutinado la mayoría de funciones en la pantalla que hay en la parte central del mismo (imagen del Octavia Combi 2020 e imagen del Octavia Combi 2017). Es una distribución de mandos distinta, que obliga a apartar la vista de la carretera durante más tiempo y que requiere de un periodo de adaptación mediano para localizar las distintas funciones, que son muy numerosas.
Al menos con el sistema multimedia más avanzado, los menús son intuitivos y la pantalla funciona con fluidez (es de 10,1 pulgadas; imagen). En nuestra unidad de prueba, en varias ocasiones el sistema se quedó «colgado», sin respuesta, y lo tuvimos que reiniciar apretando varios segundos el botón de apagado de la pantalla.
El detalle donde Škoda (que presume en su eslogan publicitario «Simply clever» de hacer diseños sencillos e inteligentes) ha empeorado con claridad respecto al modelo anterior es en el uso climatizador. Creo que es un atraso, pues lo que antes requería de un sólo botón para cambiar un ajuste frecuente, ahora requiere de varios pasos: abrir el menú, elegir qué tipo de visualización se desea («A/C Inteligente» o «AC Clásico»; imagen) y, una vez se acierta con el menú que contiene lo que se quiere regular, pulsar el botón correspondiente.
La hilera de botones que hay bajo la pantalla, que están en un plano oblícuo cercano a la horizontal y sirven de acceso rápido a las funciones principales, son prácticos de cara a facilitar esta labor, pero con el sol de mediodía con frecuencia se dejan de ver a causa de los reflejos.
Škoda ha implementado un sistema de reconocimiento de órdenes vocales que reconoce un lenguaje natural y que facilita, relativamente, la ejecución de algunas acciones, como por ejemplo subir o bajar la temperatura del climatizador o introducir una dirección en el navegador. Se llama Laura Digital Assistant y para activarlo no hay que pulsar ningún botón, basta con decir «Ok, Laura». Digo «relativamente» porque, como la mayoría de asistentes vocales, por avanzados que sean, a veces no atinan con las órdenes y resulta más fácil activar a mano la función que empeñarse en que el sistema entienda lo que le estamos pidiendo.
En función del nivel de equipamiento, la instrumentación puede ser una tradicional de agujas (versión Active, que aún no está a la venta) o una que se muestra en una pantalla de 10,2 pulgadas (resto de versiones). Esta última tiene una buena resolución, muchas posibilidades de personalización (aunque no tantas como la que utilizan Audi o Volkswagen en la mayoría de sus modelos) y se ve bien con independencia de la luz que incida en ella (imagen).
Los ajustes de las distintas piezas que componen el salpicadero y las puertas son buenos, parecidos a los del modelo anterior. Lo materiales más vistosos están en la parte superior y central del salpicadero (plástico blando y superficies tapizadas) y en las puertas delanteras. Aquellas zonas que quedan menos a la vista, como la parte inferior del salpicadero o las puertas traseras, están menos cuidadas, pero aún así proporcionan una buena sensación de calidad, tanto a la vista como al tacto. Algunos detalles están especialmente bien pensados, más incluso que en modelos más caros. Por ejemplo, todos los huecos portaobjetos están forrados de goma o de moqueta, la guantera está refrigerada y tiene una tapa con apertura amortiguada y el capó tiene amortiguadores de gas para facilitar a apertura y cierre de mismo (esto último es cada vez menos habitual).