Škoda Octavia (2020) | Impresiones del interior
El habitáculo del Škoda Octavia está bien vestido, con piezas de buena calidad adecuadamente ajustadas entre sí. El tacto del cuero del volante, de los plásticos de la zona altas del salpicadero, de las puertas y, en general, de todo lo que queda al alcance de la mano, es agradable. También los plásticos duros tienen buen tacto, como los que hay en la zona baja del salpicadero (por ejemplo, la tapa de la guantera) y en diversas partes de los paneles de las puertas. Es de agradecer que haya poco plástico negro brillante.
Tiene detalles que no se encuentran en algunos modelos de mayor precio, como por ejemplo que todos los huecos portaobjetos están forrados de goma o de moqueta. La guantera tiene iluminación, una salida de aire regulable (imagen) y su tapa cae lentamente cuando se abre (no tiene cerradura). Otro detalle reseñable, aunque este está fuera del habitáculo, es que el capó tiene un par de muelles para facilitar su apertura y sostenerlo abierto, algo que, por ejemplo, no tiene un Volkswagen Golf.
Los asientos que he probado —acabado Style con la opción Pack Asientos Plus, que incluye una tapicería de cuero para determinadas partes, imagen— son confortables y sujetan bien el cuerpo en las curvas. Los recorridos de los ajustes son largos y, junto con los que ofrece la columna de la dirección en altura y profundidad, es difícil que alguien no encuentre una postura de conducción cómoda. En opción hay posibilidad de pedir que las regulaciones sean eléctricas, que haya dos memorias de posición y que estén totalmente tapizados en cuero. También se puede pedir la función de calefacción (mediante resistencias eléctricas) y masaje, no así de ventilación.
La instrumentación es de agujas en el acabado Active y una pantalla de 10,25 pulgadas en el resto (imagen). Esta segunda, que es la que he probado, muestra mucha información, de forma clara y legible y da un elevado margen de personalización gracias a cuatro diseños predefinidos y la posibilidad de decidir qué ver en determinadas secciones del área de visualización (imagen). Tiene una resolución de 1280 por 480 píxeles, lo que supone una densidad de 133 píxeles por pulgada, que es un dato normal y corriente. En cualquier caso, los gráficos se ven modernos, bien definidos y se mueven con fluidez.
El sistema multimedia más avanzado es el Columbus con pantalla de 10 pulgadas (el que he probado, imagen). Tiene luces y sombras. En la parte positiva está que la pantalla se ve bien bajo cualquier circunstancia de iluminación y que cuesta poco adaptarse a su funcionamiento y aprender donde están los menús que se consultan con mayor asiduidad. En la negativa, que no es extraño que el sistema operativo se quede colgado y con la pantalla congelada en el último menú visitado (aunque algunas funciones siguen estando disponibles, como la regulación del volumen y la posibilidad de aceptar una llamada entrante a través de los mandos del volante).
Para manejar el climatizador hay que utilizar la pantalla, que no es la solución óptima si de lo que se trata es de distraer lo menos posible al conductor. Dicho esto, reconozco que con el paso del tiempo me he acostumbrado a su uso y no se me ha hecho especialmente molesto tener que acudir a ella para realizar algún ajuste. Sin duda, creo que es mejor disponer de mandos mecánicos para hacer cambios, pero si el climatizador funciona bien, como es el caso del Octavia, probablemente sean pocas las veces que se haga necesario tocar la pantalla.
No obstante, hay determinadas funciones cuya activación resulta más tediosa de lo que debiera, como la calefacción de los asientos y el volante. Esto es así no tanto por tener que acertar con el dedo en una zona concreta de la pantalla, sino por el retraso del sistema operativo para responder a la pulsación. Lo que sucede si uno es un poco impaciente es que pulsas, esperas a que suceda la animación de confirmación (esta pantalla no tiene respuesta háptica), ves que no se produce nada y vuelves a pulsar. Al final has pulsado dos veces, la calefacción del asiento no está al nivel deseado y tienes que repetir todo el proceso con mayor calma. Para esta función Škoda podría haber aprovechado la fila de botones que hay justo debajo de la pantalla, que tiene accesos directos a algunas funciones (como la de ajustes del vehículo, la selección de los modos de conducción y el climatizador) y dos espacios libres en sus extremos (imagen).
El sistema de reconocimiento de órdenes vocales tiene un funcionamiento regular. Supuestamente es capaz de comprender órdenes enunciadas con un lenguaje natural, pero la realidad es que es un sistema bastante rígido, muy lejos de lo que Mercedes-Benz ha conseguido con el sistema MBUX. Se activa a la voz de «Ok, Laura», aunque no siempre con éxito (también hay un botón en el volante). Para hacer pequeños cambios como subir la temperatura del climatizador va bien, pero para otras, como meter una dirección en el navegador, puede resultar desesperante y al final uno acaba deteniendo el vehículo y metiéndola a mano. O utilizando el navegador de Google y Apple (mediante Android Auto y CarPlay respectivamente).
La palanca selectora de la caja de cambios automática es pequeña (imagen) y funciona de manera electrónica, es decir, que no está mecánicamente unida a la transmisión. Me parece cómoda, cuando se acciona tiene un tacto firme y sólido y no he echado en falta una palanca de mayor tamaño. El freno de estacionamiento es siempre eléctrico (imagen del mando para controlarlo; debajo de este está el botón para activar la función AutoHold, que mantiene el coche frenado en las detenciones sin necesidad de pisar el pedal del freno).
Los huecos disponibles para guardar objetos son numerosos y de buen tamaño. En los bolsillos de todas las puertas, de las cuatro, es posible meter una botella de litro y medio (imagen e imagen), mientras que en la zona que queda entre los asientos delanteros hay un área para la carga inalámbrica de un móvil (o para dejar cualquier otra cosa; imagen), un doble portabebidas (con una cortinilla enrollable; imagen) y un pequeño hueco para dejar, por ejemplo, el mando del garaje (imagen). El reposabrazos central es extensible y abatible (imagen). Debajo de él hay también un espacio portaobjetos (imagen). Como en otros Škoda, en las puertas delanteras hay un hueco pensado para guardar un paraguas o un cepillo (para acceder a ellos hay que abrirlas; imagen).
Los pasajeros de la fila posterior, además de contar con los citados huecos de las puertas, disponen de revisteros y de un bolsillo extra pensado para meter un teléfono móvil (imagen). El reposabrazos central tiene un mecanismo que, al desplegarlo, permite meter en él dos latas de bebida (imagen). En la consola hay dos salidas de aire y, en caso de pedir la opción, mandos para regular la temperatura (imagen). En esa zona también se encuentran dos USB de tipo C y una toma de corriente de 230 voltios y 150 vatios (imagen).
En esta fila el espacio para las piernas y la cabeza es generoso (mediciones comparativas del interior). Una persona de 1,80 metros de estatura puede viajar detrás de otra de la misma estatura con holgura. La altura hasta el techo puede empezar a ser un problema a partir de aproximadamente el metro ochenta y cinco de estatura (depende también de la proporción tronco/piernas de cada uno). Si no se quiere lidiar con ese problema, la carrocería Combi es una buena solución porque tiene casi cuatro centímetros más de distancia entre la banqueta y el techo.
La peor cota interior es la anchura entre puertas, algo en lo que ninguna generación del Octavia ha destacado. Tres adultos entran, pero deben ser poco corpulentos para que puedan ir cómodos. De lo contrario, ninguno de los tres viajará bien, sobre todo al que le toque la plaza central.
El maletero es muy grande, tiene un volumen de 600 litros (imagen). No hay ningún turismo de tamaño semejante al Octavia que ofrezca más espacio. El que más cerca se queda es el Volkswagen Passat, que es casi 9 centímetros más largo y tiene 14 litros menos de capacidad. El área de carga es diáfana, fácil de aprovechar y en ella hay diversos ganchos (imagen e imagen), dos plafones de iluminación y una toma de corriente de 12 voltios (imagen). El plano de carga no queda enrasado el respaldo de los asientos posteriores cuando estos se abaten, una circunstancia que para transportar ciertos objetos puede ser beneficiosa (a mí por ejemplo, el escalón entre el maletero y los asientos me vino perfecto para encajar ahí el pedal de una bicicleta). Bajo el piso hay una rueda de repuesto de medidas 205/60 R16 (imagen). El portón tiene accionamiento eléctrico (de serie desde el nivel Ambition) y descubre una boca de carga muy grande.