Škoda Octavia 1.9 TDI 105 CV (2004) | La seguridad y estabilidad que se espera de un coche así de moderno
El nivel de estabilidad que tiene el Škoda Octavia es bueno. En muchos aspectos recuerda a un Golf; es un coche cómodo de suspensión (absorbe bien las irregularidades), aunque probablemente no es de los más cómodos. Tiene un cierto balanceo y unas reacciones suaves cuando se le fuerza. En determinadas circunstancias, el Octavia puede tener una cierta tendencia a redondear las curvas cuando se le desequilibra en plena curva que no tiene un Golf, pero que hay que ir buscando mucho para que aparezca.
Sin ser un coche de reacciones directas, puede ser agradable de conducir porque deja sentir al conductor los apoyos en las curvas, más que por ejemplo, un Citroën C5, aunque menos que un Ford Mondeo.
Por reacciones y seguridad activa, está a un nivel muy parecido a un Renault Laguna o a un Toyota Avensis, siempre que se añada al Škoda la opción de control de estabilidad (470 €). Me parece más seguro que un Hyundai Elantra CRDi porque no tiene dicho elemento de seguridad y porque es claramente más subvirador.
Al menos con los neumáticos de nuestra unidad de pruebas (unos Michelín Pilot Primacy en medidas 205/60 R15 91V), hay otros coches que son más ágiles y responden de una manera más inmediata a cada golpe de volante, como un Mazda6 (o un Mazda3 Sedán), un Alfa Romeo 156 o el propio Ford Mondeo.
El tacto de la dirección también recuerda mucho a la que tienen otros coches del grupo Volkswagen que comparten esta misma plataforma. El funcionamiento de la palanca de cambios es correcto; el pedal del freno también tiene buen tacto y lo mantiene incluso después de frenar mucho en carreteras con curvas.