SEAT León 2.0 TSI 265 CV CUPRA R (2009) | Impresiones de conducción
En km77.com medimos la aceleración desde 80 hasta 120 km/h en la marcha o marchas más adecuadas para conseguir la máxima aceleración.
La unidad que hemos probado del CUPRA R ha completado esa medición en 3,3 segundos y lo consigue utilizando únicamente la tercera velocidad (tabla de prestaciones). Es decir, ha sido prácticamente igual de veloz que un Audi R8 4.2 R-Tronic (420 CV), que un Porsche Cayman S (en su variante de 295 CV; todavía no hemos probado el nuevo de 320 CV) y que un BMW M3(420 CV).
La potencia de estos modelos respecto al SEAT León CUPRA R se puede notar en otras circunstancias, por ejemplo, cuando hay que acelerar desde una velocidad muy alta (que tampoco será lo habitual en España) pero no en la medición que hacemos en km77.com.
Lo que ha acelerado nuestro CUPRA R es mayor de lo habitual en un coche de esa potencia y peso. No podemos asegurar que todas las unidades sean tan rápidas como la que nos ha cedido el Departamento de Comunicación de SEAT. Con el Audi S3, que tiene el motor del CUPRA R, también obtuvimos unos datos excepcionalmente buenos, aunque no tanto como los del Cupra R (3,6 s en esa medición) quizá porque es más pesado (80 kg).
La diferencia de aceleración entre un CUPRA R y un CUPRA es sensible pero a mi juicio no es definitiva, salvo para quien de valor a las últimas décimas. Es completamente inusual encontrarse alguna circunstancia en la carretera donde el conductor del CUPRA o del CUPRA R eche en falta más potencia, bien para disfrutar de la conducción o para disponer de la reserva de aceleración necesaria para salir de algún apuro; si se da el caso, será más bien por un error de apreciación que por el coche.
El motor del CUPRA R tiene lo bueno de los motores turboalimentados y de los atmosféricos de giro rápido. De los primeros tiene la contundente respuesta a medio régimen. Eso se nota en que hay que cambiar poco de marcha para conseguir una gran aceleración. De hecho, en una carretera de muchas curvas lentas donde probamos los coches daba prácticamente lo mismo utilizar la segunda o la tercera velocidad para salir con gran aceleración. De los motores atmosféricos de giro rápido tiene la facilidad para alcanzar un régimen alto (7.000 rpm) con gran rapidez.
Toda la fuerza del motor no está disponible de forma inmediata porque hay un corto lapso de tiempo entre que el conductor pisa el acelerador y el motor responde con total contundencia. No obstante, la primera reacción del motor a cada movimiento del acelerador tiene un efecto inmediato, lo que facilita un cambio rápido de carril o desplazarse en ciudad con marchas largas, que es lo más agradable.
Su consumo de combustible es alto en términos absolutos pero no en relación a la reserva de aceleración que tiene. Según mi recorrido de consumo habitual, necesitó 9,5 l/100 km para hacer una media de 120 km/h en un recorrido de ida y vuelta sobre de 160 km en una autovía con importantes desniveles.
Un Ford Focus RS necesitó en el mismo recorrido (a una media de 123 km/h) 9,6 l/100 km. Un Volkswagen Golf GTI (media de 124 km/h) necesitó 8,7 l/100 km. SEAT recomienda para este coche gasolina de octano 98, que es la que hemos utilizado durante toda la prueba.
Al margen de su potencia, también es muy satisfactorio de conducir para aquellos conductores que esperen reacciones «deportivas», porque tiene un intervalo muy pequeño entre sus acciones y las reacciones del coche. Es muy fácil trazar una curva con precisión porque va por donde se apunta con el volante y porque el conductor tiene muchas oportunidades de sentir bien cómo está reaccionando en cada momento porque tiene muy buen tacto de dirección.
A diferencia de algunos coches hechos para ser muy rápidos en curva, el CUPRA R no es «nervioso» en recta. El conductor no debe hacer claramente más esfuerzo con él que con cualquier otro SEAT León para mantener la trayectoria en una carretera de pocas curvas, aunque el piso no sea perfectamente uniforme. Lo que sí se nota es que la carrocería se puede mover verticalmente con gran rapidez al sobrepasar baches porque la suspensión es muy dura. Al principio puede dar cierta sensación de inseguridad, sobre todo si ocurre a velocidad elevada, aunque hemos comprobado es que no se aparta de la trayectoria que marca el volante.
La motricidad es buena para tratarse de un coche con un solo eje motriz. Si se conduce de forma ordenada, acelerando en el momento adecuado y sin girar la dirección más de lo necesario, las ruedas delanteras pueden hacer mucha fuerza contra el suelo. El control de tracción debe funcionar muy bien porque cuando se acelera indiscriminadamente el coche no se queda sin aceleración, sino que sigue ganando velocidad con fuerza, aunque no tanto como lo haría un coche de tracción total.
Los frenos tienen una resistencia adecuada a un uso despreocupado, aunque no son infalibles si, por ejemplo, el conductor trata de acelerar y frenar con gran intensidad en una carretera de montaña durante varios kilómetros seguidos.