SEAT Ibiza 3p 1.9 TDI 160 CV Cupra (2002) | Amplio para cuatro ocupantes
Los ajustes interiores parecen buenos. Los plásticos, aunque no parecen de mala calidad, no son nada vistosos; dan una sensación pobre en un coche que cuesta más de 18.000 €. Un Renault Clio 2.0 RS, que no me parece mejor hecho, causa una sensación de más calidad.
En la parte superior del salpicadero hay un plástico ligeramente blando al tacto y muy rugoso. En la parte inferior hay otro, también rugoso, pero duro. El cuadro, la consola y los aireadores están rodeados por una sola pieza de plástico liso y duro de color oscuro. El Ibiza FR lleva esta misma pieza de color gris claro que, además de producir reflejos, parece de peor calidad.
Las puertas están terminadas en plástico en casi toda su superficie, salvo la zona próxima al apoyabrazos que está tapizada.
Los asientos delanteros son de tipo deportivo, ambos con ajuste en altura. Ofrecen una buena sujeción en las piernas y la cadera pero, para mi gusto, sería necesario algo más de apoyo para los hombros. El volante queda en una posición buena, incluso para personas de estatura mayor que la media. La maniobra del punta-tacón es fácil de hacer con el lateral del pie, gracias a que el pedal del freno va algo más alto que el del acelerador y ambos están próximos entre sí.
Hay algunos detalles específicos de este modelo, como el volante (con ajuste en altura y profundidad) de tres radios con hendiduras para facilitar su sujeción con las manos, con una tira de piel roja en la parte superior (que indica el centrado de la dirección) y el anagrama Cupra en la inferior, las costuras rojas en los asientos, o el logotipo bordado en el respaldo de los asientos delanteros.
También son diferentes los mandos de regulación de la aireación pintados en rojo, los pedales metálicos con puntos de goma y parte de la instrumentación tiene el fondo blanco.
El tapizado del techo, los plásticos de los montantes y los asideros, son negros en esta versión. SEAT ha querido que sea así y lo justifica diciendo: «no queremos que el interior distraiga al conductor, sino que se centre en la conducción».
El paso a las plazas posteriores se hace deslizando los asientos delanteros hacia delante (el respaldo se abate); éstos recuperan su posición al finalizar la maniobra. Detrás, las ventanillas son de apertura tipo compás y de accionamiento manual. Sólo lleva dos apoyacabezas traseros.
El climatizador que trae de serie se encuentra en una posición muy baja y algunos de sus botones, como el desempañado del parabrisas, quedaban ocultos por mi pierna derecha. Además, con el equipo de sonido opcional que llevaba nuestra unidad, al ir a regular la temperatura accionaba equivocadamente el mando del equipo de sonido (que es similar), algo que también nos sucedió con este Ibiza FR.
A pesar del carácter deportivo de esta versión, no hay información sobre el estado del aceite (presión ni temperatura) ni de presión del turbo. El indicador de la gasolina marca depósito lleno a la izquierda y vacío a la derecha, es decir, gira en sentido contrario al habitual.
Tiene ordenador con dos contadores parciales. La información de la temperatura exterior o la hora no se puede mostrar simultáneamente a la de el consumo, la autonomía o velocidad media. En la pantalla del climatizador hay otra indicación de la temperatura exterior.
La iluminación interior es suficiente delante, escasa detrás y nula en el maletero. Suficiente delante y escasa detrás porque el plafón de luz (con lectura de mapas) va colocado delante del todo.
La luz exterior tampoco destaca para bien y soprende que en esta versión no se puedan montar los faros de xenón que si están disponibles para otros Ibiza.
Hay varios huecos repartidos por el habitáculo: un cajón bajo el mando de las luces, detrás del cenicero, en la consola entre el freno de mano y la palanca del cambio y en las puertas. La guantera, con el cargador de CDs opcional, es practicamente inutilizable. Niguno de estos huecos, salvo la guantera, va tapizado ni recubierto con algún material antideslizante.