SEAT Ateca (2016) | Impresiones de interior

14/11/2019 |Mario Garcés (mgarces83) y Alfonso Herrero (@alf_reguart)

El habitáculo del Ateca es más amplio y práctico que lujoso y confortable. Para quien busque un todoterreno ligero con una buena relación entre espacio, equipamiento y precio, posiblemente acierte con el SEAT, pero también con un Kia Sportage o un Hyundai Tucson (ficha de equipamiento comparativa). Si por el contrario da prioridad al aspecto visual, a tener muchas opciones de personalización o más accesorios tecnológicos, un BMW X1 o un Audi Q3 serán mejor opción. En un término medio está el Volkswagen Tiguan, que tiene detalles algo más cuidados. Estos tres modelos son notablemente más caros que el Ateca si se comparan versiones equivalentes.

Todos los materiales que recubren el interior aparentan una calidad alta o normal. No dan impresión de lujo. Los de la parte superior son acolchados y de tacto agradable. Los de la parte baja son más duros pero igualmente buenos. Es fácil familiarizarse con el puesto de conducción porque todos los mandos están distribuidos de la forma clásica en los modelos de SEAT: muy lógica y con todo a la vista.

Hay muchas similitudes con un Volkswagen Tiguan, a excepción de los mandos del programador de velocidad activo, que no están en el volante sino en una palanca (imagen). La instrumentación, como en el modelo de Volkswagen, puede mostrarse mediante marcadores de aguja tradicionales (imagen) o mediante una pantalla configurable a la que SEAT denomina Digital Cockpit (imagen).

El Ateca mide 4,36 m de longitud y su carrocería está bien aprovechada. La medida que tomamos desde el respaldo trasero al delantero es 72 cm, una cantidad similar a la que hay en el Nissan Qashqai —modelo con el que casi calca las dimensiones— pero también con otros como el KIA Sportage y el Renault Kadjar, que son algo más largos. Quien necesite unas plazas traseras con mucho espacio en esta cota encontrará en el Toyota RAV4 una solución mejor.

En lo que sobresale el Ateca frente al resto es en la altura disponible desde las banquetas hasta el techo, especialmente detrás, donde resulta el mejor de los todoterrenos comparables que tenemos medidos (tabla comparativa de dimensiones del habitáculo), por lo que puede ser un modelo muy interesante para quien tenga hijos altos.

Los paneles de las puertas y la consola también son altos y los cinturones delanteros no tienen regulación en altura. Para ver mejor durante las maniobras a corta distancia y para que el cinturón pase a la altura correcta del torso puede ser conveniente subir la banqueta. Yo (que mido 1,71 m) tuve que hacerlo pese a que no me gusta porque la postura de las piernas respecto a los pedales es más parecida a la que se tiene en una furgoneta que a la de un turismo. En cualquier caso, la visibilidad del Ateca solo es muy buena hacia delante, pero no hacia atrás ni hacia los lados.

Los asientos delanteros están 13,4 cm más altos que los de un León ST. Acceder a ellos, tanto a Alfonso Herrero que es alto como a mí, que no lo soy, nos ha resultado cómodo y seguramente lo sea también para cualquier otra persona de estatura próxima a la media. Los asientos son firmes pero la parte del respaldo no sujeta la espalda todo lo bien que nos habría gustado (mientras probábamos el coche en una carretera de curvas, la espalda se deslizaba hacia fuera del asiento).

Las plazas traseras no están pensadas para llevar tres personas. La zona central sobresale, es dura y no se puede ir cómodo en ella. Además, el piso no es plano y molesta para colocar los pies. Esto sucede en todas las versiones, tengan o no tracción total. Por anchura en estas plazas el Ateca está más cerca de los más amplios que de los más estrechos: a la altura de los hombros hay 144 cm, cuatro menos que en un Honda CR-V y nueve más que en un Audi Q3. Entre los anclajes Isofix de cada lado hay 40 cm, un espacio muy estrecho para que quepa una tercera silla infantil en la plaza central.

Por la mayor altura respecto a un turismo, en el Ateca será más cómodo colocar o sacar a un niño de su sillita; sería de agradecer que las puertas traseras abriesen en un ángulo mayor —lo hacen a 67º, que no es mucho. En un KIA Sportage abren a 71º y en un Ford Edge (que es un todoterreno más grande) a 77º—.

SEAT ha resuelto adecuadamente el problema de dónde dejar las cosas que se llevan habitualmente en los bolsillos. Hay espacios suficientes para ello —son los habituales: guantera en el salpicadero, cajón bajo el apoyabrazos central, hueco en la consola (delante y detrás) y en las bolsas de las puertas, de tamaño grande estos últimos para lo que suele ser habitual (imagen)—.

Para las plazas traseras hay de serie aireadores entre los asientos delanteros (imagen), que se pueden abrir y cerrar pero no se puede regular la temperatura del caudal como en el Volkswagen Tiguan (imagen). También a diferencia de este y del SEAT Leon ST, detrás de los respaldos delanteros del Ateca no hay bandejas plegables (imagen).

En el hueco de la consola se puede instalar un sistema de recarga inalámbrica para teléfonos móviles (tienen que ser compatibles con esta forma de alimentar la batería) que también amplifica la señal de la antena. El sistema multimedia Radio System Media Plus es ejemplar por funcionamiento y por su sencillez de uso. Solo con el techo panorámico abierto pueden producirse reflejos en la pantalla cuando el sol está en el cenit, pero no es lo habitual. Desde la pantalla se maneja el circuito de cámaras que generan una vista cenital del coche (imagen), cuya calidad de imagen y flexibilidad de uso es grande. También hay un menú «offroad» con indicadores de inclinación de la carrocería, del ángulo de giro de las ruedas y una brújula.

 

La semana de prueba que tuve el Ateca circulé muchos kilómetros con las cinco plazas ocupadas, durante las horas centrales del día y a temperaturas exteriores de entre 30 y 35º C. Todos los pasajeros tuvimos la sensación de que la capacidad de enfriamiento del climatizador era insuficiente aunque se regulase a una intensidad alta. A mí me daba el sol directamente con frecuencia, pero a los pasajeros de atrás no, porque tanto la tapa del techo panorámico como las ventanas tintadas reducen mucho la insolación del interior. En uno de nuestros blogs, Arturo de Andrés dedicó este artículo hace unas semanas a hablar del funcionamiento del climatizador del SEAT Ateca, con el que tampoco quedó satisfecho.

El maletero tiene 510 litros de capacidad (485 l en las versiones de tracción total por el espacio que requiere el acoplamiento Haldex) a costa de emplear una rueda de repuesto de emergencia (más estrecha que las otras cuatro y de uso limitado; imagen). Es un volumen grande para un coche de este tamaño. Es una capacidad inferior a la del maletero de un León ST, la versión con carrocería familiar (tiene 587 litros), pero mayor que la de todas sus alternativas con carrocería de tipo todoterreno como el Qashqai (430 l), Kadjar (472 l) y el Honda HR-V (470 l).

Para ocultar el equipaje hay una bandeja rígida que se eleva a la vez que el portón y no una cortinilla enrollable, por lo que se evita el tener que manipularla si se quieren meter objetos grandes o llegar a la parte final del maletero. El portón puede tener un sistema de accionamiento eléctrico (imagen) y una función que permite abrirlo o cerrarlo sin usar las manos (hay que hacer un movimiento con el pie por debajo del parachoques). El maletero tiene cuatro argollas a las que sujetar una red, una luz bien colocada (está en el lateral izquierdo, en una posición alta, justo por debajo de la bandeja), dos ganchos para bolsas y unos tiradores para abatir los asientos traseros. No hay una toma de corriente (tampoco en las plazas traseras) y es la zona menos cuidada del coche.