Rover 75 Tourer 2.0 CDT (2001) | Poco espacio de carga, pero con buenas soluciones
Aunque el Rover 75 Tourer es un coche grande, creo que es más indicado para viajar con cuatro adultos que con cinco. Esto se debe a que el pasajero central se topa con un prominente túnel en el suelo que le resta espacio para los pies y a que la forma del respaldo limita la comodidad de los pasajeros laterales si se tienen que situar en los extremos. Aún así, la plaza central está bien preparada, con reposacabezas y cinturón de seguridad de tres puntos.
Detrás, hay una buena habitabilidad. Sin llegar al nivel del Citroën C5 Break, sí es de los mejores en medida interior, sobre todo en espacio para las piernas. Si la banqueta de los asientos delanteros está regulada en la posición más baja, los pasajeros traseros no tienen mucho espacio para meter los pies (apenas hay sitio debajo). Detrás hay doble lector de mapas (con una luz muy pobre, al igual que en el doble lector de mapas delantero), salidas de aire regulables, reposabrazos integrado en el respaldo trasero y un reposalatas doble escamoteable en la parte delantera de la banqueta del asiento. Durante un viaje, los pasajeros traseros que llevaba han apuntado que la banqueta tiene el mullido un poco blando y que al respaldo le falta algo más de apoyo lumbar. Por lo demás, se sintieron muy cómodos.
El maletero es muy largo, la anchura está condicionada por los pasos de rueda y es poco alto hasta el cubre maletero enrollable, situado a la altura de las ventanillas laterales. Por eso, su volumen es escaso para el tamaño del coche (400 litros), lejos de otros maleteros como el del Ford Mondeo Wagon (540 l.) o el Citroën C5 Break (563 l.). Tampoco es demasiado alto hasta el techo, a causa de la forma descendente de éste.
Tiene el plano de carga muy bajo y se accede al interior fácilmente. Además, se puede abrir de forma independiente la luneta trasera, lo que amplía la comodidad de carga cuando metemos algún objeto pequeño (no hay que abrir todo el portón trasero).
En la parte derecha del maletero hay un cajón que esconde el sistema de navegación por satélite (opcional) y en la parte izquierda hay otro dentro del cual se encuentra el subwoofer (en las versiones con el equipo de audio Harman Kardon). Hay cuatro enganches (cromados) para poder colocar una red y en el piso hay una tapa (que se levanta muy fácilmente y queda abierta al tener una varilla-amortiguador) bajo la cual se encuentra el gato, algunas herramientas y una rueda de repuesto de las estrechas, a pesar de que hay sitio para poner una de buen tamaño. En el portón trasero hay integrado otro hueco con tapa en donde se guardan los dos triángulos reflectantes.
Tras el respaldo de los asientos traseros hay un práctico carrete doble en el cual se enrollan la esterilla cubre-equipaje y también una red que se levanta hasta el techo y aísla el maletero de la zona de pasajeros (evita que puedan pasar elementos de un lugar a otro). Dicho carrete es extraíble, se quita y pone con mucha facilidad, pero es un poco pesado.
Los asientos traseros se pueden abatir por partes desiguales (60/40) y queda un amplio espacio de carga con fondo plano y 2.060 mm de longitud. Con los asientos abatidos, el volumen declarado por MG Rover es 1.222 litros, pequeño comparado con el Peugeot 406 Break (1.741 l.), el Ford Mondeo Wagon (1.700 l.) o el Citroën C5 Break (1.658 l.). También hay un hueco central en el respaldo trasero que permite llevar objetos largos sin necesidad de abatir los asientos.