El Rinspeed Oasis es un vehículo eléctrico muy ancho respecto a su longitud (1,92 y 3,60 metros respectivamente). Tiene una gran superficie acristalada y sus ruedas sobresalen de los laterales de la carrocería. Lleva un sistema de conducción autónoma y puede interactuar en las redes sociales para ayudar al conductor en su vida cotidiana e incluso a terceros.

Está especialmente destinado para la ciudad. Está movido por dos motores eléctricos, los cuales están alojados en cada una de las ruedas traseras. Las ruedas delanteras pueden girar en un ángulo muy grande (70 grados para cada lado) y, gracias ello, el espacio necesario para maniobrar es reducido. La batería (de tipo LiFePO4) que alimenta a los motores tiene una capacidad de 12 kWh. La autonomía es 100 kilómetros.

El habitáculo está concebido para que se pueda usar como oficina o como sala de estar. Cuando no se conduce, el volante se pliega (imagen) y se puede utilizar como bandeja (imagen) o como soporte para un teclado de ordenador (imagen).

El Rinspeed Oasis está equipado con un sistema de comunicación por vídeo y audio Skype, con traducción simultánea. Los asientos se pueden girar y reclinar. Hay superficies cubiertas de piel natural y sintética y el piso es de madera. Una de las características más curiosas, es que justo por detrás del parabrisas hay un jardín extraíble (imagen).

Sobre el salpidadero hay una pantalla —de resolución 5k— muy ancha y ligeramente curvada. El parabrisas también sirve como una pantalla, pues sobre ella se proyectan imágenes (mediante tecnología láser) de realidad virtual y aumentada.

Este prototipo está preparado para que pueda circular sin ocupantes en su interior. Esto tiene varias aplicaciones. Rinspeed dice que el Oasis puede dejar a su propietario en el aeropuerto y, durante el tiempo que permanezca fuera, el coche puede estar al servicio de otras personas. Lo hace mandando mensajes a Twitter, haciendo saber —por ejemplo a amigos del conductor— que está disponible. Además, puede convocar a estas personas haciendo uso de la aplicación WhatsApp. Cuando el dueño regresa de viaje, el Oasis lo va a recoger de forma puntual, pues tiene en cuenta los posibles retrasos, atascos y otras complicaciones. La interacción del coche con las redes sociales es tan profunda que, incluso, mantiene actualizado un blog o la cuenta de Instagram del propietario con información respecto al desplazamiento que está realizando. También puede interaccionar con Facebook para, por ejemplo, reservar mesa en un restaurante que previamente ha sido del agrado de algunos de los contactos del propietario.