Renault Symbioz (2025) | Impresiones de conducción
He conducido el Symbioz tanto con los niveles de equipamiento Techno y Esprit Alpine. Este coche comparte muchos elementos con el Captur 2024, pero la sensación al volante de ambos no es idéntica: el Symbioz es algo más suave de suspensión y menos ágil en curva. Bajo mi punto de vista, de los monovolúmenes que Renault tiene a la venta en la actualidad, el Symbioz es quizá el que está más enfocado a un uso tranquilo y sosegado. La suspensión es cómoda casi siempre. Puede responder con algo de brusquedad al sobrepasar alcantarillas mal enrasadas, cambios de asfalto e irregularidades de ese tipo (que generan un movimiento muy brusco y corto en las ruedas).
El sistema de impulsión híbrido de 143 caballos es similar al de otros modelos de Renault. En general es satisfactorio. Donde más partido se le saca es en la ciudad y sus alrededores. Ello se debe a que el Symbioz siempre comienza a rodar movido por uno de sus motores eléctricos, lo que significa que lo hace con mucha suavidad y sin hacer ruido. También puede circular en modo eléctrico a baja velocidad siempre que se pise muy poco el acelerador.
El motor de combustión está en marcha la mayor parte del tiempo fuera de entornos urbanos. Su funcionamiento es muy discreto a velocidades más o menos sostenidas. En cambio, cuando el conductor pisa el acelerador (bien para subir una pendiente pronunciada o para realizar un adelantamiento) el ruido del motor es evidente. Es más o menos elevado en función de la demanda de aceleración.
Las prestaciones del Symbioz son suficientes para circular por cualquier tipo de vía. Hay que acostumbrarse un poco a su entrega de potencia, porque al principio no parece que tenga 143 caballos. Cuando se pisa el acelerador con contundencia, la respuesta inicial es algo perezosa. Para reducir un poco ese retraso se puede activar el modo de conducción Sport. Con ello, el motor de combustión actúa más y con mayor intensidad desde un principio, aunque también produce más ruido.
El sistema de impulsión del Symbioz es similar al que Renault lleva utilizando algunos años en varios de sus modelos, pero se nota que lo ha mejorado en algunos aspectos. En el Symbioz no es sencillo que se agote la batería que alimenta a los motores eléctricos del sistema de impulsión cuando el conductor solicita una aceleración intensa y larga (por ejemplo, subiendo un puerto de montaña), algo que era muy evidente en los primeros Renault Arkana que llegaron al mercado.
Durante el tiempo que he conducido el Symbioz no he tenido tiempo para comprobar el funcionamiento de los asistentes a la conducción. Si por algún motivo resultan molestos, se pueden desconectar pulsando dos veces sobre el botón «My safety» que hay en el salpicadero a la izquierda del volante.