Renault Scénic y Grand Scénic (2012) | Impresiones de conducción
La conducción del Grand Scénic no está condicionada por su mayor altura respecto a un turismo. Cierto es que se nota la diferencia, pero alguien que venga de un turismo no se sentirá incómodo al conducir este monovolumen.
La suspensión no es dura, por lo que resulta un coche cómodo. Y tampoco es tan blanda como para que los movimientos de la carrocería en las curvas puedan molestar a los pasajeros. Me parece que Renault ha logrado un buen equilibrio en estos aspectos para un coche familiar.
Un Ford Grand C-Max, un Opel Zafira Tourer y un Seat Altea XL tienen una suspensión más firme y una dirección con un tacto más directo. Son detalles que posiblemente solo aprecien aquellos conductores que valoren esas difrerencias en carreteras reviradas. En cualquier caso, en una conducción normal, todos resultan igualmente satisfactorios y ninguno me parece que sea notablemente más torpe.
Hemos probado la versión Diesel de 110 CV acoplada al nuevo cambio automático de doble embrague. Es un motor con buena respuesta y silencioso siempre que se vaya con las ventanillas subidas. Si están bajadas, se oye mucho y el ruido es poco agradable.
El cambio de doble embrague —llamado «EDC» (del inglés, EfficientDual Clutch)— hace bien todo lo que se espera de un buen cambio automático: cambiar con suavidad y rapidez., si bien en este último aspecto no me ha parecido que iguale al cambio de doble embrague «DSG» del Grupo Volkswagen. También sabe leer bien algunas situaciones, como al bajar un puerto en el que el conductor toca el freno para que el coche no se embale; en ese caso lo normal es que reduzca una marcha.
No hay diversos programas seleccionables, simplicidad que será una ventaja para algunos conductores y tal vez un inconveniente para otros. Tampoco hay levas en el volante para seleccionar manualmente las marchas, solo es posible hacerlo desde la palanca, dando toques longitudinales. Cuando hay que maniobrar en poco espacio puede resultar difícil mover el coche pocos centímetros con suavidad: Mientras el coche está detenido y el freno pisado, el cambio desacopla el motor de las ruedas. Cuando se levanta el pie del pedal del freno, pasa un breve instante de tiempo hasta que el embrague se acopla y el coche comienza a moverse. En ocasiones, esa transición entre parado y movimiento no resulta fácil de dosificar. De todos modos, sí me ha parecido que lo hace con más suavidad que el cambio «DSG».
Los monovolúmenes más similares por potencia y tamaño de los que tenemos prestaciones propias (tabla de prestaciones de monovolúmenes medianos) son el Ford Grand C-MAX 1.6 TDCi 114 CV, el Mazda5 1.6 CRTD 116 CV y el Peugeot 5008 1.6 HDi 112 CMP. La aceleración de 80 a 120 km/h es similar en todos ellos. En las recuperaciones, el Scénic es, junto con el Mazda, el más lento en las últimas marchas, tal vez por sus desarrollos más largos (nos faltan los del Peugeot para poder compararlos; ficha comparativa). En el recorrido que usamos para comparar el consumo (trayecto de ida y vuelta por autovía, tratando de conseguir una media de 120 km/h) ha gastado 6,4 l/100 km, un consumo similar al Peugeot y al Grand Scénic anterior de 131 CV. El Ford gastó más 7,1 l/100 km).