Renault Megane Berlina 5p 1.9 dCi (2003) | Funcionalmente, bien delante y mal detrás
Desde el punto de vista funcional, hay una diferencia grande entre las plazas delanteras y traseras del Mégane.
Delante hay espacio bastante para que todo lo que rodea al conductor quede lejos: el parabrisas, el techo, la puerta y el pasajero. Las personas más altas, no obstante, puede que encuentren algo corto el recorrido longitudinal del asiento.
Los asientos delanteros de la versión que hemos probado (Luxe Privilege) son buenos en general. A diferencia de lo que ocurre con la mayoría de los asientos de Renault, estos no son blandos de banqueta y sujetan adecuadamente el cuerpo en las curvas. Los reposacabezas de esta versión, con la articulación en la parte alta, me parecen los mejores que hay en el mercado.
Alrededor del conductor hay bastantes huecos para vaciarse los bolsillos y llevar cosas que pueden hacer falta (tarjetas de aparcamiento o mando a distancia del garaje).
La ventilación pasa inadvertida, que es lo mejor que puede pasar con ella. He probado el coche en días frescos y soleados, fríos y nublados, y con lluvia. En todo caso el climatizador ha funcionado de tal manera que no ha hecho falta hacer correcciones a mano, ni ha provocado corrientes fuertes.
Cuando he circulado con lluvia, y con alguna prenda mojada en el interior, los cristales no se han empañado. Como el aire acondicionado estaba desconectado, eso quiere decir que la renovación del aire es buena (al menos, para una persona sola).
Los faros de xenón que tiene opcionalmente la versión Luxe (780 €) dan una luz muy intensa y que cubren un área grande, especialmente por los lados.
Otras características que facilitan la conducción son un volante adecuadamente inclinado, un gran apoyo para el pie izquierdo, y una relación entre volante y pedales satisfactoria para distintas personas.
Casi siempre que la apariencia es una prioridad, la funcionalidad queda perjudicada; es lo que ocurre en la mitad trasera del Mégane. La relación entre tamaño y espacio es mala: aunque el coche es ancho por fuera no lo es por dentro.
La plaza central trasera es poco útil porque la anchura disponible no es grande (135 cm entre hombros, lo normal en estos coches) y porque el contorno del respaldo en esa zona lo hace incómodo. Tampoco es un coche satisfactorio para ir con dos personas atrás, porque es uno de los coches con menos espacio para las rodillas. Esto lo hace incómodo para un adulto y dificulta la tarea de acomodar a un niño en su silla. La altura disponible sí es excepcionalmente grande.
El maletero no es grande ni cómodo de cargar. El volumen del maletero es 330 l, una cantidad que está de la mitad para abajo en coches de este tipo (tabla comparativa). El actual Mégane de cinco puertas tiene menos espacio longitudinal en las plazas traseras y menos maletero que el anterior.
Por la forma que tiene el portón, hay que elevar la carga 75 cm sobre el suelo para poder meterla en el maletero. Después hay que salvar un «escalón» que mide 26 cm de largo. Normalmente no es un inconveniente, pero sí cuando se intenta depositar con cuidado un objeto pesado.
A diferencia de lo que ocurre con la mayoría de los portones, el del Mégane no tiene un sistema para evitar que, si está mojado, caiga el agua sobre el cuerpo al abrirlo. El área que barre el limpialuneta es muy pequeña. Cuando la luneta está mojada, y sobre todo de noche, la visibilidad en tres cuartos trasera empeora mucho.