Renault Clio Renault Sport (2013) | Impresiones de conducción
El Renault Clio RS se puede elegir con dos configuraciones suspensión: «Sport Chasis» (que es la configuración de serie) y «Cup Chasis» (opcional) que es un 15 por ciento más firme, la carrocería queda 5 mm más cerca del suelo y las ruedas son de medidas 205/40 R18 en lugar de 205/45 R17. Con cualquiera hay una función del control de estabilidad que simula la acción de un diferencial autoblocante para mejorar la motricidad.
La unidad que ha pasado por km77.com tenía la suspensión opcional. A pesar de ser la opción más radical, no me parece incómoda para un uso cotidiano. Tiene buena capacidad para absorber las irregularidades y por lo tanto no suele trasladar movimientos demasiados secos o bruscos a los ocupantes.
El Renault Clio RS es fácil de conducir porque no tiene reacciones bruscas cuando se comete un error de conducción y en carretera rápida mantiene bien la trayectoria aunque el suelo no esté en buen estado. A 120 km/h por una autovía con un asfalto irregular, la conducción de este Renault Clio RS es muy parecida a la de cualquier otro Clio de menor potencia, con la salvedad de que los baches se notan un poco más.
También sobresale por su capacidad de aceleración, resistencia de sus frenos al calentamiento en un uso intenso y motricidad (capacidad para trasladar la potencia del motor al suelo).
El motor del Renault Clio RS tiene mucha fuerza en un amplio abanico de revoluciones y eso se traduce en que no hace falta llevarlo a un régimen alto para que dé mucho empuje. Es un motor que siempre entrega la potencia de forma satisfactoria, a bajo y a alto régimen. Da la potencia máxima a 6000 rpm, pero si se apura hasta su límite, los cambios a una marcha superior se producen a unas 6300 rpm.
Nuestra medición de aceleración máxima (más información) es entre 80 y 120 km/h, que en este coche se hace en segunda y tercera velocidad. En esa prueba, el nuevo Renault Clio RS ha tardado 4,5 segundos, por 5,2 segundos del modelo que probamos en el año 2006. Esa diferencia —cercana a un 14% a favor del nuevo modelo— sorprende porque los dos modelos tienen prácticamente la misma potencia final y el mismo peso (ficha comparativa).
Si bien la aceleración es buena, no sobresale frente a la de sus rivales de potencia semejante. Por ejemplo, un Peugeot 208 GTi ha acelerado prácticamente lo mismo, algo normal dado que tiene similar relación entre peso y potencia. Un Ford Fiesta ST o un Volkswagen Polo GTI (de 182 y 179 caballos respectivamente) han sido ligeramente más lentos quizá debido a su menor potencia. A mí me parece que estas diferencias son poco importantes en un uso normal y por ello no me parecen determinantes a la hora de escoger uno u otro modelo.
La aceleración en curva también es elevada porque la motricidad es muy buena, al menos en las condiciones que lo he probado. Ha sido sobre suelo seco con temperaturas por lo general muy elevadas. Los neumáticos eran unos Michelin Pilot Super Sport en medidas 205/40 R18 96Y.
El cambio tiene varios programas de funcionamiento: «Normal», «Sport» y «Race». En las posiciones «Sport» y «Race» los cambios se suceden con mayor rapidez y brusquedad y los registros de aceleración son mejores que en el modo «Normal». Por ejemplo, en el modo «Normal» la aceleración entre 80 y 120 km/h se completó en 4,8 segundos, mientras que en el modo «Sport» en 4,5 segundos. No tenemos datos de aceleración en modo «Race» pero debería ser algo más rápido porque los cambios se suceden con más rapidez. La posiciones «Sport» y «Race» no solo afectan a la respuesta de la caja de cambios, sino también a la dirección, al control de estabilidad y al régimen del motor al ralentí.
El programa «Sport» del cambio no es adecuado para circular por ciudad porque es brusco al seleccionar una u otra marcha y por lo tanto el coche avanza y maniobra a pequeños tirones. En modo normal, el cambio puede funcionar con mucha suavidad si el conductor pise el acelerador de forma progresiva. Sí puede dar tirones en algunas circunstancias, como por ejemplo, si se pisa un poco el acelerador, a continuación se levanta y se vuelve a pisar (la típica maniobra que se realiza con dudas). Salvo en circunstancias particulares, se trata de un cambio de marchas que permite maniobras suaves y precisas.
El «Launch Control» es una función del cambio de marchas que permite salir desde parado con mucha aceleración y haciendo patinar poco las ruedas. En este vídeo se puede ver los pasos necesarios para activar esta función. En el manual de usuario que tenía nuestro Renault Clio RS (que era el mismo que el de un Clio normal), no había ninguna referencia sobre recomendaciones de uso de este sistema.
Los desarrollos del cambio son largos, hecho que ayuda a reducir el ruido del motor en el habitáculo cuando se viaja a velocidad sostenida (lo contrarío de lo que ocurría en el anterior Renault Clio RS). El sonido del motor sí se oye con claridad cuando se pisa mucho el acelerador o se circula a un régimen muy alto, pero en conducción a ritmo normal, no me parece que sea molesto. El Ford Fiesta ST, por ejemplo, es más ruidoso.
Teóricamente, un desarrollo largo en la marcha más larga favorece el descenso de consumo de combustible a velocidad sostenida. Nosotros no hemos obtenido consumos bajos. Según nuestro recorrido habitual por autopista —un recorrido de 143,3 kilómetros por una autovía y buscando una media real de 120 km/h—, consumió 7,9 litros cada cien kilómetros que, sin ser desorbitado, es claramente más de lo que consumen dos de sus competidores que hemos probado recientemente, el Ford Fiesta ST (6,9 l/100 km) y el Peugeot 208 GTi (6,9 l/100 km). He recorrido con este coche 900 kilómetros durante los cuales he hecho varios repostajes y, de media, el ordenador de viaje ha indicado un 8 por ciento menos del consumo real (en esos 7,9 litros de consumo ya está incluido este error).