Porsche Panamera (2009) | Impresiones del interior
El Panamera tiene cuatro plazas individuales. Por forma, dimensiones y sujeción, los dos asientos traseros son muy similares a los delanteros.
Por altura y espacio para las piernas hay sitio suficiente para que viajen cuatro adultos de estatura elevada (detrás, yo que mido 1,94 m, quepo sin problemas si en el asiento delantero va un ocupante de talla normal). Según nuestras mediciones, en estas plazas traseras (imagen) hay más altura libre que en cualquier otra berlina de su tamaño que hayamos medido y más espacio para las piernas que en un Volkswagen Phaeton o un Audi A8. Es el más estrecho de todos, pero no supone un problema ya que sólo pueden viajar dos pasajeros.
Ir detrás es diferente a hacerlo en cualquier otra berlina de lujo de unos cinco metros de longitud. Primero por el acceso: el hueco que queda entre la banqueta y el marco de la puerta, por donde hay que pasar los pies, no es grande y la forma del marco de la puerta obliga a inclinar la espalda hacia delante más de lo habitual. Además, los asientos van colocados muy abajo, lo que no facilita la maniobra. Segundo, porque los asientos recogen el cuerpo a la perfección e impiden que éste se vaya resbalando sobre el asiento en las curvas. Por la posición en la que se va sentado se parecen más a los de un Mercedes-Benz CLS (que también tiene cuatro plazas), si bien el CLS es menos espacioso.
Ni los asientos delanteros ni los traseros, son tan mullidos como los de un Lexus LS o un Mercedes-Benz Clase S.
Las cuatro puertas tienen un sistema mecánico que deja la puerta fija en el ángulo deseado (el mismo que usa BMW en el Serie 7).
Opcionalmente, los pasajeros de las plazas traseras pueden tener mandos para variar la posición de los asientos (alargar la banqueta, reclinar un poco el respaldo y mover el asiento del pasajero delantero hacia delante) y ajustar individualmente el climatizador. Los cuatro asientos pueden tener ventilación y calefacción pero no pueden tener función de masaje. Existe la posibilidad de montar cortinillas eléctricas para las ventanillas traseras y la luneta.
Los Panamera que he conducido tenían un climatizador con controles independientes en las cuatro plazas. De este modo, cada pasajero puede ajustar la temperatura, el caudal y las salidas de la ventilación (imagen de los mandos traseros). Para las plazas traseras hay aireadores en el suelo, en los montantes (imagen) y en la consola. El funcionamiento es muy bueno. He conducido el coche en un trayecto en el que la temperatura exterior osciló entre 17 ºC y 1,5 ºC y ni el pasajero ni yo necesitamos reajustar la temperatura.
La posición al volante es excelente para disfrutar conduciendo. El asiento (imagen) va colocado cerca del suelo y puede tener múltiples posibilidades de regulación (en los Panamera que he conducido, además de los ajustes habituales, se podía alargar la superficie de la banqueta y modificar la sujeción de los muslos y la espalda). El volante está poco tendido. Como tiene regulaciones amplias, es posible por ejemplo, ir con el asiento muy alejado del salpicadero (que es lo que necesitará un conductor de estatura elevada).
El contacto está al lado izquierdo del volante. La llave, que es un mando sin espada, tiene la forma de la silueta del Panamera (imagen) y, para mi gusto es demasiado grande.
El cuadro de instrumentos tiene el cuentarrevoluciones en el centro, es el indicador de mayor tamaño e incluye una pequeña pantalla donde aparece la velocidad (ésta también se puede leer en el indicador analógico que hay a la izquierda del cuentarrevoluciones); el siguiente por su derecha es una pantalla que sirve para visualizar información del ordenador (con múltiples posibilidades de configuración), del teléfono y para ver, además de en la pantalla de la consola, el navegador (imagen).
La instrumentación es muy abundante. Es posible conocer la temperatura del líquido refrigerante del motor, la del aceite, la presión de éste o el funcionamiento del alternador (la carga de la batería). Algunas informaciones aparecen duplicadas en el cuadro de instrumentos y en la pantalla de la consola (la del centro del salpicadero).
Salvo el mando de las luces, que está en el salpicadero junto al contacto, y las palancas que hay en el volante (limpiaparabrisas, intermitencias y programador de velocidad), el resto de los mandos están agrupados en la consola (imagen). Es una distribución que, aunque ordenada, puede resultar algo confusa inicialmente por la cantidad de botones que hay.
La iluminación del habitáculo es excelente. Es una luz blanca (posiblemente diodos luminosos) de mucha intensidad. Alguien al subirse al coche dijo que le parecía el escaparate de una tienda de ropa. Hay un pulsador que enciende este alumbrado pero con mucha menos intensidad y que puede servir para ver de noche sin molestar al conductor (imagen del plafón delantero y diversos interruptores).
Maletero
Tiene 445 litros de capacidad. Mide 94 cm de ancho y 98 cm de profundo. La altura hasta la bandeja enrollable que lo cubre no es grande, tan sólo 35 cm. Esta bandeja me ha parecido uno de los peores detalles del coche: es difícil de sujetar su extremo en el portón y da la sensación de poca calidad.
Opcionalmente hay una bandeja rígida que tiene mejor apariencia pero que, por contra, no permite llevar un objeto de mayor altura ya que no puede recogerse (se puede quitar, claro, pero no es tan cómodo como una cortinilla enrollable).
El borde de carga está elevado, a unos 80 cm del suelo (imagen) y el piso del maletero queda por debajo de esa altura. Bajo el piso está el kit de reparación de pinchazos y un amplificador de sonido (imagen).
El respaldo de los dos asientos traseros se puede abatir hacia delante (imagen). Al hacerlo, queda una superficie plana a la misma altura que el piso del maletero (imagen). La pieza que hay entre los dos asientos, que hace de apoyabrazos y cajón, también puede abatirse.
Hay cuatro argollas cromadas en el suelo para enganchar una red y sujetar los bultos que se lleven en el maletero. Las dos que están más cerca del portón se calientan mucho. Posiblemente se deba al calor que transmiten los escapes, que pasan por debajo de ellas.