Porsche denomina a este 911 «de octava generación». Eso puede llevar a pensar que todo es nuevo frente al anterior; no es así. Es nueva la carrocería, ciertos elementos del chasis o algunos dispositivos de asistencia a la conducción. La plataforma y los motores son, básicamente, los de la generación anterior (aunque mejorados). Existen variantes descapotables, convencionales (artículo del 911 Carrera Cabriolet) y de tipo targa (artículo del 911 Targa).

Está disponible —desde 120 458 euros; listado de precios— con motores de 385 (Carrera), 450 (Carrera S) y 650 CV (Turbo S; más información). Las versiones Carrera y Carrera S se pueden elegir con tracción trasera o total (Carrera 4 y Carrera 4S), hasta abril de 2020 solo con cambio automático. Desde esta fecha, Porsche ofrece la posibilidad de disponer de cambio manual con el motor de 450 CV.

La caja de cambio manual tiene siete relaciones y una función (llamada «rev-match») que iguala las revoluciones del motor y de la caja de cambios en las reducciones. Aunque este cambio es 45 kg más ligero que el automático PDK, la capacidad de aceleración es peor (acelera de 0 a 100 km/h en 4,2 s en vez de 3,7 s); en cambio, la velocidad punta es muy superior (308 frente 293 km/h). Con este cambio, el paquete Sport Chrono es de serie.

Porsche también ha añadido en 2020 nuevos elementos de equipamiento. La función InnoDrive (2932 €) mejora el programador de velocidad adaptativo haciendo que no sólo ajuste la velocidad respecto al vehículo precedente sino también respecto a la vía, modificándola en las curvas o las rotondas, por ejemplo. También se puede equipar al 911 con un mecanismo hidráulico (2756 €) que eleva 40 mm el eje delantero para evitar que roce en las rampas de garaje; se puede programar para que lo haga automáticamente al llegar a un determinado lugar (mediante la ubicación del GPS). Otras nuevas opciones son un acristalamiento más ligero y aislante (1520 €) y una iluminación ambiental con siete tonos.

El salto que supone este Porsche 911 respecto al anterior existe, pero no es abismal. Hubo un cambio mucho mayor entre la séptima generación (código 991, información) y la sexta (997, información) o entre la sexta y la quinta (996, información) o entre la quinta y la cuarta (993).

Que el nuevo 911 no suponga un cambio radical, sólo es un dato. Sigue siendo un deportivo único. No hace falta ser un experto, ni tener una sensibilidad superlativa al volante, ni rodar muchos kilómetros para apreciar sus cualidades. Quien tenga oportunidad de conducir un Porsche 911 y a continuación alguno de sus rivales (como el Mercedes-AMG GT Coupé, Lexus LC 500 Sport, el Audi R8 o incluso el BMW M4 CS) muy posiblemente se baje sorprendido de lo distintos que son, aunque el denominador común sea «que corren mucho» y que son muy caros.

Aparte del 911, no conozco ningún otro deportivo equiparable en el que todo esté puesto a punto con la misma atención para que la conducción sea una experiencia tan placentera. Dirección, suspensión, cambio de marchas o frenos, todo, absolutamente todo, parece estar afinado hasta el máximo. Se nota que Porsche es especialista en vehículos deportivos y que lleva muchos años evolucionando la «receta 911».

Porsche ha hecho un deportivo que no exige un conductor fuera de serie para ir normalmente deprisa. Ahora bien, cuando se trata de sacar todo el partido a su motor, suspensión y frenos, el 911 tiene reacciones que premia a los buenos conductores. Estos encontrarán un vehículo con una puesta a punto ideal para dar rienda suelta a sus dotes de pilotaje.

De momento, hemos probado el 911 Carrera 4S. Es decir, con motor de 450 caballos y tracción en las cuatro ruedas. La capacidad de aceleración es muy elevada. De hecho, es perfectamente posible que haya quien no necesite tanta. Y no es de extrañar, puesto que lo que hace único al 911 no es lo que acelera —hay coches que son tan o más veloces en una recta y al final uno se acostumbra muy rápido a la aceleración bruta— sino todo lo demás. Quien piense así quizá tenga una opción muy adecuada en la versión Carrera a secas, de 385 CV, que a buen seguro será igual de placentera de conducir. Hay más información en el apartado Impresiones de conducción.

Como vehículo de uso diario no tiene rival entre los superdeportivos. La carrocería, como siempre ha sido seña de identidad en el 911, es práctica. Las dos plazas delanteras tienen espacio de sobra para que dos personas se encuentren cómodas. Las posteriores son inadecuadas para transportar personas, pero pueden ser asombrosamente útiles para incrementar el espacio de carga. No obstante, el maletero principal está delante del habitáculo y tiene 132 litros de capacidad.

El puesto de conducción es muy bueno salvo porque la instrumentación queda parcialmente oculta por los brazos del volante y desde el punto de vista del conductor. Por lo demás, el panorama es prácticamente ideal: la posición de conducción es buena, la visibilidad es excelente en todas las direcciones y el nuevo sistema multimedia es ejemplar por facilidad de manejo así como por su calidad. Si a ello sumamos que el 911 no necesita mucho espacio para girar, da como resultado un vehículo con el que se circula bien incluso en la ciudad. Hay más información al respecto en el apartado Impresiones del interior.

Actualmente, el Porsche 911 también se puede elegir con carrocería descapotable (información del 911 Cabriolet) y más adelante llegarán otras, como de tipo Targa.

El 911 en sus distintas variantes tiene un precio intermedio entre sus alternativas. El 911 Carrera de 385 CV (120 458 euros), cuesta más que un Jaguar F-Type de 380 CV y menos que un BMW i8 (si bien este último es un híbrido enchufable). Ficha comparativa. El 911 de 450 caballos con tracción trasera cuesta 138 105 euros, y el de tracción total, 147 065 euros (precios, equipamiento y fichas técnicas). Con este precio, queda a medio camino entre un BMW M4 CS (460 CV) y un Lexus LC 500 (477 CV), mientras que un Mercedes-AMG GT (476 CV) es claramente más costoso (ficha comparativa). Un Audi R8 Coupé es mucho más caro y potente; un Nissan GT-R es más barato y más potente (ficha comparativa). 

El 911 Carrera 2019 puede tener numerosos sistemas de seguridad y ayuda a la conducción, aunque ninguno de los que cita Porsche es novedoso: un asistente de frenada de emergencia en ciudad con detección de peatones, una alerta por cambio involuntario de carril o un programador de velocidad activo con función de arranque y parada automáticos en atascos, entre otros. También puede tener de manera opcional unos faros matriciales de ledes, unos discos de freno carbocerámicos y un sistema de visión nocturna. Tanto los faros de serie como los que disponen de funciones de iluminación avanzada (PDLS Plus), desempeñan todas las funciones mediante diodos LED. En el apartado Algunos elementos de equipamiento están explicadas estas y otras particularidades que son novedad en el 911.

La plataforma modular sobre la que está desarrollado el 911 (2019) es la misma de la anterior generación, denominada MMB, pero los cambios recibidos son muy profundos, entre otras cosas porque ahora está preparada para una futura versión híbrida.

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