Peugeot 508 HYBRID (2020) | Impresiones de conducción

10/11/2020 |Carlos Fernández (@CarlosFP_77)

Al salir del punto de partida en la presentación a la prensa, la batería estaba casi a tope de su capacidad y la instrumentación mostraba una autonomía eléctrica de 48 km. Al arrancarlo, el coche debería haber iniciado la marcha en modo Electric, pero lo hizo en modo Hybrid. Traté de conectar el modo Electric manualmente, pero no fue posible: el sistema me dejaba cambiar entre el resto de modos disponibles, pero al seleccionar Electric se mantenía en Hybrid. 

Sé que la mayoría de unidades del evento no tuvieron este problema, pero al menos otras dos sí. Curiosamente, tras la parada para la comida, mi coche sí inició la marcha en modo Electric sin que nadie lo manipulara en modo alguno durante ese tiempo. Peugeot no ha sabido darnos el motivo de este fallo de funcionamiento. Dado que solo afectó a algunas de estas primeras unidades y el resto funcionaban correctamente, es previsible que no sea un problema generalizado.

Sea como fuere, al inicio de la jornada yo tenía pensado agotar la batería para tratar de ver cuánta autonomía tiene el 508 Hybrid en condiciones normales, pero no pude hacerlo, así que dejé que el coche gestionara la energía automáticamente en modo Hybrid la mayoría del tiempo. El recorrido trascurrió en su mayor parte por autopistas, con un par de tramos intercalados por carreteras reviradas de doble sentido y algún tramo urbano.

Circulé a buen ritmo, sin preocuparme por la eficiencia, especialmente por las carreteras de doble sentido. Al llegar a la parada prevista había recorrido 82 km a una velocidad media de 76 km/h y con un consumo indicado de 5,5 l/100 km. Eso sí, la autonomía eléctrica había descendido en 38 km, hasta los 10. 

Tras la parada, el coche inició la marcha en modo eléctrico y realizó 7 km hasta que la autonomía indicada pasó a ser nula y se puso en marcha el motor de combustión de nuevo. En total recorrí 107 km a una media de 70 km/h, con un consumo indicado de 5,3 l/100 km y tras haber agotado los 48 km de autonomía iniciales. Esta prueba no me permite extraer conclusiones sobre cuánta distancia puede recorrer el coche en modo eléctrico ni sobre cuánto gasta cuando la batería ya no ofrece autonomía eléctrica. 

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Sobre las mejoras que Peugeot dice haber realizado en la caja de cambios, es cierto que las transiciones entre el motor térmico y el eléctrico pasan prácticamente desapercibidas, pero no más de lo habitual en los coches similares que he conducido, como el Superb iV. Sin embargo, la transición entre marchas no es particularmente suave ni rápida, sobre todo cuando el cambio se manipula manualmente con las levas que hay tras el volante. Tampoco tiene la capacidad de reducir muy rápido cuando se hunde el pie en el acelerador con la intención de ganar velocidad deprisa. 

El poco rato que lo conduje en modo eléctrico me pareció que funcionaba de forma muy suave, como es la norma en este tipo de coches. También tuve la sensación de que permite acelerar en condiciones normales de circulación sin que se encienda el motor de gasolina (si se pisa a fondo el pedal, sí que interviene para ofrecer todas las prestaciones disponibles) y que consigue alcanzar la velocidad máxima de 135 km/h sin esfuerzo. En definitiva, parece que el modo eléctrico del 508 Hybrid es muy aprovechable en desplazamientos por todo tipo de vías.

La configuración de los mandos del 508, tanto en su versión Hybrid como en las demás, puede no ser del agrado de todo el mundo. El volante es muy pequeño y va colocado más abajo de lo normal para permitir que el conductor vea, por encima, la instrumentación. Esta se visualiza en una pantalla que muestra la información de forma más atractiva (para algunos) que práctica, pues en ella abundan las transiciones gráficas (que bajo mi punto de vista solo distraen) y no es posible consultar de manera continua información valiosa, como la relativa al consumo, sino que hay que hacerla aparecer manualmente en cada ocasión.

Lo que sí será del agrado de la mayoría de los conductores es la calidad de conducción que ofrece el 508. Con la suspensión de dureza variable (es de serie desde el nivel de equipamiento GT Line, es la que he probado), filtra muy bien las irregularidades del firme y permite al 508 girar muy plano. El aislamiento acústico es bueno, pues a alta velocidad se viaja en un ambiente silencioso.