Peugeot 407 (2004) | Impresiones de conducción

26/04/2004 |Javier Moltó

Me he sentido cómodo al volante del Peugeot 407. Quizá hubiera preferido que el asiento quedara más bajo, pero no lo sé sin probarlo. El reposapiés para el pie izquierdo es grande y queda en buena posición, los asientos resultan confortables y el volante, especialmente el de la versión Sport, es muy agradable.

Según Peugeot, el motor que más se venderá en España será el 2,0 litros Diesel de 136 CV. Es un motor que funciona con mucha suavidad y que no transmite vibraciones a los pasajeros. Al ralentí, con las ventanas abiertas, suena apreciablemente, pero en cuanto se cierran las ventanas el ruido se reduce notablemente. En marcha suena muy poco, entre otras cosas porque el Peugeot 407 no me ha parecido un coche silencioso, independientemente del motor. Los ruidos aerodinámicos y de rodadura son elevados, en especial sobre algunos asfaltos. Todas las unidades que he conducido, con los diferentes motores, llevaban los mismos neumáticos, de las mismas medidas: Pirelli P7 215 /55 94W en llanta de 17 pulgadas. Sobre algunos firmes sonaban mucho y en otros no.

Este motor Diesel funciona bien y resulta muy agradable de utilizar. (Prueba del Ford C-Max con este motor). Los desarrollos del cambio manual de 6 marchas parecen bien elegidos y su funcionamiento es normal.

Lo mejor del 407 es su estabilidad. Es un apartado en el que resulta difícil destacar, porque las diferencias entre todos los coches ahora son muy pequeñas. Lo que sí suele apreciarse es una diferencia, en un mismo modelo, que perjudica ligeramente a las versiones con motor Diesel, por la influencia del mayor peso de este tipo de motores sobre el eje delantero.

No es el caso. El 407 Diesel es tan estable y ágil como las versiones de gasolina (sus suspensiones son ligeramente más duras para compensar la diferencia de peso) y no se aprecia diferencia en las curvas entre unos motores y otros. El 407 entra muy bien en las curvas y apoya bien, requisito imprescindible para poder corregir en mitad de la curva ante cualquier imprevisto. En definitiva: su estabilidad es muy buena, con cualquiera de los motores que he probado.

El control de estabilidad funciona muy bien. Se puede desconectar, pero sólo mientras la velocidad es inferior a 50 km/h. A partir de ahí, se conecta automáticamente.

El motor V6 sólo está disponible con una nueva caja de cambios automática de seis velocidades (según Peugeot, nunca se había montado una caja automática de seis velocidades en un coche con motor delantero transversal). La caja funciona con mucha suavidad y rapidez. Su funcionamiento es muy parecido al de la caja ZF de seis velocidades que se monta en coches con motor longitudinal. Se puede utilizar de modo automático y de modo manual (tipo secuencial Tiptronic).

En modo automático se puede elegir modalidad Sport. Si se elige, la principal diferencia con la modalidad «confort» es que reduce en determinadas ocasiones al frenar. El régimen de cambio de marcha depende más de la posición del pedal del acelerador y no he notado diferencia clara entre optar por una posición u otra. Lo curioso es que en posición manual, también cambia de marcha en función de la posición del pedal del acelerador, por lo que aunque se elija manualmente una velocidad, cambia de una marcha otra automáticamente. Con otras cajas, en posición manual sólo reduce si se acciona el «kick-down» o cuando el motor llega al límite superior o inferior de revoluciones. En este caso no es así. Supongo que porque no hay una posición de kick down; el sistema actúa como si actuara el kick down cuando se pisa mucho el acelerador.

La característica principal del motor 2.2 de gasolina es que funciona mucho mejor desde el régimen de potencia máxima (5.650 rpm) y hasta unas 6.500 rpm, que a medio y bajo régimen.