Peugeot 206 GTi (1998) | Información general

12/05/2000 |Víctor M. Fernández

Sólo hace falta rodar unos cuantos kilómetros al volante del Peugeot 206 GTi para tener la sensación de que lo hemos conducido toda la vida. Sus reaciones lo hacen tan eficaz como fácil de conducir, pide a gritos tramos con curvas.

La imagen del 206 GTi se distingue del resto de la gama por unas llantas de aleación de 15 pulgadas de diámetro, faldón delantero tomas de aire más grandes, aletas delanteras ensanchadas, faros de doble parábola y salida de escape cromado. Discreto a pesar de todo esto, no es fácil adivinar a simple vista que también hay otras diferencias: un motor de 135 CV, suspensiones menos flexibles, frenos más grandes y un equipamiento interior con detalles «deportivos».

El motor tiene un funcionamiento brillante y se mueve con energía desde bajo régimen pero tampoco nos sorprende con un empuje descomunal. Las suspensiones son «duras» para mejorar la estabilidad en curva, pero es más cómodo de lo que podría parecer dado su talante deportivo, salvo en carreteras muy bacheadas. El equipamiento de serie es muy bueno —tiene climatizador automático, antibloqueo de frenos o doble airbag, entre otros elementos— habida cuenta de su precio. No puede tener control de estabilidad.