Opel Zafira Comfort 2.0 Dti 16v (1999) | Espacio para los pasajeros
El Zafira es básicamente un vehículo para pasajeros, si bien, como he mencionado en el apartado anterior puede modificarse con facilidad para llevar carga.
Los pasajeros de la tercera fila de asientos pueden viajar con relativa comodidad. Si se ocupan esas plazas conviene adelantar unos centímetros la fila central de asientos de tal forma que los pasajeros de la última fila dispongan de más espacio para las piernas. (también se puede mover la fila central si se requiere un espacio mayor para equipaje). La mayor incomodidad de ir sentado en la última fila de asientos es que la banqueta de esta última fila queda un poco baja y por tanto los pasajeros van sentados cerca del suelo, por lo que tienen que llevar las rodillas más dobladas que de costumbre. Se trata de asientos adecuados para personas de baja estatura, pero incluso personas de 1,80 metros pueden viajar distancias considerables sin excesiva fatiga.
Los respaldos apenas tienen forma, por lo que no recogen muy bien el cuerpo y son ligeramente estrechos. Las personas corpulentas, más que las altas, pueden sentirse incómodas tras el paso de unas decenas de kilómetros.
La fila central está adaptada para alojar a tres personas, si bien el asiento de en medio sólo dispone de cinturón de seguridad de dos puntos (como el de los aviones). La anchura no es excesiva: 13 cm menos que un Xsara Picasso y 7 menos que un Scénic o un Almera Tino. Tres personas de espaldas anchas se acomodan, pero con las dos situadas en los laterales apoyadas entre el asiento y la puerta. El espacio para las piernas es holgado si el asiento va situado en la posición más retrasada.
Se puede adelantar ligeramente la fila central (que tiene un recorrido total de 29 centímetros), para dejar más espacio a los pasajeros de la tercera fila. Pero no conviene hacerlo demasiado. Los pasajeros de atrás disponen de un pequeño hueco para introducir los pies por debajo de la banqueta central. No es un hueco demasiado alto por lo que no se pueden poner los pies de lado bajo el asiento, en una postura que resultaría cómoda debido a la poca altura entre banqueta posterior y el suelo que he mencionado antes.
El conductor del Zafira puede regular su banqueta en altura. Al hacerlo varía también la inclinación de la banqueta y la posición longitudinal. A la vez que se sube la banqueta se va acercando al volante y los pedales. También se puede regular la inclinación del respaldo y el apoyo en la zona lumbar.
La postura al volante, incluso en la posición más baja del asiento, queda muy "de furgoneta". El conductor va "sentadote" y las piernas, por debajo de las rodillas, bajan en un ángulo cercano a los 90 grados. A pesar de ello no resulta incómoda e incluso puede acentuarse esa posición. El conductor puede elegir entre dos posturas. Una sentado con el asiento muy alto y adelantado y con el volante cercano al abdomen. Así exagerando mucho la posición de "furgoneta", con el volante lo más horizontal posible, puede irse relativamente cómodo y ganar espacio para equipajes en la zona posterior. (El recorrido del la fila central de asientos queda limitado por los asientos delanteros, si van situados en una posición muy retrasada. Por ello, si se adelantan bien los asientos delanteros, la fila central puede recorrer más centímetros hacia adelante y ganar algo en espacio para equipajes)
Sin embargo, la postura más recomendable por motivos de seguridad (lo más lejos posible del volante) es con el asiento y el volante en la posición más baja. Esta posición también es la que más me ha gustado por comodidad. La palanca del cambio es muy corta y va situada en una posición muy baja. Incluso con el asiento bajado del todo hay que mover la mano muchos centímetros cada vez que cambiamos de marcha.
También queda lejos de la mano del conductor la salida de aire situada en el centro del salpicadero. La pantalla que ofrece los datos del ordenador de a bordo ha obligado a situar los aireadores muy desplazados hacia la derecha, por lo que quedan cerca del copiloto y alejados del conductor. Lo que sí resulta destacable es la potencia para enfriar del aire acondicionado. Los pasajeros de las filas delanteras pueden llegar a pasar mucho frío si lo desean. El problema es que la ausencia de salidas de aire en las zonas posteriores puede dejar fríos a los de delante sin refrigerar a los de detrás.
Sorprende que en un coche tan bien pensado en el espacio de carga se haya puesto tan poca atención en la zona del salpicadero. No hay ni un solo lugar donde depositar cómodamente monedas, la cartera, llaves, gafas, teléfono móvil... No hay un solo sitio donde dejar cosas pequeñas y a mano. En las bolsas de las puertas y al lado de los asientos sí hay lugares donde dejar objetos, pero quedan alejados de la mano del conductor y los objetos pequeños no van sujetos ya que las bolsas son de tamaño medio (en las puertas) y de gran tamaño al lado de los asientos.
En la consola central hay un lugar pensado para sujetar vasos y botellas que se puede utilizar para monedas y llaves, pero no es especialmente cómodo (eso cuando no haya una lata o botella). Es un lugar que resulta desaprovechado, ya que para llevar botellas muchas marcas utilizan esos resortes integrados en el salpicadero que no sirven para otra cosa que para llevar latas o botellas, pero que no restan nada de espacio.
Otro de los aspectos criticables del Zafira es la escasa iluminación interior. La versión Elegance que ha pasado por la redacción de km77.com no tenía luces para lectura de mapas en la parte delantera. Si el copiloto quiere leer alguna indicación o buscar algo en la cartera, no tiene más remedio que encender la luz general que hay en el techo, muy cerca del retrovisor. Una luz muy molesta para el conductor. Delante no existe ninguna otra luz dirigida directamente hacia el asiento del acompañante y que deslumbre menos.
En las plazas posteriores, la pobreza de medios es todavía mayor. Las dos bombillitas situadas sobre las puertas apenas sirven para ver cómo se pueden apagar.