Opel Omega 2.5 DTi (1996) | Impresiones de conducción

12/03/2014 |Juan Manuel Pichardo

Hay aspectos en los que este motor recuerda mucho al seis cilindros de BMW del que se deriva, y otros en los que no tanto. Tiene una gran regularidad de funcionamiento y no vibra mucho, ni siquiera en parado. Lo encuentro más suave que el V6 de Audi y Volkswagen, por ejemplo.

Sí tiene un sonido claramente Diesel. El coche está bien aislado, pero se le nota un inconfundible sonido Diesel al acelerar; no es un ruido intenso, pero sí muy característico. No lo he llevado frío, pero el motor de BMW también suena a Diesel en frío más que otros. A una velocidad constante o sin grandes acelerones, el motor sigue siendo suave y ya no suena mucho

En lo que menos se parece al motor de BMW es en la fuerza que da. Le falta algo de empuje a régimen bajo (menos de 2.000 rpm); no es lento ni le cuesta salir desde parado, pero la primera impresión es que no sale con la fuerza que cabe esperar de un coche de 150 CV

Si se pisa el pedal a fondo, a partír de ahí da una aceleración fuerte y uniforme, pero no tan intensa como la que da un 525d. Sí me parece que está al nivel de otros coches de su potencia, y por encima de modelos de cuatro cilindros, como el Peugeot 406 ó 607 2.2 HDI, o bien el Passat TDI 130.

Al Omega se le nota que es antiguo en distintos aspectos; tiene fallos de equipamiento, como un volante que se ajusta solo en altura (y poco) o un cuentakilómetros mecánico (en vez de una pantalla LCD). No es muy ágil y tiene el eventual inconveniente de ser tracción trasera, solucinado con el control de estabilidad a partir de febrero, que es cuando será equipo de serie. Pero sigue siendo un coche cómodo y, con este motor, puede que a muchos conductores les resulte agradable de conducir.