Opel Meriva 1.6 XE (2003) | Puesto de conducción y calidad de acabado

25/05/2003 |Juan Manuel Pichardo

El puesto de conducción del Meriva es semejante al de un turismo, aunque con ciertas particularidades propias de un monovolumen. La relación entre asiento volante y pedales es normal, pero merece la pena pagar la diferencia de precio entre la versión Essentia y la Enjoy (1.160 €), aunque solo sea porque esta última tiene ajuste de altura del volante. El asiento queda un poco alto con relación al suelo, pero está bien con relación al volante. Según la posición que adopte el conductor, la palanca donde se apoyan los pedales puede molestar un poco al pisarlo, especialmente en el caso del freno.

La visibilidad hacia atrás es tan buena como permite un coche alto, que deja una gran zona muerta por debajo de la luneta. En tres cuartos trasero no hay ningún problema, pero el marco del parabrisas puede estorbar mucho en giros o curvas cerradas. Como otros monovolúmenes, tiene la ventaja para la visibilidad de que el conductor va más alto. Esto cada vez es menos ventaja, porque cada vez hay más monovolúmenes y coches altos.

Las luces no me han parecido particularmente buenas, y el mando para pasar de cortas a largas es de los de los de empujar y tirar, menos funcional que los de tirar nada más.

El asiento sujeta bien la cadera y normalmente la espalda. No es un asiento blando, lo que conviene para quien pase mucho tiempo en él. El reposacabezas queda demasiado lejos de la cabeza; como es de tipo activo, se supone que se ajustará a la cabeza si —en caso de accidente— el cuerpo presiona contra el respaldo. No me gusta el apoyabrazos de este asiento, porque me estorba para cambiar (esté arriba o abajo); como apoyabrazos en sí no lo uso nunca en ningún coche, hay quien lo encuentra cómodo.

El Meriva tiene una calidad de acabado y ajuste normal. Los materiales de recubrimiento no son vistosos. En casi todo el interior el recubrimiento es el plástico granulado característico de Opel, con un cierto tratamiento superficial en algunos lugares (la parte superior del salpicadero) y sin él en otras. Hay detalles de aspecto metálico en la consola y en una banda que rodea al coche interiormente, y tejido en las puertas. Lo demás es plástico duro con textura suave.

Algunos de los elementos de plástico duro están mal acabados, quizá porque se trata de las primeras unidades fabricadas. Creo que lo que más necesita un retoque o un cambio es el cajón que hay bajo el asiento del pasajero (en versiones Enjoy y Cosmo), que tiene bordes afilados; algo que se tiene que manipular a tientas no puede tener esos bordes. He visto también algún pequeño fallo de ajuste en los elementos de recubrimiento de la consola.

Sí me han gustado los materiales y el ajuste de la bandeja trasera plegable, y también el del suelo del maletero. No son particularmente vistosos, pero tienen aspecto de sólidos y —aunque es una pieza un poco complicada— ajusta bien.

Es un poco chocante que el Meriva pueda tener en su equipamiento cosas como un reproductor de DVD, y le falten otras como muelles para sujetar el capó, un recubrimiento adecuado de la batería, cerradura eléctrica en el portón y —sobre todo— un botón interior para el bloqueo y desbloqueo de las cerraduras. La forma de cerrar el coche desde dentro es con uno de los antiguos seguros de pivote, que no son nada seguros. Si se cierra el coche por dentro con el seguro, la puerta no se abre al accionar el tirador, hay que abrir previamente el seguro.