Opel con este prototipo no sólo anticipa la posible silueta de la próxima gama Meriva, sino que también muestra un sistema de apertura de las puertas traseras distinto al convencional: en el nuevo Meriva, las puertas traseras se abrirán en sentido contrario a la marcha.

Este sistema tiene una ventaja clara: que acceder a las plazas traseras será más cómodo. También lo será acomodar a un niño en una sillita infantil en esas plazas traseras. Estas puertas tienen un ángulo de apertura de 90 º y Opel afirma que la altura libre es grande.

Para evitar accidentes, hay un mecanismo de seguridad que evita que las puertas traseras se puedan abrir en marcha. también habrá un interruptor para activar el cierre de seguridad infantil en vez del clásico activamiento mecánico.

Tanto el prototipo como la versión de producción tendrán un montante central (el travesaño que une verticalmente el piso con el techo en la zona entre las dos puertas). Sin él, el acceso al interior sería aún más cómodo pero ello hubiese obligado a reforzar la carrocería para mantener su rigidez torsional y para poder superar las normativas de protección contra un impacto lateral, lo que supondría incrementar notablemente el peso.

El prototipo tiene una gran parte de la carrocería acristalada. El parabrisas se prolonga por el techo en forma de U, dejando la parte central para una consola de techo donde guadar objetos. También resulta llamativo el tamaño de la luneta, que posiblemente facilitará la visión trasera.

Dentro del Meriva Concept, el salpicadero mantiene el aspecto general de otros modelos de Opel y se diferencia por la gran pantalla central: no va colocada en una capilla en la parte superior del salpicadero, sino que está integrada en la consola.

También son novedad el arranque por botón y el freno de estacionamiento eléctrico. Dos soluciones que, hasta el momento, Opel no utiliza en ninguno de sus modelos de producción.