Opel Astra Electric (2023) - Prueba | Impresiones de conducción
El Opel Astra ST es un coche fácil e intuitivo de conducir. No requiere un tiempo de adaptación más largo del normal porque todo responde de forma muy neutra, correcta, sin sorpresas ni peculiaridades. Incluso el tacto del pedal del freno me parece que está muy bien conseguido ya que permite modular la deceleración con total precisión, también a muy baja velocidad.
Es silencioso en la ciudad y a velocidades altas. La suspensión es cómoda, si bien presenta un ajuste relativamente firme. Tiene el punto de dureza suficiente para que la carrocería no se mueva mucho ni lentamente, que es todo lo contrario que ocurre en un Citroën ë-C4, que está hecho principalmente para dar un confort excepcional en vías rectas. El Astra ST Electric es satisfactorio en autovías y en carreteras lentas. No se mueve como un coche pesado, aunque realmente lo es (1760 kg).
El motor tiene 156 caballos (es síncrono de imanes permanentes) y mueve las ruedas delanteras. Esos 156 caballos cunden más de lo que en principio puede pensarse de un coche que tiene que mover una masa elevada. Según nuestras mediciones, ha necesitado 6,0 segundos para pasar de 80 a 120 kilómetros por hora, que es un buen tiempo en términos absolutos, aunque ligeramente peor de los que hemos obtenido con un Jeep Avenger Eléctrico y un Peugeot e-2008 ambos con el mismo motor y baterías. La razón estriba en que el Astra ST es más pesado (ficha comparativa).
Las pruebas de aceleración las hemos realizado con el modo de conducción Sport que es como se consigue la máxima potencia. Adicionalmente está el modo normal y Eco. Con este último se reduce la potencia de forma clara. Los modos de conducción se eligen mediante un pulsador que hay entre los asientos (imagen).
El Opel Astra Electric avanza muchos metros por su inercia al levantar el pie del acelerador ya que la frenada regenerativa es escasa. No hay levas detrás del volante para regularla, así como tampoco dispone de un sistema de retención automática en función del tráfico que hay por delante. Como alternativa para incrementar la frenada regenerativa, se puede elegir el modo de avance B (está en la consola central, junto al resto de posiciones de marcha: P, N, D y R) . Resulta muy útil para evitar que el coche se embale al bajar un puerto de montaña, pero no es una solución ideal de uso recurrente ya que obliga a soltar la mano derecha del volante cada vez que se quiere seleccionar.
Lo mejor de los frenos es, como he dicho al principio de este texto, lo fácil que resulta modular la deceleración con el pedal. La resistencia al calentamiento es correcta pues es difícil sobrecalentarlos si se usan con normalidad, incluso aguantan bien varias frenadas intensas. El Opel Astra ST Electric ha necesitado 53,3 metros para detenerse desde 120 kilómetros por hora, que es un dato que no es especialmente bueno pero similar al que hemos conseguido con otros coches con un tipo de carrocería y potencia parecidas.