Opel Astra Sports Tourer (2010) | Impresiones de conducción
El Astra Sports Tourer es un coche agradable de conducir por su buena respuesta y equilibrio entre comodidad y estabilidad. En autopistas y autovías es satisfactorio porque tiene buena estabilidad lineal —en carreteras rectas o de curvas rápidas su trayectoria se ve poco afectada por las irregularidades del piso— y tacto de dirección. La carrocería no tiene grandes movimientos de balanceo o cabaceo ni circulando rápido por carreteras de curvas ni en frenadas fuertes.
Nuestra unidad de pruebas llevaba la suspensión adaptativa «FlexRide». Tiene tres programas de funcionamiento: «Normal», «Tour» y «Sport». Las diferencias entre ellos no son muy grandes. En ninguno de los tres casos el Astra Sports Tourer resulta incómodo ya que la suspensión filtra bien las irregularidades del asfalto.
El modo «Tour» hace que la suspensión sea ligeramente más blanda, justo lo contrario que el programa «Sport», que la endurece un poco. Son los dos extremos pero están cerca. El modo «Sport» hace que la carrocería se mueva menos y que la dirección se endurezca. Además, supone que, a igual presión sobre el pedal del acelerador, el motor gire a un régimen algo mayor (poco).
Cada vez que se arranca el coche, la suspensión «FlexRide» está en modo «Normal». Para seleccionar los otros dos programas hay unos mandos en los extremos de la parte alta de la consola, junto al botón del cierre centralizado y el indicador de conexión o desconexión de los airbags frontales (imagen). Cuando se selecciona el modo «Sport», la iluminación de fondo de la instrumentación pasa de blanca (imagen) a naranja (imagen).
La dirección del Astra Sports Tourer tiene buen tacto e informa correctamente de lo que sucede entre las ruedas y el asfalto. El habitáculo está bien insonorizado ya que los ocupantes no tienen que soportar un nivel alto de ruido de rodadura o del motor.
No gira en poco espacio, algo que se echará en falta en ciudad y a la hora de entrar o salir de un garaje estrecho. La visibilidad es buena en todas direcciones. Sólo puede llegar a molestar ligeramente el montante izquierdo del parabrisas en giros de 90º a la izquierda. La luneta, de gran tamaño, permite ver bien lo que sucede tras el coche. Eso sí, es difícil saber donde empieza y termina la carrocería por lo que los sensores de ayuda al aparcamiento resultan muy útiles a la hora de maniobrar.
Puede llevar un programador de velocidad con una característica interesante: no se desconecta cuando se cambia de marcha, algo que sí sucede en dispositivos similares de otras marcas. También puede tener, aunque no lo llevaba nuestra unidad de pruebas, un sistema de reconocimiento de señales de tráfico («Opel Eye») y un sistema de iluminación adaptativo («AFL+»), similar al que tiene el Insignia y muy útil para los conductores que suelan viajar por vías mal iluminadas (más información).
2.0 CDTi 160 CV
Esta versión del Astra Sports Tourer es agradable de conducir y tiene fuerza suficiente para poder realizar adelantamientos en poco espacio o subir pronunciadas pendientes en la marcha más larga sin perder velocidad. No es un motor ruidoso, aunque el sonido que produce al ralentí sí es perceptible en el habitáculo. En marcha, apenas se escucha —hay más ruido de rodadura—. En ningún caso llega a ser molesto.
Como nos ocurrió con el Astra de 5p y este mismo motor, las prestaciones que hemos medido son más lentas que las de otros coches similares. Según nuestras mediciones (tabla comparativa) su capacidad de aceleración es semejante a la de coches que hemos probado de unos 140 CV de potencia.
Tiene un consumo medio homologado de 5,1 l/100 km. Es una cifra baja, aunque no tanto como la de otras berlinas familiares de similar potencia (listado). En nuestro habitual recorrido de consumo, un trayecto por autovía de 143,3 kilómetros con varias pendientes pronunciadas, gastó 6,8 l/100 km a una media de 120 km/h —ambas cifras son reales, una vez aplicados los errores del ordenador de viaje tanto en lo que se refiere a consumo como a kilómetros (más información)—. Es un consumo relativamente alto.
No hemos medido el consumo en ese mismo trayecto de otros familiares de similares características que el Astra Sports Tourer 2.0 CDTi de 160 CV, pero sí de varias berlinas. Así, por ejemplo, un Volvo S60 con el motor Diesel D3 de 163 CV gastó 6,4 l/100 km —es 138 kilos más pesado que el modelo de Opel— y la versión 2.0 TDI de 143 CV del SEAT Exeo consumió 5,9 l/100 km —pesa 50 kilos menos que el Astra Sports Tourer—. Curiosamente, el Astra 5p 1.7 CDTi de 125 CV que probamos a principios de 2011 gastó ligeramente más (6,9 l/100 km). En ese mismo recorrido, un familiar de mayor tamaño y potencia —Honda Accord Tourer con el motor 2.2 i-DTEC de 180 CV— consumió claramente más (7,5 l/100 km).
El Astra Sports Tourer 2.0 CDTi de 160 CV ha frenado muy bien. Es de los familiares que hemos probado que ha necesitado menos metros para pararse desde 120 km/h (tabla comparativa). El tacto es mejorable porque la primera parte del recorrido del pedal de freno apenas hace, aparentemente, que el sistema de frenos actúe. Nuestra unidad de pruebas llevaba unos neumáticos Bridgestone Potenza RE050A, de medidas 235/45 R18, que daban buena adherencia.
Este motor de 160 CV va asociado a una caja de cambios manual de seis velocidades. Tiene un tacto algo duro, una sensación a la que uno se acostumbra rápido. Los recorridos de la palanca no son largos y tienen buen guiado, lo que permite que todas las marchas entren con facilidad.