Nissan Qashqai (2024) | Impresiones de conducción
Impresiones de conducción
Las diferencias de conducción entre el Qashqai 2021 y el 2024 son prácticamente inexistentes. He probado la versión e-Power con el equipamiento N-Design lo que significa que la suspensión trasera es de paralelogramo deformable (frente a la de ruedas tiradas disponibles en las versiones de equipamiento más sencillo). El Qashqai me parece un coche cuya conducción está muy equilibrada; no es ni un SUV especialmente cómodo y blando de suspensión (como el Citroën C5 Aircross) y tampoco es de los más firmes y ágiles en curva (como un Renault Austral). Está en un punto intermedio que, en mi opinión, está bastante bien conseguido y que resulta adecuado para la mayor parte de los usos. Es un coche que permite viajar con un nivel correcto de comodidad y a buen ritmo, si es necesario.
El Qashqai e-power tiene la peculiaridad de que, entre los SUV híbridos con los que compite, es el que tiene más similitud con un coche totalmente eléctrico. Eso se debe a que el motor que está conectado a las ruedas es eléctrico, mientras que el de gasolina hace únicamente de generador (nunca transmite su potencia directamente a las ruedas). Por lo tanto, el Qashqai tiene la inmediatez de respuesta y la fuerza constante de los coches eléctricos. Lo que no tiene es el silencio de funcionamiento de un eléctrico puro, pues se puede escuchar el ruido del motor de combustión con mayor o menor intensidad en función del estado de carga de la batería así como de la cantidad de aceleración que pida el conductor. Más información sobre los componentes y funcionamiento del sistema E-Power.
Cuando se acelera a fondo, el coche Qashqai responde con una aceleración intensa y continua, al estilo de lo que ocurre, por ejemplo, en un Honda ZR-V. La situación es distinta en el caso del Renault Austral ya que este dispone de un sistema de impulsión con una caja de cambios de relaciones fijas y, por ello, se producen pequeñas interrupciones al pasar de una a otra marcha durante las fases de aceleración.
No he tenido oportunidad de comprobar el consumo en condiciones que valgan de referencia. Mi impresión es que se pueden conseguir valores bajos en ciudad y alrededores, que es donde más partido se saca al sistema de impulsión híbrido. Creo que en vías rápidas y, en general, si se conduce a un ritmo ágil sin una especial preocupación por el consumo, es posible que un Renault Austral E-Tech tenga un consumo inferior al Nissan Qashqai e-power, aunque no he hecho las mediciones apropiadas.
Entre lo que me ha parecido mejorable está el tacto del freno, ya que no resulta fácil detener el coche por completo con total suavidad, sin una pequeña sacudida final. La función e-Pedal que se activa desde un botón que hay en la consola no es un sistema de conducción auténtico de un solo pedal, ya que al liberar presión sobre el acelerador el coche no se detiene por completo, sino que la última parte hay que utilizar el pedal de freno.
Una función interesante es que al arrancar el coche es posible elegir, mediante la pulsación de una tecla en el volante, una configuración personalizada de todos los asistentes a la conducción. Es algo que puede ser útil para eliminar de forma rápida y sin necesidad de entrar en el menú correspondiente, aquellos asistentes que no gustan o no resultan útiles (como puede ser, por ejemplo, el aviso acústico de limitación de velocidad).