Nissan Pulsar (2015) | Impresiones del interior
El aspecto en el que más sobresale el Pulsar frente a sus principales alternativas es en el espacio disponible para los ocupantes de las plazas posteriores. Según nuestras mediciones, el hueco para las piernas es ciertamente amplio, mayor que el de coches más grandes como el Volkswagen Passat y casi igual que el de un Škoda Superb, un coche mucho más grande que, como el Pulsar, sobresale entre su competencia en esta medición.
Uno de los motivos que explica este hecho es que la distancia entre ejes es muy grande —2,70 metros—, más que por ejemplo un Renault Mégane, un Volkswagen Golf (2,64, ambos) o un Ford Focus (2,65 m). No obstante, una batalla grande no siempre implica un habitáculo espacioso en sentido longitudinal. Por ejemplo, el Mazda3, que mide 4,47 metros de longitud y tiene la misma distancia entre ejes que el Pulsar, no sobresale por espacio para las piernas (tabla comparativa de mediciones del interior).
La anchura entre puertas a la altura de los hombros es normal. Dos personas adultas de complexión normal viajarán con desahogo, pero tres irán apretados (más o menos como en la mayor parte de sus alternativas de tamaño similar). El espacio libre hasta el techo en la fila trasera permite que personas de unos 190 cm de altura quepan bien si adoptan una postura relajada y no se estiran completamente.
El puesto de conducción está bien resuelto porque tanto el asiento como el volante tienen unos ajustes amplios que permiten que personas de distinta talla y envergadura puedan acomodarse con facilidad. Además no hay muchos mandos alrededor del conductor, la mayoría de ellos quedan cerca de su alcance y están ordenados de manera muy sencilla.
Los asientos delanteros tienen un mullido blando que los hace satisfactorios en cuanto a comodidad, pero carecen de apoyo lumbar y no sujetan mucho en las curvas. Las versiones con el nivel de equipamiento «Tekna» (el más alto) tienen de serie tapicería de piel con un aspecto y tacto buenos (imagen), pero algo más resbaladiza que la de tela.
En función del nivel de equipamiento elegido, el sistema multimedia puede tener una pantalla de 5,0 o de 5,8 pulgadas y tener más o menos funciones (por ejemplo, navegador o un sistema de cámaras que proporcionan una imagen cenital del vehículo; imagen). Nosotros hemos probado el más completo, que es de serie en los niveles de equipamiento N-TEC y Tekna (imagen de la pantalla). Como en otros modelos de Nissan, tiene un funcionamiento correcto por claridad y orden de los menús, pero los gráficos son de menor calidad que los que tienen otros sistemas multimedia de otras marcas. Cuando la luz del sol incide directamente sobre la pantalla, es difícil ver la información que muestra (más información en el apartado Sistema Multimedia del Nissan Qashqai).
En el cuadro de instrumentos, entre el velocímetro y el cuentarrevoluciones, hay otra pantalla a color de 5,0 pulgadas donde se visualizan, entre otros, los datos relativos al ordenador de viaje, las emisoras de radio o las indicaciones del navegador (si está instalado). Desde esta misma pantalla también se pueden realizar algunos ajustes del vehículo, como la iluminación de cortesía exterior, la sensibilidad del parabrisas automático o el cambio de unidades de medida (imagen).
A pesar de que la mayoría de los plásticos con los que está recubierto el habitáculo son duros, las sensaciones que transmite son buenas porque el ajuste entre las distintas piezas es excelente, con superficies bien enrasadas y sin filos cortantes. Por ejemplo, el habitáculo de un Renault Mégane o de un Ford Focus tiene más cantidad de plásticos con tacto blando, pero los ajustes no son tan precisos. También hay algún detalle que desmerece un poco el conjunto, como por ejemplo que los parasoles no tienen luz (aunque sí espejo) y que la iluminación interior es pobre. Hay dos plafones, uno de ledes junto al retrovisor (imagen) y otro con bombilla de incandescendia situado a la altura de los asientos delanteros, por lo que a las plazas traseras prácticamente no llega luz.
Hay muchos huecos repartidos por todo el habitáculo donde caben sin problemas los objetos cotidianos que llevamos en los bolsillos, como por ejemplo unas llaves, un teléfono móvil o una cartera, aunque ninguno de ellos está recubierto de goma antideslizante (imagen). En la guantera hay espacio suficiente para llevar la documentación del vehículo y un chaleco reflectante. No tiene una salida de ventilación ni cerradura, pero sí cuenta con iluminación (imagen).
En las versiones con el nivel de equipamiento más alto (Tekna), los pasajeros de los asientos posteriores tienen a su disposición una salida de ventilación doble situada en la parte trasera de la consola (imagen) mientras que en en resto de versiones hay un pequeño hueco portaobjetos (imagen).
El maletero, con 385 l de capacidad, tiene un volumen ligeramente superior al de un Volkswagen Golf, un SEAT León o un KIA cee´d (todos ellos tienen 380 l). Los de un Renault Mégane, un Opel Astra o un Mazda3 también son menos capaces (372, 370 y 364 l respectivamente), mientras que los de un Citroën C4, un Honda Civic o un Škoda Spaceback son algo más amplios (408, 401 y 415 l respectivamente). Abatiendo los respaldos de los asientos traseros (en dos partes asimétricas 1/3 y 2/3), el volumen aumenta hasta 1385 l, más que todos los modelos citados anteriormente, aunque la superficie restante deja un escalón de unos 20 cm (imagen).
Bajo el piso del maletero hay espacio para una rueda de repuesto de emergencia (es decir, más pequeña que las otras cuatro) aunque en España todos los Pulsar vienen de serie con un kit de reparación de pinchazos (imagen).