Nissan Note 5p 1.6 (2000) | Una suspensión blanda que lo hace cómodo pero no torpe
Si se usa por ciudad o sus alrededores, el Nissan Note es muy agradable de conducir porque filtra muy bien las pequeñas irregularidades y cuando pasa por un bache no sacude a los ocupantes. De este modo, pasar por guardias tumbados o calles adoquinadas es menos incómodo que en otros modelos, como un Opel Meriva.
El diámetro de giro es grande (11,0 m); a pesar de ello no me ha parecido un coche torpe para maniobrar en garajes. En los faros hay una pequeña protuberancia que sirve de referencia para estimar los vértices delanteros.
Estas cualidades las mantiene a la hora de salir por carretera. Viajando a ritmos normales continúa siendo un coche cómodo y trata con suavidad a los pasajeros. Si aumentamos el ritmo, la carrocería se balancea en los apoyos y notaremos como al pisar alguna junta en mal estado la suspensión delantera hace que la dirección se aligere más de la cuenta.
En carreteras lentas a un ritmo alto, estos movimientos crean ciertas inercias que restan un poco de agilidad al coche a la hora de enlazar varias curvas seguidas. A pesar de esto, el Note permite circular muy rápidamente sin que los movimientos de la carrocería alteren la trayectoria que marcamos con el volante. Los neumáticos del coche de pruebas eran unos Continental ContiPremiumContact2 de medidas 185/55 R16 montados en unas llantas de aluminio.
El control de estabilidad funciona correctamente y no entra en funcionamiento antes de lo necesario. Con él desconectado, las reacciones del Note cuando llega al limite de adherencia son progresivas y fácilmente controlables (dentro de un orden). Este dispositivo viene de serie con el equipamiento «Tekna» y cambio manual; con cambio automático o en la versión «Acenta» no está disponible ni como opción.
El motor de gasolina de 110 CV da un buen resultado. Cuando está a ralentí vibra poco (es de esos coches en los que cuando estas parado no sabes si está en marcha) y es algo ruidoso durante un viaje largo. Es el mismo motor que tiene el Micra 160SR.
Me ha parecido un motor agradable de utilizar tanto en tráfico urbano (tiene buena respuesta) como por carretera. Si aceleramos a fondo sube de vueltas con facilidad y suavidad. Por la respuesta que tiene, no es un motor para circular en marchas largas a pocas revoluciones.
El consumo es bajo en toda circunstancia. Por ciudad, sin buscar un consumo mínimo, ronda 8,5 l/100 km. Por vías de sentido único, a una velocidad media de 150 km/h gasta 8,3 l/100 km, un valor muy bueno.
El cambio de marchas es de cinco velocidades. El desarrollo de la quinta es algo largo, ya que la velocidad máxima se alcanza a 5.500 rpm, 500 rpm antes del régimen de potencia máxima. Es suficientemente rápido, se maneja con suavidad y las marchas entran sin esfuerzo.
La dirección es de las que varían su asistencia en función de la velocidad. A mí me habría gustado que por carretera fuese menos blanda ya que esto, unido a que la respuesta al giro del volante es muy inmediata, la hacen muy sensible. Los frenos son de disco delante y tambor detrás. No son excepcionales pero aguantan bien un uso normal.
La visión a través de los retrovisores exteriores es muy buena porque tienen una superficie muy amplia; el izquierdo es convexo para eliminar en la mayor medida posible el ángulo muerto. Se pueden plegar desde el interior mediante un botón que hay en la parte izquierda del salpicadero.