Mitsubishi Montero (2003) | Impresiones del interior
Como anteriormente, la gama Montero se ofrece con tres niveles de equipamiento (GLX, GLS y GLS Kaiteki). Las versiones GLX llevan de serie climatizador automático (independiente para las plazas traseras en los Montero 5p), retrovisores exteriores eléctricos, abatibles de forma automática y calefactados, elevalunas eléctricos, cierre centralizado con mando a distancia, doble airbag frontal, ABS, control de tracción (MATC) y estabilidad (MASC), llantas de aleación y radiocasete. Las versiones de tres puertas tienen una bandeja cubre maletero (opcional en los Montero 5p).
En los GLS, el nivel de equipamiento se incrementa con paragolpes y retrovisores exteriores pintados en el mismo color de la carrocería, parrilla delantera con moldura cromada, faros antiniebla, estribos laterales con iluminación (una solución muy práctica por la noche), llantas de aleación específicas con seis radios (en GLS y Kaiteki), airbags laterales delanteros, guantera iluminada e inserciones de madera en el salpicadero y el volante (acabado en cuero y madera).
Las versiones GLS Kaiteki llevan, además, tapicería de cuero, techo corredizo eléctrico, control de velocidad de crucero, un equipo de sonido con cargador para 6 CD's, cambio automático con mando secuencial (opcional en GLS), asientos delanteros con reglaje eléctrico y calefacción, retrovisores exteriores cromados, deflector trasero (sobre la luneta posterior) y barras portaequipajes en el techo. Opcionalmente se ofrece el color de la carrocería con doble tono en GLS y GLS Kaiteki.
En el interior no ha cambiado prácticamente nada, sigue lo bueno y lo malo que tenía anteriormente. Ahora, todas las versiones tienen el asiento del conductor regulable en altura e inclinación de la banqueta (antes sólo las versiones GLS y Kaiteki) y se puede encontrar una postura de conducción cómoda, pero el volante puede seguir quedando algo lejos en su parte superior (es regulable en altura pero no en distancia). El mullido del asiento me sigue pareciendo un poco blando y la visibilidad hacia atrás sigue condicionada por el reposacabezas central trasero.
La presentación es buena y el ajuste de los distintos elementos parece correcto, pero en el Montero se utilizan unos revestimientos y guarnecidos ampliamente superados en tacto y calidad percibida por modelos como el BMW X5, Volkswagen Touareg y Volvo XC90, sobre todo en el plástico utilizado la parte baja de la consola central y de las puertas (que además tienen los bordes de las bolsas laterales mal rematados).
El Montero 3p corto tiene un espacio en las plazas traseras razonable, aunque algo estrecho con relación a la anchura de la carrocería (condicionado por los pasos de rueda posteriores). El acceso a las plazas traseras sigue siento muy malo por el lado del conductor (el asiento sólo se abate el respaldo) y normal por el lado del acompañante (el asiento se desplaza también hacia delante), pero en ninguno de los dos el respaldo vuelve a su posición anterior una vez abatido (obliga a regular de nuevo la inclinación del respaldo).
El Montero 5p aprovecha mejor su espacio en las plazas delanteras y traseras y es uno de los todo terreno más grandes en anchura, altura y habitabilidad para la piernas. Tiene una tercera fila de asientos que se puede plegar bajo el maletero y permite sentar dos pasajeros adicionales. El espacio disponible es sólo aprovechable por niños, pues apenas tiene espacio para las piernas (sobre todo para colocar los pies) y tampoco la anchura es amplia. Como todo terreno de siete plazas está mejor resuelto y resulta más cómodo, por ejemplo, el Volvo XC90.
En todas las versiones, la rueda de repuesto está situada exteriormente sobre el portón trasero, dejando todo el espacio del maletero útil para la carga, aunque no por ello ofrece un maletero más grande que otros todo terreno similares. En todas las versiones, el respaldo trasero es abatible por partes desiguales (60/40) y hay cinturón de seguridad de tres puntos y reposacabezas en todas las plazas (cinco o siete).