Mitsubishi Montero 3p 3.2 DI-D (2000) | El interior es grande pero poco aprovechable
Respecto al anterior modelo, el Montero Corto ha crecido 18,5 cm en longitud, 15 cm en anchura y 1,5 cm en altura. Esto ha permitido mejorar su habitabilidad y capacidad de maletero. Sin embargo, aunque el Montero 3p es grande por dentro, su habitabilidad trasera se ve reducida por unos pronunciados pasos de rueda que limitan el ancho de la banqueta e impiden acomodar a tres personas adultas. Los pasajeros sentados en los laterales se golpean contra ellos y no permite aprovechar todo el espacio disponible. La altura interior es grande, pero el espacio que ofrece para las piernas es similar al de un Peugeot 306 5p. Por otro lado, el acceso a los asientos traseros es muy malo a través del lado del conductor ya que la banqueta del asiento no se desplaza hacia delante para facilitar el acceso. Sí lo hace el asiento del acompañante, aunque en ambos hay que volver de nuevo a reglar el ajuste del respaldo al no volver a la posición que tenía.
El maletero es ancho y alto pero corto. Permite alojar de pie dos maletones grandes sin problemas. Bajo el piso hay una guantera adicional de gran tamaño, en un lateral encontramos una toma de corriente (12 v) y en el portón hay una práctica guantera con red y una completa caja de herramientas.
El asiento trasero es abatible por partes (60/40), tiene cinturones de seguridad de tres puntos y reposacabezas para tres posibles plazas. El respaldo se puede regular en inclinación y permite aumentar el confort de los pasajeros o incrementar el volumen del maletero. En la parte lateral de los asientos traseros se han colocado unos reposabrazos abatibles que tienen un portavasos integrado.
El puesto de conducción es agradable, aunque es mejorable en tres aspectos: uno, el volante (regulable en altura) queda ligeramente lejos en su parte superior; dos, el asiento (con reglaje en altura sólo en los GLS y GLS Kaiteki) tiene un mullido demasiado blando; tres, la visibilidad hacia atrás, está muy limitada por el reposacabezas trasero central.
Por lo demás, todo en orden; los mandos quedan al alcance de la mano, la instrumentación se lee con facilidad y se ha completado con dos dibujos que nos indican las puertas abiertas y el tipo de tracción o bloqueo de diferencial seleccionado, hay numerosas guanteras que son muy funcionales y la pantalla digital multifunción situada en el salpicadero resulta práctica (indica las funciones de la radio, el climatizador automático, fecha, hora y temperatura exterior).
La presentación es atractiva, aunque algunos plásticos de la consola central sean mejorables en la versión GLX (de tacto más que de aspecto). Desde el modelo GLX dispone de climatizador automático, doble airbag frontal, llantas de aleación, radiocasete, elevalunas y retrovisores eléctricos, cierre centralizado con mando a distancia o reglaje de altura de faros desde el interior. Los modelos más equipados (GLS Kaiteki) tienen, además, tapicería de cuero, ABS, airbag laterales delanteros, asientos delanteros eléctricos y con calefacción, cargador de CD's, techo corredizo eléctrico, control de crucero, faros antiniebla, inserciones de madera en el salpicadero y algunos elementos diferenciadores en el exterior, como los paragolpes pintados en el color de la carrocería, el alerón sobre la luna trasera o los embellecedores cromados en los pilotos posteriores. En los GLS Kaiteki hay disponible un cambio automático de cinco marchas (denominado IVECS-II) con posibilidad de accionamiento manual de tipo secuencial.