Mitsubishi Colt 1.1 12v (2004) | Un buen puesto de conducción, con algún fallo de visibilidad
Es un coche adecuado para personas muy altas, por el recorrido longitudinal del asiento y por la altura. Cuando probamos la versión 1.3 16v nos pareció que para esas personas es un inconveniente que el volante no tenga ajuste longitudinal: queda demasiado cerca de los pedales. En esta ocasión no he echado de menos ese ajuste.
Para conductores de talla normal o baja no hay ningún problema, salvo que estén acostumbrados a conducir con el respaldo casi vertical. En el Colt, la inclinación mínima del respaldo es mayor de la que querrían algunos.
Hay algunas características que facilitan la visibilidad y otras que la dificultan. A todos los que lo hemos conducido nos han sorprendido muy gratamente los grandes que son los retrovisores exteriores y la buena visibilidad que dan; el izquierdo tiene una curvatura en su extremo que aumenta el campo de visión.
Como ocurre en casi todos los monovolúmenes y en algunos turismos, el montante del parabrisas es grueso y molesta en las curvas cerradas. Sin embargo, en este caso, el pequeño triángulo de cristal que hay entre el marco del parabrisas y el de la ventanilla sí me ha parecido útil (normalmente no me lo parece).
Una peculiaridad de este parabrisas es que tiene una parte superior teñida de azul para limitar el deslumbramiento que puede producir el sol. Esa parte azul está a una altura que les queda a la altura de los ojos a los conductores más altos.
La visibilidad en tres cuartos trasero no es tan buena, por la altura en la que queda la luneta y por lo que estorban los reposacabezas. Está muy limitada por el grueso montante trasero y por la altura del respaldo trasero y los reposacabezas. En este caso, el pequeño triángulo de cristal que hay entre el montante y la ventanilla sirve de poco.
El asiento tiene una forma buena, es ancho y con una banqueta suficientemente larga. Si no es mejor, es a causa de unas partes laterales de la banqueta y del respaldo que resultan muy blandas; tanto, que si hay mucha aceleración lateral se puede notar en el cuerpo la estructura del asiento (aunque no llega a molestar).
Lo que sí puede llegar a molestar en las curvas a izquierda es la parte inferior de la consola, que tiene una zona sobresaliente a la altura de la pantorrilla (justo donde está el hueco para botes izquierdo).
Cerca del conductor hay cuatro huecos útiles para dejar cosas: dos son los que tienen forma redonda y el tamaño de una lata de refresco; en uno de ellos se puede colocar el cenicero, que es móvil (a la derecha en esta imagen). Otro es el hueco que queda bajo la palanca del freno de mano (hay que tener la precaución de no dejar nada grande para no golpearse la mano al bajarla). El cuarto es un pequeño bolsillo en el lateral interior de los asientos delanteros (imagen), útil para dejar cosas como la tarjeta del aparcamiento o del peaje, u otras cosas que no necesitan al conducir (como el teléfono móvil).
Hay también otros huecos en la consola, junto a la pieza que sirve de soporte al encendedor. Como la base de estos huecos no está inclinada ni tapizada, no se pueden dejar objetos pequeños sin riesgo de que se caigan de ahí. También hay huecos en la parte lateral de la base del asiento, uno alargado y otro circular muy pequeño (imagen), que no sé para qué puede servir. Debajo de la radio hay una cajón con tapa abatible, útil para dejar pequeños objetos no a la vista (imagen).
La bolsa de la puerta tiene un tamaño suficiente para alojar por ejemplo un mapa de carreteras grueso.