MINI Countryman (2017) | Impresiones de conducción
El MINI Countryman 2017, como el modelo anterior, sobresale porque tiene una estabilidad muy elevada y un tacto de conducción muy bueno. A falta de conducirlo durante más tiempo, me ha parecido uno de los modelos más adecuados para aquellas personas que disfruten conduciendo un vehículo de reacciones precisas y con un paso por curva muy rápido. No es tan ágil ni se siente tan ligero como los MINI de 3 y 5 puertas, pero es claramente mejor en estos aspectos que un Audi Q3 o un KIA Niro. A pesar de la altura de la carrocería y del peso (la versión más ligera pesa 1440 kg), su conducción se parece más a la de un buen turismo que a la de un todoterreno.
La suspensión de serie es más bien dura e impide que la carrocería se mueva mucho al circular por carreteras de curvas o al tomar rotondas, pero a la vez mantiene un buen nivel de absorción de los baches (no es seca). No es un coche tan cómodo como un Mercedes-Benz GLA o un Mitsubishi ASX, pero sí lo es más que un Land Rover Range Rover Evoque. Opcionalmente puede tener una suspensión deportiva (más firme) y otra de dureza variable. La dirección, como en otros modelos de MINI, se siente precisa, da un buen nivel de información y tiene el grado de dureza justo para que resulte agradable en prácticamente cualquier situación.
Aunque el Countryman tiene aspecto de todoterreno, no está pensado para circular por caminos con muchas dificultades porque la altura libre al suelo es reducida (165 mm) y los recorridos de la suspensión no son muy amplios. Todas las versiones pueden tener opcionalmente un sistema de tracción a las cuatro ruedas (MINI lo llama ALL4), que sí puede ser interesante si se circula habitualmente por carreteras con poca adherencia. Aunque el Countryman comparte los sistemas multimedia con otros modelos de la gama MINI, tiene una función específica que monitoriza el tiempo y la dificultad del terreno al circular por vías no asfaltadas (temporizador MINI Country; imagen).
Por el momento solo hemos probado el MINI Countryman Cooper SD ALL4, que tiene un motor Diesel con 190 CV de potencia y 400 Nm de par. Es un motor que MINI y BMW utiliza en muchos de sus modelos y que mueve con agilidad al vehículo, aunque quizá no tanta como cabría esperar dada la potencia declarada por el fabricante (si bien es cierto que esta versión pesa mucho: 1610 kilos sin contar con las opciones; ficha técnica). Tampoco es demasiado suave en su funcionamiento y resulta ruidoso al circular a baja velocidad o bajo una fuerte aceleración; una vez gana velocidad, la situación mejora notablemente hasta el punto de pasar prácticamente desapercibido.
Opcionalmente, esta versión se puede pedir con una caja de cambios automática de tipo convertidor de par y ocho relaciones que funciona de manera excelente: es rápida, suave en las inserciones e interpreta muy bien el tipo de conducción que se practica. El sistema de encendido y apagado automático del motor en las detenciones, que es de serie en toda la gama, tiene un funcionamiento normal: no es el más rápido ni el más suave, pero en general cumple bien con su cometido sin resultar un estorbo.
Como en otros modelos de la gama MINI, el Countryman puede tener el sistema MINI Driving Modes, con el que el conductor puede seleccionar tres modos de conducción predefinidos: Green, Mid y Sport. Este sistema modifica el funcionamiento de la dirección, el cambio de marchas automático, la suspensión adaptativa (si la tiene instalada) la sensibilidad del pedal del acelerador y la potencia del climatizador. Además, con el modo Sport seleccionado, el sistema de escape tiene un sonido más fuerte —al menos en combinación con el motor Diesel de la versión SD llega a ser incómodo— y con el Green, el cambio de marchas automático selecciona el punto muerto en algunas circunstancias para avanzar por inercia.