Mercedes-Benz Clase X Doble Cabina (2018) | Impresiones del interior
El habitáculo del Clase X está fabricado con una calidad aparente algo superior a la media de sus alternativas. El Toyota Hilux y el Volkswagen Amarok pueden tener un habitáculo con acabados de calidad similar, por ejemplo; el Ford Ranger, el Mitsubishi L200y el Fiat Fullback quedan algo por debajo en este sentido.
Solo nos hemos subido en unidades con el nivel de equipamiento Power, el más alto de la gama, y Progressive, el intermedio. Mercedes-Benz ha enfocado ambos a un uso de particular y por eso el equipamiento y la atención al detalle son algo mejores que en otros pick-up. Los materiales de recubrimiento son duros, salvo en la parte superior de las puertas delanteras en la versión Power, en el resto es también de plástico duro. El conjunto parece ensamblado con solidez.
Los asientos son cómodos y sujetan bien el tronco. Según la versión, pueden tener calefacción y ajustes eléctricos. El volante no tiene ajuste en profundidad y el que tiene en altura es insuficiente para un conductor de estatura elevada porque el aro tapa parte del cuadro de instrumentos. Los pulsadores que hay repartidos por el salpicadero, y bien agrupados, son grandes (imagen), lo que facilita su uso con guantes.
El aspecto del salpicadero recuerda al de otros modelos de Mercedes-Benz como el Clase C y el Clase V. La instrumentación consiste en dos indicadores de agujas tradicionales complementadas por una pantalla central de 5,4 pulgadas a color. En el centro de la consola hay un sistema multimedia de serie asociado a una pantalla de 7 pulgadas. Opcionalmente, puede haber un sistema asociado a una pantalla de 8,4 pulgadas (COMMAND Online; imagen).
La cantidad de huecos que hay para dejar cosas y, sobre todo, su tamaño son algo escasos, especialmente si el coche va a ser una herramienta de trabajo. Esto es así en parte porque la palanca del cambio, que en otros modelos de Mercedes-Benz va en la columna de la dirección (imagen del selector del cambio del GLC), va en la consola. Y también porque los mandos para usar el sistema multimedia (imagen) ocupan mucho espacio.
En la consola hay dos portabebidas en los que no caben botellas de agua cuyo diseño sea un poco más ancho del tradicional. También hay un cajón bajo el apoyabrazos (imagen) donde cabe una cartera, unas llaves y poco más; en su interior hay una toma de corriente de 12 V (hay otra en el salpicadero), la ranura para la tarjeta de memoria donde están almacenados la cartografía del navegador y dos tomas USB.
En el techo hay un portagafas (que puede ser pequeño para ciertos tipos de gafas; imagen), dos puntos de luz de lectura (led en el coche que hemos probado) en la parte más próxima al parabrisas y un plafón de alumbrado (de bombilla de filamento) entre las filas delantera y trasera.
En los niveles de equipamiento más altos, el habitáculo se comunica con la zona de carga a través de una ventanilla que hay en la luneta (imagen) y que se abre lateralmente desde un botón que está situado en la parte baja del salpicadero (imagen).
El espacio interior es bueno si se compara con sus alternativas. En las plazas delanteras el espacio es similar entre todas de las que tenemos mediciones, suficiente para que dos adultos viajen con comodidad y para que una persona de gran o pequeña estatura consiga sentirse cómoda al volante (tabla comparativa).
Como es habitual en los pick-up, los respaldos de los asientos traseros van colocados menos tendidos que en un turismo, cerca de la vertical. El espacio para las piernas hasta el respaldo delantero (hemos medido 74 cm) es el más grande de sus alternativas: un Hilux, por ejemplo, tiene 67 cm y un Nissan NP 300 Navara, un Ford Ranger y un Mitsubishi L200, 72 cm.
Subir al Clase X puede resultar complicado para personas con problemas de movilidad porque el piso del habitáculo está muy alto. Para solventar, al menos en parte, el problema, Mercedes-Benz ha instalado estriberas laterales y unos asideros en la zona interior de los pilares (excepto para el conductor), elementos que también son comunes entre sus alternativas.
A la caja de carga le hemos medido unas cotas mínimas de 110 cm de anchura y 144 de profundidad. El borde de carga está a 81 cm del suelo, un valor similar al del Amarok y el Fiat Fullback (82 cm), e inferior al del NP 300 Navara (85 cm) y el Hilux (91 cm).
La zona de carga va iluminada con luces de ledes colocadas en la tercera luz de freno y que se activan solo con el motor apagado desde un interruptor que hay en la parte más baja de la consola. También puede tener una toma de corriente de 12 V.
Desde el nivel de equipamiento Progressive, la caja trae de serie dos raíles laterales con dos ganchos (imagen) cada uno que se pueden cambiar de posición y de ángulo. La portezuela tiene cerradura (imagen) que hay que accionar a mano, ya que no está conectada al cierre centralizado. Normalmente se abre 90 grados y queda como prolongación de la caja (imagen), pero, si es necesario, puede llegar a girar 180 (para lo cual hay que desenganchar unos tirantes).
La unidad que hemos probado tenía una persiana de aluminio para cerrar la caja (imagen). Es un accesorio útil si lo que se va a llevar en la caja es de valor o no queremos que se moje. El inconveniente es que su accionamiento es muy incómodo (salvo que fuese un problema de la que hemos probado) porque el mecanismo (imagen) que la desenclava es muy tosco y no funciona con suavidad.