El SL no es un coche tan llamativo como lo será el futuro SLR (o como es un Z8), sino más bien una evolución del anterior, con los patrones de estilo que tiene Mercedes-Benz ahora mismo (faros redondos, líneas menos puras y eso). Hay algunos rasgos, como las salidas de aire en las aletas, recuerdo del primer SL.

La batalla es la medida que más ha crecido con relación al anterior SL, y no es tan corta con relación a la longitud como la de otros descapotables (4,53 y 2,65 m). El voladizo delantero es curiosamente largo para un coche que prácticamente tiene motor central delantero (casi todo el motor está por detrás del eje), aunque no tan largo como el del anterior Clase S. Es igual de ancho que el anterior SL y un centímetro más alto.

En lo que gana es en penetración aerodinámica. El Cx (medido con el techo cerrado) es muy bajo para tratarse de un descapotable: 0,29; el factor de resistencia aerodinámica es también bajo, 0,58 m².

El Cx con el techo abierto es sorprendentemente bajo: 0,34 (el anterior SL tenía 0,43). Mercedes-Benz ha disminuido el coeficiente aerodinámico de elevación de 0.13 a 0.11 en el eje delantero y de 0,10 a 0,06 en el trasero. Un Porsche 911 tiene 0,06 y 0,03 respectivamente; es decir, la fuerza que tiende a levantarlo a velocidad alta es menor que la del SL.

El techo rígido y plegable, que Mercedes-Benz llama «Vario Roof» será equipo de serie. Mercedes-Benz ha hecho el sistema relativamente más compacto que el del SLK y funciona más rápido; la operación de plegado o desplegado tarda 16 s en vez de 25. Se puede abrir con el mando a distancia. Habrá una versión con techo de cristal en 2002.

Según Mercedes, la longitud máxima para las piernas y la altura máxima son ahora mayores. A diferencia del anterior SL, que era un 2+2 plazas, éste es un biplaza. Tras los asientos delanteros hay dos guanteras con cerradura de 18 litros de capacidad. El maletero es más pequeño que antes si alberga el techo plegable: sólo 235 litros, contra 265 del anterior SL.

La estructura del salpicadero está hecha de un duroplasto compuesto (poliuretano con fibra de vidrio), recubierto superficialmente con varias láminas de un tipo de poliuretano que no se había usado hasta ahora en automoción.

Hay pocos botones a la vista, porque Mercedes-Benz ha arremolinado algunos de ellos alrededor de la palanca de cambio.