Mercedes-Benz GLC (2016) | Impresiones del interior
El interior del Mercedes-Benz GLC ha crecido claramente en algunas cotas respecto al modelo al que reemplaza, el GLK 2012. El espacio para ocupantes es similar al de un Audi Q5 y un BMW X3, salvo el sitio reservado para las piernas en las plazas posteriores, medición en la cual el GLC resulta ligeramente más pequeño (tabla comparativa de mediciones del interior). Aun así, es un coche en el que cuatro adultos de 1,80 metros de estatura caben holgadamente.
La banqueta trasera no se puede desplazar en sentido longitudinal —en un Audi Q5 y en un BMW X3 sí se puede—, pero sí es posible variar la inclinación del respaldo en dos posiciones. Una de esas posiciones es la «normal», la más confortable para viajar (imagen). La otra está pensada para incrementar ligeramente la capacidad del maletero, empeorando el confort del pasajero que vaya sentado en esa plaza porque deberá llevar la espalda más próxima a la vertical (imagen). Para cambiar de una posición a otra hay que mover una pieza metálica ubicada en el punto de enganche del respaldo con el maletero (imagen).
En esta fila de asientos hay dos salidas de aire y, bajo ellas, un pequeño hueco (imagen). Por 816,12 € Mercedes-Benz instala un sistema de climatización llamado THERMOTRONIC, que permite a los pasajeros traseros seleccionar una temperatura y una velocidad de ventilación independiente de la del conductor y el acompañante. Los huecos de las puertas son grandes y permiten llevar botellas de 1 litro (algunas entran mejor o peor según su forma; imagen).
Los ocupantes de las plazas posteriores no van sentados en una posición sobreelevada con respecto a los que van delante, por lo que su visión de la carretera es peor que en aquellos vehículos que sí tienen esta sobreelevación, como el Land Rover Discovery Sport. La ventaja que tiene la posición de los asientos posteriores del Mercedes-Benz GLC es que resulta más sencillo subir y bajar de ellos. Los anclajes ISOFIX están en las dos plazas de los laterales. El acceso a estos anclajes es sencillo porque están a la vista y adecuadamente protegidos y señalizados con una tapa de plástico (imagen).
El asiento del conductor va cerca del piso (no tanto como en un turismo), lo que permite llevar las rodillas relativamente estiradas en lugar de muy flexionadas como en un todoterreno clásico. La consola es muy ancha (imagen) y, por lo tanto, es normal que el conductor y acompañante lleven la rodilla apoyada sobre ella; no es un problema puesto que esta superficie está tapizada y recubierta de un material acolchado.
De serie, los asientos delanteros tienen regulación manual del ajuste longitudinal y eléctrica de la inclinación del respaldo y de la altura de la banqueta. En opción se puede pedir la regulación del apoyo lumbar (de forma eléctrica, cuesta 276,65 €), o bien, que todas las regulaciones del asiento sean eléctricas (3043 €, incluye la posibilidad de memorizar hasta tres posiciones para el asiento del conductor y el del acompañante). La regulación en altura e inclinación de los reposacabezas es siempre manual.
Otra opción para los asientos delanteros es la función de calefacción y ventilación. Los tapizados disponibles son de tela y de cuero, y se puede elegir entre varios colores. El volante tiene regulación en altura y profundidad.
La capacidad del maletero es 550 litros (salvo en la versión híbrida GLC 350 e, que es mucho menor, 350 litros), un volumen idéntico al del BMW X3 y 10 litros superior al del Audi Q5. El volumen del maletero del Volvo XC60 es 495 litros, mientras que el del Discovery Sport es 454. Ese dato de maletero está tomado contando el doble fondo que hay bajo el piso (imagen), compartimento que va bloqueado por una cerradura y tiene una capacidad considerable, si bien no es fácil de aprovechar puesto que tiene escalones y abultamientos (imagen).
El hueco principal del maletero (sin contar el doble fondo mencionado) tiene 110 centímetros de anchura, 89 cm de profundidad y 44 cm de altura. Los respaldos de los asientos posteriores se pueden abatir pulsando unos botones que hay en las paredes del espacio de carga (imagen) o bien en los costados de los propios respaldos (imagen). Con ellos abatidos la superficie de carga es prácticamente plana (imagen) y, si se desplaza hacia delante lo máximo posible el asiento del acompañante, es posible introducir objetos de hasta 1,90 metros de longitud. Para evitar que los objetos invadan el espacio de los pasajeros en caso de una frenada brusca, hay una red de separación de carga que se puede colocar bien justo detrás de la fila trasera (imagen), o bien, justo detrás de la fila delantera (imagen).
Si tiene la suspensión neumática, hay un botón en el maletero que, al presionarlo, hace que la carrocería descienda 40 milímetros y sea más sencillo meter y sacar objetos. También hay un botón para extraer y recoger el gancho del remolque, en el caso de que esté instalado. Este último botón se encuentra duplicado en la puerta del conductor. El portón puede tener accionamiento eléctrico con la función manos libres, la cual permite abrirlo pasando el pie por debajo del parachoques.
La distribución de los mandos en la consola es similar a la que Mercedes-Benz utiliza en otros modelos, como el Clase C. Los controles del sistema de climatización y del audio son fáciles de localizar en un vistazo y quedan cerca del volante. Para el control del sistema multimedia hay —como en la mayoría de los Mercedes-Benz actuales— un mando giratorio, un panel táctil por encima de él y unos botones alrededor de estos dos mandos (imagen). La estructuración de los menús hace que la navegación no sea muy complicada, pero el sistema es lento reaccionando a las órdenes y esto impide un manejo fluido. El manejo del sistema multimedia del BMW X3 nos parece mejor, más intuitivo y más rápido.
El GLC tiene algunos botones específicos en el caso de montar el paquete OFF ROAD y la suspensión neumática, como el que sirve para variar la altura de la carrocería (imagen) y otro que activa el control de descenso de pendientes (imagen). Además, en la pantalla central hay un menú específico que permite elegir entre los cinco programas de conducción e información valiosa para la conducción todoterreno, como la inclinación de la carrocería (imagen) e imágenes del terreno por el que se discurre (imagen).
La gama de molduras decorativas para el salpicadero es amplia. De serie viene con un plástico negro brillante (no tenemos una imagen del GLC con esta moldura, pero sí de un Clase C, cuyo salpicadero es prácticamente idéntico), que desaconsejamos por lo difícil que es mantenerlo limpio y sin que se vea el polvo y las huellas dactilares. Nos parece más recomendable pedir las molduras opcionales de madera (cuestan entre 470 y 540 € según el tipo de madera), como la de la unidad probada, que tenía una llamada «fresno negro de poros abiertos» (imagen).