Mercedes-Benz Clase E (2023) - Prueba | Impresiones del interior
Pantallas y salpicadero
De serie, el Mercedes-Benz Clase E dispone de dos pantallas en el salpicadero. Una para la instrumentación (12,3 pulgadas, imagen) y otra central para manejar el sistema multimedia (14,4 pulgadas, imagen). La de la instrumentación tiene varias posibilidades de configuración según dos estilos (Classic y Sport) y tres modos (Navigation, Assistance y Service). Opcionalmente puede tener un efecto de profundidad (3D Driver Display).
La pantalla del sistema multimedia tiene un sistema operativo distinto al que llevan los modelos eléctricos más modernos de la marca (EQE o EQS, por ejemplo), con iconos más grandes y fáciles de localizar. Eso no quiere decir que sea fácil localizar todo y que no requiera un periodo de adaptación. No obstante, consideramos que Mercedes-Benz ha organizado bien las funciones para que lo más importante se encuentre con rapidez y sin demasiadas distracciones, quizá de forma más sencilla que en un BMW Serie 5. Para acceder a las distintos menús hay una serie de accesos directos: una barra de iconos en la parte inferior de la pantalla (para llegar a todas las funciones de climatización y al menú de inicio) y, por debajo, hay una fina superficie horizontal con botones «hápticos» (para acceder a funciones como el volumen del sistema de sonido, el cambio entre modos de conducción, activación o desactivación de los cuatro intermitentes o activación/desactivación de las cámaras perimetrales, imagen).
La pantalla del sistema multimedia puede mostrar las informaciones del navegador en forma de realidad aumentada, si se opta por montar esta función (no es una opción suelta, sino que sólo está disponible dentro de un paquete). Nuestra experiencia es que se trata de un elemento vistoso pero en realidad poco útil. Para seguir las indicaciones del navegador es más sencillo consultar el head up display. Ya no sólo porque sea más esquemático y claro, sino porque además, está en el campo de visión del conductor.
Justo delante del asiento del acompañante hay una tercera pantalla (imagen) que es opcional (Superscreen MBUX; 1873 euros) y que, en apariencia, va unida a la central (aunque en realidad no es así). Permite, entre otras muchas cosas, mostrar contenidos multimedia al pasajero (como televisión o vídeo). Los contenidos multimedia quedan ocultos desde el punto de vista del conductor mediante la tecnología Dual Light Control (DLC). Una cámara Infrarroja controla la mirada del conductor y, si interpreta que está dirigiéndola hacia la pantalla del acompañante, reduce de forma automática su brillo (esta cámara también forma parte del sistema de detección de fatiga y cansancio). Como en otros modelos de la marca y de otros fabricantes, nos parece un elemento prescindible salvo que el pasajero sea un asiduo consumidor de contenidos multimedia y/o guste de consultar o incluso modificar algunos elementos del vehículo (navegador, climatización o sistema de sonido).
Con Superscreen MBUX hay otra cámara de vídeo en la parte superior del salpicadero (imagen) con la que el conductor puede hacer conferencias en línea, siempre que el coche esté parado, o grabar el interior durante la marcha. También hay cámaras de infrarrojos en el techo que captan los movimientos de los ocupantes y que sirven, entre otras cosas, para activar las luces de lectura o la luz ambiente del lado del pasajero.
Otra de las novedades que ha incluido Mercedes-Benz en el sistema multimedia es el paquete MBUX Entertainment Plus, que tiene un módulo de comunicación 5G para descargar contenidos de la plataforma Mercedes Me connect (la de la propia marca) y también de terceros. Gracias a ello, están disponibles aplicaciones como TikTok, el juego Angry Birds, la plataforma de colaboración Webex, la aplicación ofimática Zoom (para hacer videollamadas), el navegador web Vivaldi o el portal de entretenimiento SYNC 6.
Bajo la pantalla central hay un hueco portaobjetos de generosas dimensiones, aunque de formas irregulares, cubierto por una tapa retráctil que incluye tomas USB y una superficie de carga inalámbrica (imagen).
Entre el salpicadero y el parabrisas hay una banda luminosa (si se instala la opción Iluminación activa de ambiente, imagen) que va de lado a lado y que se extiende también por las puertas. Su función no es sólo decorativa, sino que también sirve como elemento de ayuda a la conducción, especialmente por la noche. Por ejemplo, mediante cambios de luminosidad muestra información del asistente de aparcamiento, de la función de arranque en cruce (sirve para avisar del tráfico cruzado en intersecciones), del sistema de alerta de cambio de carril o de la presencia de vehículos en el ángulo muerto. Otra posibilidad de esa banda luminosa es escenificar «visualmente» el contenido reproducido en el sistema de sonido.
Las salidas de ventilación que hay en el salpicadero se pueden controlar manualmente o a través de un menú denominado Digital Vent Control que se maneja desde la pantalla central.
En el volante hay mandos táctiles (imagen), con los cuales no nos acabamos de encontrar completamente adaptados (los hemos probado en este Clase E, en el anterior y en otros muchos Mercedes-Benz). El problema es que su accionamiento requiere más atención que unos botones tradicionales que se reconocen bien al tacto.
Al igual que en otros modelos de la marca, el sistema de reconocimiento de comandos vocales es muy bueno (si no es el mejor, poco le falta) y facilita mucho la vida a la hora de activar o desactivar funciones (permite dar órdenes con un lenguaje muy natural y sin formularlas de una forma exacta). En nuestro caso, recién montados en el Clase E y sin haber tenido tiempo para familiarizarnos con él, nos resultó más sencillo consultar la presión de los neumáticos mediante órdenes vocales que buscando el menú correspondiente.
Los asientos que más hemos probado han sido los multicontorno que tienen, entre otras muchas cosas, ajustes para variar la longitud de la banqueta y anchura del respaldo en la zona lumbar. En general son unos asientos cómodos, pero los esperábamos más acogedores. La posición de conducción es correcta: el asiento no va demasiado bajo y las regulaciones tanto del propio asiento como del volante son amplias. Nuestra impresión es que es fácil sentirse cómodo a los mandos de este coche.
Espacio interior y maletero
El acceso a las plazas posteriores (imagen) del Clase E no es especialmente cómodo, ya que las puertas no liberan un hueco muy grande ni muy regular. Al entrar y salir, los glúteos encuentran un impedimento claro para seguir avanzado porque rozan con la parte de carrocería que está sobre el paso de rueda. Una vez dentro, la posición es cómoda y natural. Las banquetas van ligeramente más elevadas que las de la primera fila y por eso sus ocupantes no ven del todo mal hacia delante.
Según nuestras mediciones, el Clase E 2023 es un coche más bien amplio en el que cuatro adultos pueden viajar con desahogo, incluso si tienen una estatura superior a la media. En las plazas posteriores hemos medido 74 centímetros de espacio para las piernas, 146 cm de anchura entre puertas y 92 cm de altura hasta el techo (en una unidad con techo de cristal; sin este elemento serán algunos cm más en esta última cota). Son unos datos prácticamente idénticos a los del modelo precedente (ficha comparativa) y parecidos a los de competidores de características similares como el Audi A6, el BMW Serie 5 2024 o el Volvo S90. La plaza central trasera es prácticamente inútil porque el asiento en esa zona es poco cómodo por la presencia de un gran abultamiento en la zona donde se ponen los pies.
Los pasajeros de estas plazas tienen a su disposición un climatizador de dos zonas independiente (opcional; imagen), salidas de aire tanto en la parte inferior de los asientos delanteros como en los pilares centrales (imagen), dos tomas USB de tipo C, huecos portaobjetos tanto en las puertas como en el reposabrazos central o unos asientos con calefacción (opcionales). También es posible montar persianillas en las ventanillas laterales y en la luna trasera. No hay asientos traseros con regulaciones algo que sí está presente en el Clase S.
El tamaño del maletero del Clase E varía en función de la versión elegida. Las de gasolina y Diesel tienen 540 litros de capacidad y las híbridas enchufables, 370. La diferencia viene dada por la instalación de la batería de alta tensión de las segundas bajo el piso del maletero, con la consiguiente pérdida de capacidad (la mayor limitación viene dada por la altura, que es de solo 40 cm). Tomando como referencia los 540 l de las versiones más favorables en este sentido, nos encontramos con que son más de los que dispone un Audi A6 berlina (530 l), un BMW Serie 5 (520 l), un DS 9 (510 l) o un Jaguar XF (344 l). Listado de turismos de 4 puertas de entre 4,9 y 5,1 metros de longitud ordenados por volumen de maletero.
La tapa del maletero tiene accionamiento automático desde la versión más sencilla. Cuando está abierta libera un hueco más bien pequeño (unos 49 cm de altura y 103 cm de anchura), algo que, por otra parte, es habitual en vehículos de cuatro puertas.
En la parte superior de la boca de carga hay unos ganchos de gran tamaño y con una apariencia sólida que sirven para colgar bolsas (imagen). En los laterales también hay unos ganchos de pequeño tamaño y unos mandos eléctricos para abatir los respaldos de las plazas posteriores (imagen).
Acabados y otros detalles
A rasgos generales, el habitáculo del Clase E 2023 causa una sensación de calidad grata, pero nada excepcional para el precio del coche. La mayor parte de la superficies van cubiertas con plástico acolchado o piel (incluso la sintética tiene buen tacto y apariencia) y hay materiales de buena factura en las partes más visibles e incluso en las que no lo están tanto. No obstante, un BMW Serie 5 transmite una impresión algo más lujosa y sus algunos materiales parecen superiores.
En el Clase E hay detalles poco cuidados, los mismos que en otros modelos de la marca de reciente aparición: las manillas exteriores escamoteables son de un plástico más bien basto y tienen un accionamiento duro nada «premium». Tampoco nos han gustado los mandos que hay en las puertas (imagen) y que sirven para mover los asientos, controlar las memorias de los mismos y activar o desactivar la climatización, que no son precisos y están apoyados sobre una superficie de plástico que se hunde y cruje al presionarla. Otra de las cosas que desentona es la guantera, que no va tapizada y su tapa parece demasiado ligera y endeble.
Las posibilidades de personalización del habitáculo son muy elevadas. Hay varios tipos de tapizados para los asientos (piel sintética, piel natural o tejidos sostenibles; todos en varios colores) y multitud de molduras decorativas para el salpicadero y las puertas (plástico o varios tipos de maderas naturales).