Mercedes-Benz E 320 CDI (2002) | La referencia por confort y seguridad activa
La principal cualidad del Clase E, como la de todos los Mercedes-Benz de tracción trasera, es su capacidad para mantener la trayectoria con independencia de que el suelo sea uniforme o no. Esto da una gran seguridad si el conductor aborda una curva rápido y encuentra algún bache o junta que —en otros coches— provocaría un movimiento de la carrocería o una desviación de la trayectoria.
Otra cualidad que hace al Clase E un coche muy seguro son sus reacciones en curva. Si, dentro de la curva, hay que cerrar la trayectoria o frenar, el coche responde muy bien. No hay actualmente ningún otro modelo que dé una frenada en curva tan segura.
La respuesta del coche al movimiento del volante me ha parecido algo más lenta en el 320 CDI que en otros Clase E. No creo que la diferencia sea grande y, en todo caso, el Clase E es un coche que entra muy bien en las curvas. Tampoco tiene otras características de los coches pesados, como lentitud en los cambios de apoyo.
En una carretera lenta, el testigo del control de estabilidad de un Serie 5 puede llegar a parecer el del intermitente. Con el Clase E eso no ocurre, la intervención del control de estabilidad es menor, a igualdad de condiciones.
No le veo sentido a desconectar el control de estabilidad en el Clase E; quien lo haga, podrá experimentar (quiera o no) que no es difícil hacerlo sobrevirar en tracción, sobre todo en carreteras lentas con suelo resbaladizo.
La suspensión neumática Airmatic DC permite seleccionar entre tres grados de dureza, pero me parece que en la posición normal el coche va bien en cualquier caso. Si se seleccionan cualquiera de las dos posiciones más duras, se nota claramente la pérdida de confort y no la ganancia de estabilidad.
El confort de suspensión también me parece sobresaliente. Los pasajeros están muy bien aislados de todo tipo de irregularidades: las de frecuencia más alta que afectan principalmente a los neumáticos, las de frecuencia media que afectan principalmente a la suspensión, y las más amplias que provocan movimientos lentos de la carrocería.
La unidad que hemos tenido no frenaba particularmente bien. En nuestras mediciones de frenada detenemos completamente el coche y, al final de cada prueba, daba la impresión de alargar la frenada. La resistencia al calentamiento es mayor que la de cualquier otra berlina que yo haya conducido.
Un pequeño defecto, común a otras berlinas de Mercedes, es que el volante parece quedarse «duro» si se mueve rápidamente desde una posición de reposo y con el motor al ralentí, como si faltase asistencia justo en ese momento.