Mercedes-Benz Clase C Híbrido Enchufable (2022) | Consumo y recarga
Consumo
El Mercedes-Benz C 300 e es un coche eficiente con independencia del estado de carga de la batería. En modo eléctrico consume entre 17 y 22 kWh/100 km (y nada de gasolina). En modo híbrido, sin carga en la batería, gasta entre 5,5 y 7,5 l/100 km de carburante. Lógicamente, si las condiciones son muy benévolas los valores serán más bajos y si son muy exigentes, más altos.
He hecho dos veces el recorrido de autopista que utilizamos de referencia —descripción detallada aquí—, primero empezando con la batería al 99 % (y 114 km de autonomía indicados) y, a continuación, con la batería al 0 % (0 km de autonomía).
La primera vez realicé los primeros 86 km en modo completamente eléctrico, que es como el coche inicia la marcha por defecto. No gasté una sola gota de carburante. El consumo medio de electricidad cuando la batería llegó al 0 % y el coche cambió automáticamente a modo híbrido fue de 21,9 kWh/100 km. En los 57 kilómetros restantes permanecí en modo híbrido y observé que la carga de la batería fluctuó entre 0 y 3 % según las circunstancias de conducción. A la conclusión de los 143 km del recorrido, el consumo medio de carburante fue de 2,5 l/100 km y de electricidad, de 12,8 kWh/100 km.
Es, con mucho, el consumo de carburante más bajo que jamás hayamos registrado en este recorrido con cualquier vehículo que utilice un motor de combustión.
En el segundo intento el consumo medio fue de 6,6 l/100 km. Empecé y terminé con la batería al 0 %, aunque entre medias de la prueba llegué a ver un 4 %. El consumo de electricidad fue de 0,0 kWh/100 km. Eso no quiere decir que el coche no gastase electricidad, pero entre que son pocos kWh y que también hay que tener en cuenta lo que recupera cuando se levanta el pie del acelerador, al final la media se queda en ese 0,0 (que no sabemos si es 0,0 o un valor negativo porque el marcador no muestra valores inferiores a cero).
Con un Mercedes-Benz C 220 d Berlina (Diesel de 200 CV) logramos dejar el consumo en 5,0 l/100 km. Es decir, que el C 300 e gastó 1,6 l/100 km más en esta prueba de autopista, una diferencia que nos parece muy razonable considerando las diferencias en tipología de motor, prestaciones y peso de estas dos versiones (ficha comparativa).
En otra ocasión hice una ruta de 333 km (75 % de autopista, 20 % de carretera secundaria y 5 % de ciudad) por zonas con orografía cambiante, aunque sin pendientes excepcionales (máximo de un 6 % en la autopista para atravesar el puerto de Somosierra). Éramos dos personas a bordo, el climatizador iba conectado en modo automático a 20,5 ºC y el ritmo de conducción fue ágil. A la salida, un 20 % de batería. Pues bien, los primeros 22 km (ciudad y autopista) los hice en modo eléctrico (17,0 kWh/100 km) y todo lo demás, en modo híbrido. El consumo de carburante al terminar fue de 6,1 l/100 km.
La autonomía en modo eléctrico está entre 100 y 110 km en condiciones de circulación de ciudad y desplazamientos por las poblaciones aledañas. En autopista, como he indicado más arriba, se reduce a unos 80 o 90 km. Son unas cifras que muy contados híbridos enchufables logran (artículo sobre los PHEV de más de 100 km de autonomía en modo eléctrico) y con las que probablemente la gran mayoría de los conductores se sientan confiados para realizar sus quehaceres diarios sin consumir gasolina. Obviamente, para sacar partido a este sistema de propulsión y su gran autonomía en modo eléctrico, es indispensable tener un punto de recarga en el domicilio y utilizarlo.
Recarga
El Clase C 300 e es uno de los pocos PHEV cuya batería se puede recargar con corriente continua, a un máximo de 55 kW. Para que esto sea posible ha de pagarse la opción correspondiente, que cuesta 665,60 €. Nuestra unidad de prueba no llevaba esa opción, así que solo fue posible cargarlo con corriente alterna a un máximo de 11 kW (de serie). A esa potencia se necesitan dos horas para pasar del 0 al 100 %. En una toma doméstica de poca potencia (2,3 kW) hacen falta unas 10 horas.
El puerto de carga está en la aleta posterior izquierda (imagen e imagen), justo en el lado opuesto donde se encuentra la boca de llenado del tanque de gasolina. Es una buena ubicación para que no haya problemas de longitud de manguera en la mayoría de las estaciones de recarga.
Cuando está conectado a la red, la instrumentación muestra el porcentaje de carga de la batería, la potencia a la que se está cargando, la autonomía estimada y la hora de finalización de la carga. Toda esta información está presentada de una forma clara que se agradece (imagen).
Desde la pantalla central se pueden realizar múltiples ajustes como fijar el valor máximo de recarga de la batería (por si no se desea que esta llegue al 100 % y así prolongar su vida útil) o establecer un horario para que, por ejemplo, aunque el coche esté conectado a la red, solo comience a cargar por la noche. Todo esto se puede hacer también a través de la aplicación para móviles Mercedes me, así como otras tareas como iniciar el climatizador, visualizar los datos del ordenador de viaje, comprobar la presión de los neumáticos y consultar la localización del vehículo.