Mazda MX-5 (2019) - Prueba | Impresiones del interior
Aunque a simple vista el habitáculo del MX-5 2019 es idéntico al del modelo-año 2015, lo cierto es que hay algunos cambios que suponen una mejora importante (imagen del MX-5 2019 e imagen del MX-5 2015). El más valioso es, sin duda, el ajuste el profundidad de la columna de la dirección (además del ya existente en altura), un elemento que permite que aquellas personas a las que les guste colocar el volante cerca del cuerpo, puedan adoptar una postura de conducción mucho más natural con más facilidad (imagen).
Otra novedad está en la pantalla del ordenador de viaje, que si bien ofrece la misma información que antes, ahora tiene unos gráficos más cuidados y a color (imagen; es la misma que Mazda utiliza en otros modelos como el Mazda3, el Mazda6 o el CX-5). Además, el sistema multimedia ahora es compatible con Android Auto de Google y CarPlay de Apple. Los propietarios del MX-5 2015 también podrán acceder a estas dos tecnologías actualizando el sistema multimedia, una operación que tiene un coste de 250 euros y que se realiza en los concesionarios oficiales de la marca.
Desde octubre de 2023, todas las versiones incluyen un sistema multiemedia más moderno, con una pantalla táctil de 8,8 pulgadas y conexión permanente a internet. Gracias a ello, se pueden manejar algunas funciones del vehículo en remoto y consultar datos como la posición del coche, el nivel de combustible o la fecha en la que se debe hacer la siguiente revisión.
Salvo por estos detalles, las impresiones del interior del MX-5 2015 son perfectamente válidas para el modelo-año 2019. Sigue siendo un coche con un habitáculo de pequeñas dimensiones en el que el mayor condicionante es la altura libre al techo, especialmente en las versiones RF. En estas últimas, aquellas personas que midan más de 185 cm aproximadamente rozarán con la cabeza en el techo y no viajaran con un mínimo de confort (en la variante Soft Top, ocurrirá lo mismo con aquellas personas de más de 188 cm, aproximadamente). Tampoco la anchura es demasiado grande (hemos medido 132 cm entre puertas), por lo que tanto la puerta como el brazo del acompañante siempre quedan muy cerca. Mediciones del interior.
Como en el MX-5 2015, en el actual hay dos tipos de asientos disponibles: los de serie (imagen) y otros opcionales fabricados por el especialista Recaro (imagen). Ninguno de los dos tienen ajuste en altura, pero sí que se puede modificar levemente el grado de inclinación de la parte delantera de la banqueta (útil para las personas más altas). Nos han gustado más los opcionales porque, aunque tienen un mullido un poco más firme, son más anchos y, sobre todo, porque recogen mucho mejor el cuerpo en las curvas. No obstante, los de serie también dan un buen resultado y no son en absoluto desaconsejables.
El maletero del MX-5 es pequeño en términos absolutos, aunque resulta suficiente para guardar una maleta de tipo cabina de avión y un par de bolsas adicionales. La variante con el techo de lona tiene 130 litros de capacidad y la RF, tres menos (127, aunque a simple vista son idénticos). Además de tener poca capacidad, el espacio disponible no tiene unas formas muy homogéneas y el borde de carga está situado muy alto, a 85 centímetros del suelo. Otro aspecto mejorable es la ubicación del mando de apertura de la tapa del maletero, que como en el modelo anterior está junto a los plafones de iluminación de la matrícula, un lugar donde la suciedad se acumula con facilidad.
Como hemos comentado, el MX-5 está disponible en dos versiones que se distinguen entre sí, principalmente, por el techo: Soft Top (techo de lona con accionamiento manual) y Retractable Fastback (RF, techo duro con accionamiento automático). Esta segunda tiene un techo que aísla acústicamente un poco mejor que el de lona, pero no lo suficiente como para que el habitáculo se pueda definir como silencioso (en ambos casos es más bien es todo lo contrario). El proceso de apertura y cierre es súmamente sencillo, pues basta con pulsar un botón durante 13 segundos para que el sistema complete la maniobra. Es posible hacerlo en marcha, siempre y cuando no circulemos a más de 10 km/h.
El techo de lona permite que se filtre más ruido al habitáculo pero, aunque su proceso de apertura y cierre es completamente manual, en la práctica es mucho más rápido que el automático de la variante RF (no se tardan más de cinco segundos en completar la operación) y además se puede realizar a más velocidad (aunque Mazda no lo aconseja). Para retirar el techo simplemente hay que tirar de una palanca que lo suelta del marco del parabrisas y acompañarlo con la mano hasta su alojamiento tras los asientos. Y para volver a ponerlo sobre la carrocería hay que tirar de otra palanca situada entre los asientos y acompañarlo hasta el marco del parabrisas, donde finalmente hay que fijarlo con la misma palanca utilizada para retirarlo.
Pero si con el techo sobre la carrocería la variante RF es un poco más silenciosa que la Soft Top, al retirarlo resulta todo lo contrario. Ninguna de las dos versiones resulta especialmente recomendable para circular de esta forma por encima de unos 90-100 km/h (en función de la estatura de los ocupantes), pero la RF resulta incluso peor porque las ráfagas de viento y las resonancias que se generan tras los asientos, a la altura de los hombros y la cabeza, resultan muy molestas.
Los materiales que Mazda ha utilizado para recubrir el habitáculo son en su mayoría duros, aunque tienen un buen aspecto, están bien rematados y, en general, dan una buena impresión de calidad.