Mazda5 (2008) | Impresiones del interior
El Mazda5 se anuncia como un coche de 7 plazas. De todas ellas, la menos utilizable es la que corresponde al asiento central de la segunda fila. Es una plaza aprovechable únicamente durante trayectos cortos. La banqueta, estrecha y dura, va situada en una posición alta, por lo que el pasajero queda en posición inestable. Para encontrar puntos de apoyo que le den estabilidad, tiene que abrir mucho las piernas, con la consiguiente incomodidad para los pasajeros de los asientos laterales.
El Mazda5 es un coche normalmente ancho en las plazas traseras. De todos los monovolúmenes medios medidos por km77.com (tabla de mediciones), el Mazda5 se sitúa en el punto medio entre los más anchos y los más estrechos. El asiento central estrecho permite que dos ocupantes vayan confortablemente sentados, lejos de las puertas. El respaldo de los asientos de esa fila se reclinan suficientemente como para facilitar una cabezada. Para hacerlo, hay que tener la precaución de colocar la cortinilla que cubre el equipaje en su posición más retrasada, para que no interfiera en el recorrido de los respaldos. Cuando los asientos de la fila central se deslizan hacia adelante con la palanca lateral (permite moverlos antes de entrar al coche para facilitar el acceso a la tercera fila) el respaldo de los asientos se pliega y no hay ningún sistema de memoria que permita recuperar con facilidad su posición inicial.
La cortinilla que cubre el equipaje no tiene posibilidad de fijarse en ningún lugar alternativo cuando quiera utilizarse toda la superficie de carga con las dos filas de asientos plegados. No hay modo de utilizar ese espacio de carga de forma segura, ya que no existe la posibilidad de montar una red vertical que proteja a los pasajeros de un posible impacto por desplazamiento del equipaje en un frenazo o en un accidente. Por tanto, la posibilidad de plegar los asientos de la segunda fila no significa que esa superficie pueda considerarse zona de carga.
Cada asiento de la fila central puede desplazarse longitudinalmente, mediante una barra fina situada bajo la banqueta. (Al utilizar esta barra los respaldos no se pliegan, a diferencia de si se utiliza la palanca lateral). En su posición más retrasada, el espacio para las piernas es de los mayores entre sus competidores. Colocado en ese lugar, el espacio para las piernas de las plazas de la tercera fila también lo es, por lo que es un buen coche para ocupar las tres filas de asientos. Con respecto al Opel Zafira, tiene el inconveniente de que las banquetas de la última fila van a menor altura con respecto al piso, por lo que los pasajeros van más doblados ya que en ninguno de los dos casos hay espacio para estirar las piernas.
Los asientos de la tercera fila no resultan incómodos para largos viajes, salvo por la posición de las piernas. El acceso no está tan bien solucionado como en el Opel Zafira (probablemente el monovolumen que mejor resuelve este asunto), particularmente para descender del coche. En el Zafira, la banqueta central se pliega y queda vertical, pegada al respaldo, para que el asiento pueda desplazarse más hacia adelante y dejar un paso franco de mayor tamaño para que quepa el cuerpo. En el Mazda5, el límite del desplazamiento se da cuando la banqueta en posición horizontal choca con el asiento de la primera fila. El resultado es que queda un espacio justo para salir, sin posibilidad de acercar los dos pies a la vez hacia la puerta. Vendría bien un apoyo intermedio para el pie, entre el piso del coche y la calle. El soporte inferior de la puerta corredera sería un buen lugar para apoyarse, pero un adhesivo avisa claramente que no se puede pisar en ese lugar (tan apetecible). Si se accede a la tercera fila por el lado del conductor, el cinturón del asiento central de la segunda fila puede molestar tanto al entrar como al salir.
Las puertas correderas son útiles, en especial las que llevan accionamiento eléctrico (opcional), que pueden ser abiertas a distancia con el mando de la llave y también desde el puesto del conductor. Facilitan el acceso al coche al aparcar en batería y dejan una amplio espacio para entrar y salir. Sin embargo, no suponen una ventaja para acceder a las filas posteriores.
El maletero, de 426 litros, es de los más pequeños entre los monovolúmenes con siete plazas de su tamaño. Sólo el KIA Carens lo tiene más pequeño entre los monovolúmenes de 7 plazas de entre 4,4 y 4,7 metros de longitud. El Opel Zafira, que es 3 centímetros más corto que el Mazda5, tiene un maletero de 645 litros, un 30% mayor que el del Mazda5 (y menor espacio para las piernas). El portón posterior tiene dos alturas posibles. En la más baja pueden situarse bajo él personas de hasta 1,80 metros de altura y en la más alta de hasta 1,90 metros.
La rueda de repuesto, de emergencia, va situada bajo el piso del maletero. Es zona del maletero tiene un acabado poco cuidado, con la moqueta mal ajustada y con materiales poco agradables a la vista.
El puesto de conducción del Mazda5 es el típico de los monovolúmenes, alto con relación al piso y los pedales. El volante, en su posición más baja, queda ligeramente alto y tendido. El asiento del conductor es más blando de lo que es habitual en los Mazda y con el paso de los kilómetros el conductor queda demasiado hundido. Las características del asiento lo hacen menos conveniente para viajes largos que para carretera de curvas, porque el respaldo sujeta mejor que la banqueta y la espalda no se mueve especialmente.
Los mandos en el volante son sencillos de utilizar. No cubren muchas funciones. Los de la derecha sirven para el control de la velocidad de crucero y los de la izquierda para el equipo de sonido y el reconocimiento de voz, si el coche dispone de él.
Entre los asientos delanteros hay dos posavasos, a la derecha del freno de mano, en un hueco de buen tamaño que se puede cerrar con tapa. Delante de la rodilla izquierda del conductor, hay un hueco en el que se puede dejar el teléfono móvil o llaves, pero es más conveniente si se dejan objetos blandos, como la cartera, porque no va recubierto con goma ni tela y el plástico que lo conforma es duro.
La pantalla del navegador es táctil en algunas de sus funciones. En otras no y debe actuarse sobre ella con un mando de pequeño tamaño situado en el salpicadero, cerca del conductor. Para seleccionar funciones, o letras, hay que presionar en el mando, pero es muy sensible y en ocasiones esta presión la confunde con un movimiento lateral y en lugar de seleccionar la función marcada, varía el objeto seleccionado en la pantalla. Al lado de este mando hay un botón, marcado con las letras RTN, que sirve para regresar a la pantalla anterior. En la pantalla no aparece nunca una tecla de retorno, por lo que si se está trabajando directamente sobre la pantalla y se quiere volver a la pantalla anterior, hay que desplazar la mano hasta el botón y regresar después a la pantalla.
En las unidades dotadas con Bluetooth, la conexión del teléfono móvil con el coche sólo puede hacerse mediante el sistema de reconocimiento de voz, con el coche parado. Este proceso, con reconocimiento de voz, no resulta rápido, si bien no hay que repetirlo mientras no se cambie de terminal. El sistema no permite descargar la agenda de contactos del teléfono.
El ordenador de viaje sólo tiene un recorrido programable, por lo que no se pueden realizar 2 mediciones distintas simultáneamente. La tecla que lo regula está situada muy lejos del conductor, a la derecha del interruptor del warning. (Probablemente es una posición pensada para coches con volante a la derecha)