Mazda CX-5 (2022) - Prueba | Información general
El Mazda CX-5 es un SUV de tamaño medio —4,57 m de longitud— que lleva en el mercado desde mediados del año 2017. El modelo del que hablamos en este artículo no es completamente nuevo, sino una renovación que le permite ponerse al día en aspectos como el diseño exterior, el equipamiento de serie y el confort de marcha. Está a la venta desde 33 607 euros, un precio que lo sitúa en un punto medio frente a sus numerosísimas alternativas (listado de todas ellas).
En marzo de 2023, Mazda hace algunos cambios en la gama de motores y en el equipamiento. Las dos versiones de gasolina, con 2,0 y 2,5 litros de cilindrada y sin sobrealimentación, no tienen cambios en la potencia máxima (165 y 194 CV), pero ahora incluyen un sistema de hibridación ligera a 24 V. Gracias a ello, el consumo es ligeramente más bajo y, sobre todo, les permite llevar el distintivo medioambiental ECO de la DGT, en lugar del C. Las prestaciones, por contra, son un poco peores y el peso, ligeramente superior (ficha comparativa). No hay cambios en las versiones Diesel.
En esa misma fecha, la marca también cambió la nomenclatura de algunos los niveles de equipamiento, que pasaron a ser los siguientes: Center-Line Plus, Advantage, Newground (ya existía), Exclusive-Line, Homura (ya existía), Homura Plus, y Takumi. Además, incluyó conectividad inalámbrica para Apple CarPlay y Android Auto (antes era por cable) y sustituyó los USB convencionales por unos de tipo C. Estéticamente, el coche es idéntico salvo por las placas identificativas del motor en las versiones de gasolina, que ahora incluyen una «e», antes de la palabra Skyactiv (e-Skyactiv-G).
Los cambios que Mazda ha llevado a cabo con respecto al CX-5 2017 no son de gran envergadura y, en lo principal —conducción, espacio para los pasajeros o calidad percibida—, se siente prácticamente idéntico al modelo al que reemplaza. Por tanto, sigue siendo un coche que sobresale por tener un tacto de conducción especialmente bueno, una agilidad superior a la media y un habitáculo muy bien acabado.
No es tan espacioso y práctico como un Honda CR-V o un Hyundai Tucson, pero tiene varias características que lo hacen adecuado para un uso familiar: unas puertas traseras abren en un ángulo cercano a los 90 grados y liberan un hueco amplio o unos respaldos posteriores con ajuste en inclinación divididos en tres porciones (40:20:40). Y con el maletero pasa algo parecido. Tiene 522 litros de capacidad (45 más que antes debido al rediseño de la parte que queda justo por debajo del piso de carga), un volumen lejano al de los mejores en este aspecto pero más que suficiente para llevar el equipaje de una familia para un fin de semana (listado de SUV de tamaño similar, ordenado por volumen del maletero).
Los dos motores de gasolina —2.0 SKYACTIV-G de 165 CV y 2.5 SKYACTIV-G de 194 CV— tienen un funcionamiento sobresaliente desde el punto de vista de la suavidad y del ruido (emiten poco y bonito), pero su entrega de potencia puede que no sea del agrado de todo el mundo. Ambos son atmosféricos y aunque permiten acelerar el CX-5 con agilidad, para ello es imperativo utilizar con mucha frecuencia la palanca de cambios y llevarlos por encima de las 4000 rpm, que es donde se sienten más «llenos». En un mercado en el que todas sus alternativas con motor de gasolina tienen turbocompresor, el CX-5 es una auténtica rareza y, por lo tanto, aconsejamos probarlo antes de tomar una decisión de compra (siempre lo hacemos, pero en este caso, con más insistencia).
Con las versiones Diesel no ocurre lo mismo. Tanto la de 150 como la de 184 CV tienen dos turbocompresores y su entrega de potencia es más intensa que las de gasolina en el rango medio y bajo de revoluciones, lo que redunda en una conducción mucho más relajada. Ahora bien, su funcionamiento, aunque refinado para tratarse de ciclo Diesel, no lo es tanto como los de gasolina y el ruido que emiten es claramente más desagradable (y además se percibe con más claridad en el habitáculo).
Tanto con motor de gasolina como con Diesel, nos parecen claramente más recomendables las versiones de menor potencia (SKYACTIV-G de 165 CV y SKYACTIV-D de 150 CV) que las de mayor potencia. Y no es solo por su menor coste de adquisición, que también, sino porque la diferencia de prestaciones no es tan abultada como la cifra oficial de potencia puede hacer pensar. Así lo hemos percibido al volante, pero también queda reflejado en las prestaciones proporcionadas por la marca, que son muy parejas (ficha comparativa).
La caja de cambios puede ser una manual de seis velocidades cuyo funcionamiento es sencillamente sobresaliente (es de esas que apetece usar constantemente únicamente por el placer de mover la palanca) o una automática con idéntico número de relaciones que cumple bien con su cometido (es suave y moderadamente rápida). Es novedad la presencia de un selector de modos de conducción para las versiones de gasolina con cambio automático (y si tienen tracción total, con un modo adicional llamado Off road), que modifican el funcionamiento de la caja de cambios (si es automática), del pedal de acelerador y de las ayudas electrónicas (control de tracción y estabilidad). La tracción puede ser delantera o total.
Hay pequeñas modificaciones en el chasis con el objetivo de mejorar el confort de marcha. Para ello, Mazda ha aumentado la rigidez de la carrocería aplicando más cantidad de adhesivo por la parte central de la misma y ha sustituido los muelles. Son cambios de poca envergadura, pero que se pueden llegar a percibir cuando se circula sobre firmes muy irregulares (la calidad de rodadura es un poco mejor). No obstante, son solo matices que únicamente se sienten al conducir un CX-5 modelo-año 2022 y a continuación uno de 2021 (o viceversa).
Sigue siendo un coche cómodo (aunque los hay que lo son más) y que reacciona de manera segura y previsible ante maniobras bruscas. Además, por el buen tacto que ofrecen todos los mandos que intervienen en la conducción —dirección, suspensión, cambio o motores—, nos parece un modelo muy recomendable para quien busque un coche de este tipo y dé importancia a un buen tacto de conducción y la sensación de agilidad que transmite.
Estéticamente es sencillo distinguir el CX-5 2022 del modelo al que reemplaza. Son diferentes, entre otros detalles, los parachoques, la parrilla, los faros y los pilotos. Además hay un nuevo color para la carrocería llamado «Zircon Sand» y nuevos diseños para las llantas de aleación, que ahora son siempre de 19 pulgadas (en la gama anterior, la versión de acceso llevaba unas de 17).
En el habitáculo, Mazda ha rediseñado los asientos delanteros para reducir la fatiga en viajes largos (tienen un relleno más blando y son un poco más cómodos, pero sujetan menos el cuerpo), ha añadido un cargador inalámbrico para teléfonos móviles en el hueco que hay por delante de la palanca de cambios y unas molduras decorativas diferentes en algunos de los acabados. No hay cambios en cuanto a espacio interior, que es suficiente para que se puedan acomodar con desahogo cuatro adultos de estatura media o incluso un poco superior. En las impresiones del interior del CX-5 2017 hay mucha más información sobre estos y otros asuntos, toda ella perfectamente aplicable al modelo nuevo. Mediciones del interior.
Equipamiento
Hasta marzo de 2023, el CX-5 se podía elegir con seis niveles de equipamiento, llamados Origin, Evolution, Newground, Zenith, Homura y Signature. Desde esa fecha, algunos tienen un nombre distinto, otros se mantienen igual y otros son nuevos: Center-Line Plus, Advantage, Newground (ya existía), Exclusive-Line, Homura (ya existía), Homura Plus, y Takumi. El acabado Newground tiene unos parachoques ligeramente distintos con molduras pintadas en color plata por su parte inferior, embellecedores en las puertas y retrovisores pintados en color negro, llantas de diseño específico, una parrilla con detalles lima y unos asientos tapizados en una combinación de piel sintética y piel vuelta.
Todos los CX-5 2022, con independencia del nivel de equipamiento elegido, llevan de serie elementos como luces diurnas de ledes, llantas de aleación de 19 pulgadas, cámara trasera de ayuda al estacionamiento o el sistema multimedia Mazda Connect, que es compatible con Android Auto y CarPlay y tiene una pantalla de 10,25 pulgadas (esto último no es nuevo; lo llevan todos los CX-5 vendidos desde 2021, a excepción de los del extinto acabado Origin). Algunas versiones pueden llevar unos faros matriciales que, como novedad, tienen 20 módulos de ledes (por faro) en lugar de los 12 del modelo anterior.
En cuanto a los asistentes a la conducción, Mazda cita como novedad el CTS (asistente de tráfico y crucero), que tiene como finalidad reducir la fatiga del conductor actuando sobre el acelerador, el freno y el volante en situaciones de tráfico lento. Otros de los sistemas de seguridad y ayuda a la conducción que puede tener el CX-5 son uno de mantenimiento de carril, un programador de velocidad activo, un lector de señales de tráfico o un conjunto de cámaras que generan una vista cenital del vehículo (de calidad sobresaliente).