Lexus LS (2021) | Impresiones del interior
El Lexus LS transmite una sensación de calidad y de cuidado por el detalle ligeramente superior a la de sus alternativas: el Audi A8, el BMW Serie 7 y el Mercedes-Benz Clase S. Los materiales y los ajustes de las piezas son muy buenos.
Hay poco plástico negro brillante en el habitáculo, bastante menos que en un A8 y un Clase S, y muchas superficies están cubiertas con cuero, como por ejemplo la base de los asientos (imagen) y los asideros del techo. El techo va siempre tapizado con tela Alcantara, excepto en el nivel de equipamiento Business, el más bajo. El tacto de los botones se percibe sólido y preciso, da gusto manejarlos.
Los ajustes son muy buenos y las piezas ceden menos cuando se les presiona que, por ejemplo, en un Clase S. Lexus ha cuidado detalles que Mercedes-Benz ha desatendido. Tres ejemplos: primero, en el Mercedes-Benz suena a hueco cuando se golpea con los nudillos la moldura decorativa que hay enfrente del pasajero. En el Lexus, no. Segundo, los extremos del salpicadero y las molduras de las puertas están bien alineados en el LS y con un ligero desajuste en el Clase S. Y, tercero, el maletero del LS tiene la parte superior tapizada, mientras que en el Clase S se ve la chapa.
El LS que hemos probado llevaba el nivel de equipamiento Luxury L-Aniline, con el que los asientos van tapizados en piel de anilina, una piel natural de grano superior con un tacto fino y muy agradable. En este nivel de equipamiento las inserciones de madera de las puertas son discretas porque al ser oscuras apenas resaltan sobre los demás materiales (imagen). Sin embargo, con el nivel Luxury Kiriko, la decoración es mucho más llamativa, no solo porque la moldura decorativa es de cristal —tallado siguiendo la técnica artesanal Kiriko (imagen)— sino también por las filigranas en el resto de panel de la puerta, que en vez de tener un cuero liso con pespuntes, tiene unos pliegues realizados a mano que evoca al origami, nombre que se da en Japón al arte de la papiroflexia (imagen).
En lo que el LS se ha quedado por detrás de sus alternativas es en todo lo concerniente a la tecnología de pantallas y sistema de infoentretenimiento. La instrumentación, por ejemplo, consiste en una pantalla de 8 pulgadas, flanqueada por dos indicadores de aguja tradicionales, uno para la temperatura del refrigerante y otro para el nivel de carburante (imagen). La pantalla muestra toda la información esencial (y más) de forma clara y legible, hace bien su función, no echo en falta más, pero se nota desfasada por su escasa capacidad de personalización, su resolución y sus gráficos (imagen, imagen e imagen). El Audi A8 y el Mercedes-Benz Clase S tienen una pantalla para la instrumentación de 12,3 pulgadas, mientras que el BMW Serie 7 tiene una de 10,25.
La superficie de proyección sobre el parabrisas del sistema head-up display es muy grande, 24 pulgadas. Las indicaciones son a color, claras y están bien organizadas: a la izquierda el navegador, en el centro el programador de velocidad y a la derecha datos como velocidad y la lectura de las señales de tráfico. Con todo, no es tan espectacular como el head-up display del Clase S, que proyecta en un área de 77 pulgadas y tiene función de realidad aumentada, mediante la cual es capaz de, por ejemplo, superponer flechas de dirección justo encima del desvío que el navegador dice que hay que tomar.
El sistema de información y entretenimiento tiene una pantalla de similar tamaño al de sus alternativas, 12,3" (en un A8 son 10,1", en un Serie 7 son 12,3" y en un Clase S son 12,8"). Sin embargo, como sucede con la instrumentación, no está a la altura por diseño gráfico, distribución de los menús y manejo. Es táctil, pero está colocada algo alejada del alcance del conductor, como en un BMW Serie 7, por lo que su manejo resulta más cómodo mediante los botones que hay dispuestos en la consola a tal efecto. El inconveniente es que, mientras que con la ruleta giratoria del Serie 7 es muy sencillo navegar por los menús, con el «touch pad» del LS (imagen) la experiencia es completamente la opuesta. Afortunadamente, hay unos botones específicamente pensados para realizar funciones cotidianas, como regular el climatizador o cambiar de emisora de radio y el volumen (el mando para hacer esto último es ingenioso y de un tacto magnífico; imagen). Sin embargo, los cambios en el navegador y en algunas funciones de los asientos se hacen más rápido estirando el brazo y tocando la pantalla con el dedo.
Es de agradecer que el sistema sea compatible con Android Auto y Apple CarPlay, porque el navegador incluido de serie no calcula tan bien las rutas como lo hace el navegador de un móvil que, además, tiene en cuenta el estado del tráfico y se actualiza automáticamente. No hay una superficie para la carga inalámbrica de teléfonos móviles, pero sí dos USB y una toma de 12 voltios bajo el reposabrazos central (imagen). Las cámaras de visión exterior tienen una resolución que podría darse por buena en un coche de la categoría de un Volkswagen Golf, pero no en un vehículo por el que Lexus pide más de 100 000 euros (imagen e imagen).
Las regulaciones «básicas» de los asientos delanteros —como el desplazamiento longitudinal, el movimiento en altura o la variación de la inclinación del respaldo— se hacen con unos mandos que hay en la base de los asientos (imagen). Para las regulaciones «avanzadas» —como el abultamiento de los laterales de la banqueta y el respaldo, la longitud de la banqueta y el apoyo de la espalda a diferentes alturas del respaldo— hay que acudir a un menú específico en la pantalla central (imagen).
El volante también se mueve eléctricamente (botón para su regulación), al igual que los reposacabezas, tanto en altura como en proximidad con la cabeza. Los asientos tienen varios programas de masaje (para espalda, glúteos y muslos), resistencias eléctricas para calentarlos (también el volante) y ventiladores para enfriarlos. Además, tanto en el lado del conductor como en el del acompañante se pueden guardar tres posiciones determinadas de volante y asiento (imagen). Las hebillas de los cinturones de las plazas delanteras se elevan automáticamente cinco centímetros cuando el ocupante entra o va a salir del coche, para hacerle más sencillo enganchar o soltar el cinturón.
Los asientos del LS son grandes y cómodos, perfectos para pasar horas al volante sin dolores (la función de masaje también ayuda). Uno está muy satisfecho con ellos hasta que prueba los de un Mercedes-Benz Clase S y descubre que hay un nivel superior de confort. Es difícil encontrar un vehículo que tenga un acolchado más placentero que el del Clase S y un reposacabezas con una almohada tan agradable.
El climatizador es de cuatro zonas y tiene una función llamada «Conserje de climatización» que, mediante 16 sensores de infrarrojos, controla la temperatura en distintos puntos del habitáculo y coordina el funcionamiento automático del climatizador, la ventilación y la calefacción de los asientos (y también del volante).
En la fila posterior hay tres plazas. La central es incómoda y solo sirve para salir de un apuro. Las otras dos son excelentes, sobre todo si se elige el nivel de equipamiento Luxury (en cualquiera de sus variantes: High Wood, L-White, L-Aniline, Kiriko o Haku) ya que lleva de serie el asiento posterior que Lexus denomina Otomano. Ambos tienen multitud de regulaciones y un reposapiernas de generosas dimensiones, que no solo es regulable en altura, sino también en extensión (imagen). Pero es el que va sentado en el lado derecho el que más disfrutará de estos lujos porque puede reclinar aún más el respaldo (hasta 48 grados) y colocar el asiento delantero lo más avanzado posible para maximizar el espacio de las piernas (imagen e imagen). Una persona de alrededor de un metro ochenta podrá llevar las piernas estiradas sin tocar con el respaldo del asiento delantero.
Viajar en la plaza posterior derecha (sin nadie delante) es un verdadero placer. El Mercedes-Benz Clase S que hemos probado no tenía unos asientos traseros regulables y, aunque el mullido de estos es soberbio, no llega a compensar el gusto que da ir en el Lexus medio tumbado y con las piernas estiradas (y en unos asientos no tan cómodos, pero muy confortables). Imaginamos que un Clase S con los asientos traseros regulables también será un magnífico lugar en el que desplazarse, pero no hemos tenido la oportunidad de comprobarlo.
Casi todas las funciones y lujos de los que disponen los ocupantes traseros se controlan con una pantalla táctil que hay en el reposabrazos central (imagen). Es la misma solución que se encuentra en un A8, Serie 7 y Clase S pero, a diferencia de estos, en el LS no es extraíble, por lo que en ocasiones hay que incorporarse ligeramente para manejarla (no es una molestia grande). Entre las cosas que se pueden hacer están: regular el climatizador (imagen), regular la posición de los asientos (que cuentan con dos memorias cada uno; imagen), ajustar los programas de calefacción, ventilación y masaje, manejar las cortinillas de accionamiento eléctrico de las ventanillas y la luneta (imagen), encender y apagar las luces de lectura (regulables en dos niveles de intensidad) y controlar el sistema de audio (imagen).
Otros detalles que se encuentran en esta fila posterior son un par de espejos iluminados en el techo (imagen), salidas de aire individuales en el suelo y a una altura intermedia en el centro (imagen) y en los laterales (imagen), dos pantallas en la que se pueden ver datos relacionados con el sistema de audio (imagen; estas pantallas tienen regulación eléctrica en inclinación) y entradas para discos Blu-ray, tarjetas SD, USB y HDMI (imagen). El sonido de lo que los pasajeros posteriores deciden poner en el sistema de audio se puede escuchar por los altavoces del coche, o bien, cada uno puede conectar sus auriculares mediante un cable a las correspondientes tomas que hay levantado una tapa del reposabrazos (imagen).
El maletero es pequeño para las dimensiones de la carrocería debido a que una parte de él está ocupado por la batería del sistema híbrido (esto también impide que los asientos traseros se puedan abatir o que haya una trampilla que comunique con el habitáculo). Tiene 400 litros, que es un valor no muy distinto al que ofrece un Audi A8 60 TFSI e (390 l) y un BMW 745e (420 l), aunque tanto el Audi como el BMW son híbridos enchufables y llevan una batería de mayor capacidad. Tras el verano de 2021, Mercedes-Benz pondrá a la venta la versión híbrida enchufable del Clase S (el Mercedes-Benz S 580 e; más información), pero todavía no conocemos el dato del volumen del maletero.
Las formas del área de carga son irregulares y eso no facilita el máximo aprovechamiento del espacio. Está enmoquetado por completo, incluso en la zona superior. En el piso hay varias tapas extraíbles, bajo las que se encuentran la batería (imagen), una caja de fusibles (imagen) y una pequeña bandeja de herramientas (imagen). El accionamiento de la tapa es eléctrico y puede activarse con un movimiento de pie por debajo del parachoques.